Cambio,
por favor
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) –
El zarandeo que hubo en La Habana los días nueve y diez de
diciembre, tuvo fuerte resonancia. Hasta los periódicos oficiales
Granma y Juventud Rebelde hablaron del asunto. Así que el
Día Internacional de los Derechos Humanos no pasó
inadvertido en la Isla.
El protagonismo principal estuvo en las Damas de
Blanco, y en grupos de la oposición pacífica y la
policía política. Y como es usual, hubo víctimas
y victimarios.
Y aunque la prensa gubernamental rompió en
alguna medida el círculo de silencio interno al hacer pública
una visión totalmente parcializada de los hechos, sin mencionar
para nada la cantidad de detenidos, golpeados o de alguna manera
reprimidos, siempre hay algo que llama la atención en el
accionar gubernamental en todo lo que tiene que ver con la gente
que se le opone internamente.
¿Que mienten? Eso es parte de la esencia,
y mencionar eso es totalmente innecesario. Lo que llama la atención
es la permanente repetición de los mismos calificativos,
las mismas palabras, el mismo “argumento”.
Tratan siempre de desacreditar a las personas para
dejar sin validez sus ideas y de esa forma no tener que responder
a ellas.
Pero es que se han convertido en algo tan desabrido
y aburrido como el yogur de soya sin azúcar que todos los
días dan como merienda a los estudiantes de secundaria básica.
Llevan cuarenta y nueve años diciendo que
los que se les oponen están al servicio del imperialismo
yanqui. Eso ya no tiene “pegada”, y nadie lo cree. Aunque
sea uno tiene que haber estado al servicio de sí mismo.
Creo, por ejemplo que si dicen que están al
servicio de la Atlántida o el Triángulo de las Bermudas,
eso va a despertar algún tipo de atención y se meditará
sobre el asunto.
Llevan tiempo ya repitiendo que los oposicionistas
son mercenarios. No buscan ni siquiera un sinónimo. Eso no
molesta a nadie. Tienen que decirle algo verdaderamente ofensivo.
Por ejemplo: chavistas.
Con lo que publicaran sobre los incidentes del nueve
y el diez fueron aún menos originales, porque no sólo
las palabras eran casi las mismas, aunque los trabajos estaban firmados
por distintos periodistas, sino que, incluso, más o menos,
la cantidad de caracteres era la misma. Hasta el dato de que la
Sección de Intereses de Estados Unidos ha realizado en lo
que va de año 300 contactos con “los elementos mercenarios”
era lo mismo.
No se pudo ni conocer siquiera cuál de los
dos periodistas, si el de Granma o el de Juventud Rebelde, fue el
que estuvo durante casi un año siguiendo a los oposicionistas
para poder decir con exactitud la cantidad de encuentros que sostuvieron
con diplomáticos estadounidenses.
De todas formas, hay que reconocer que lo del parque
de Calzada y C, en el Vedado, les quedó mejor, porque aunque
ya en el filme El Padrino vimos la amoralidad bien reflejada, en
Cuba no se había apreciado en vivo un caso en el cual se
anunciara oficialmente que se van a firmar pactos internacionales
de derechos económicos, sociales y culturales, y de derechos
políticos y sociales, al mismo tiempo que un grupo de personas,
por reclamar pacíficamente respeto a los derechos humanos,
eran golpeadas, ultrajadas por representantes del régimen.
Pero eso fue una excepción, porque no
todos los días se puede decir que se van a firmar protocolos
internacionales. Así que, por favor, a los señores
gobernantes les solicito que hagan cambios en sus argumentos y en
los calificativos referentes a los opositores, porque se puede llegar
a pensar que lo de Cuba es una comedia cuando en realidad es una
gran tragedia.
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