Carlos Lage llega a Santiago de Chile, Raúl
Castro en casa
NEMESIO RODRIGUEZ / El Nuevo
Herald-EFE
SANTIAGO DE CHILE
La llegada del vicepresidente cubano Carlos Lage a Santiago de Chile
disipó ayer las escasas dudas acerca de quién iba a
representar a la isla en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile.
Algunos medios chilenos habían sugerido que la amplia delegación
cubana presente en Santiago desde hace unos días podía
anticipar que se preparaba la llegada de Raúl Castro.
Pero Lage, como viene siendo habitual en las cumbres internacionales
desde que Fidel Castro delegó los poderes a su hermano Raúl
en julio del 2006 a causa de una grave enfermedad, es el que descendió
del avión como representante de la isla en la cumbre de Santiago.
La primera oportunidad de Raúl Castro de asistir a una cumbre
iberoamericana se produjo en la cita de Montevideo de noviembre del
año pasado, pero falló.
Había recibido el poder interinamente de su hermano Fidel
tres meses antes, pero no cambió su costumbre de no acudir
a las cumbres, comenzada en el 2000.
Fidel Castro, de 81 años, había participado, y casi
siempre con un papel de protagonista, en todas las Cumbres Iberoamericanas
entre 1991 y el 2000.
Hasta ese año, el gobernante cubano era junto con el rey Juan
Carlos I de España el único que había asistido
a las cumbres desde que comenzaron en Guadalajara (México)
en 1991 cuando Cuba estaba aislada por la caída del bloque
soviético.
Castro llegó incluso a pronosticar, medio en serio y medio
en broma, en la cumbre de 1993 en la ciudad brasileña de El
Salvador que él y el rey Juan Carlos serían los únicos
mandatarios que seguirían presentes en las cumbres iberoamericanas
del siglo XXI.
Pero la reunión de Panamá, un año después
de que Castro ejerciera de anfitrión en la cumbre de La Habana
de 1999, sentenció el incumplimiento de su pronóstico.
En Panamá, Castro denunció el 18 de noviembre un plan
para asesinarle que motivó la inmediata detención de
Luis Posada Carriles, un veterano anticastrista acusado de numerosos
actos violentos, entre ellos la voladura de un avión en el
que en 1976 perecieron sus 73 ocupantes.
Antes, Cuba había recibido duras críticas de varios
presidentes y cancilleres latinoamericanos por no apoyar una declaración
de la cumbre contra el terrorismo de ETA.
Poco después de llegar a Panamá, Castro denunció
el plan.
Ya en las sesiones de la cumbre, Castro protagonizó un duro
enfrentamiento con el entonces presidente de El Salvador, Francisco
Flores, al afirmar que ese país era utilizado como base por
anticastristas acusados de terrorismo contra Cuba, en alusión
a Posada.
La última cumbre internacional a la que asistió Fidel
Castro antes de su enfermedad fue la de Mercosur celebrada en julio
del 2006 en la ciudad argentina de Córdoba.
A su regreso a La Habana el 23 de julio, fue recibido en el aeropuerto
por su hermano Raúl, segundo hombre en la jerarquía
política en la isla.
Ocho días después, el máximo mandatario de Cuba
desde 1959 cedió el poder interinamente a su hermano, de 76
años, y comenzó una larga convalecencia de una grave
enfermedad intestinal, que le mantiene desde entonces sin aparecer
en público.
Lage, vicepresidente cubano, viajó a Montevideo el 3 de noviembre
como jefe de la delegación cubana a la XVI Cumbre Iberoamericana.