Elizardo
sin derecho a réplica
Tania Díaz Castro
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Al colega Lázaro
Barredo Medina debo decirle como los niños cuando juegan:
Así no se vale.
Barredo hace trampas. Juega sucio. Se deja llevar
por su poder omnímodo de periodista del régimen y
sin temor alguno ofende a un hombre que tal vez hasta vive a pocas
cuadras de su casa.
Así no se vale. Tiene a su favor a la policía
en su conjunto, a los miembros del Ministerio del Interior y de
las FAR y a todo un gobierno que, aunque envejecido y deteriorado
por su edad avanzada, está, quien lo duda, en un sólo
pie.
Para Barredo, Elizardo no es un opositor, como le
suele llamar a los de Venezuela y Bolivia, por sólo poner
dos ejemplos. Tampoco los opositores cubanos de la Isla son opositores,
sino personas que tergiversan la realidad del país.
Sin embargo, si todo lo que apareció en Granma
el 17 de diciembre pasado escrito por Barredo contra Sánchez
Santa Cruz, hubiera sido publicado en las revistas Bohemia o Carteles
o en los periódicos El Diario de la Marina, Información,
Alerta, La Tarde, El Mundo, etc., allá por la democracia
de las primeras décadas de la República, entonces
la cosa habría sido muy distinta. Elizardo hubiera tenido
derecho a réplica donde mismo Barrero escribió sus
ofensas.
Claro, en aquella época había libertad.
El mismo señor Fidel Castro tuvo en varias ocasiones derecho
a réplica, por ejemplo, cuando lo llamaron comunista y él
lo desmintió con un amplio escrito publicado en la revista
Bohemia.
Entonces, colega, sí se valía. Pero
ahora no. Ahora la historia del futuro lo juzgará a usted
como un elemento que empleó la fuerza para convencer a una
población cansada de socialismo que nuestra oposición
es un juego, un juego tan desigual que todavía sufren prisión
personas inocentes que como usted escribían o formaban parte
de organizaciones pacíficas.
El párrafo que reproduce sobre los presos
me sorprende. Yo fui una presa política y estuve sometida
no sólo a condiciones infrahumanas, sino que además,
fui torturada psicológicamente durante seis meses en la Seguridad
del Estado por orden de Fidel Castro, algo que como periodista bien
informado, usted debería de conocer.
Disculpe mi atrevimiento, pero segura estoy de que
usted vive y se viste mucho mejor que Elizardo, de quien conozco
su modestia y su vida sencilla.
Nada podrán lograr sus dos extensas
páginas difamatorias. Elizardo es querido por decenas de
miles de personas que quieren un cambio en nuestro país,
salir del marasmo en que nos encontramos, cambiar la triste realidad
que según usted tergiversamos. Si lo duda, lea a su colega
José Alejandro Rodríguez, quien año por año
y día por día describe el fracaso de la dictadura
que usted defiende.
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