Denuncian
nueva ola de represión política contra los disidentes
Terra
Actualidad - EFE, 9
de febrero de 2006.
Un grupo cubano defensor de los Derechos Humanos
denunció hoy una nueva 'oleada de represión
política' del Gobierno de la isla contra
la disidencia y expresó su 'inquietud'
por el grado de violencia empleado en estas acciones.
'Denunciamos ante las organizaciones internacionales
de Derechos Humanos, la comunidad de gobiernos
democráticos y la opinión pública,
la nueva oleada de represión política
del Gobierno de Cuba contra decenas de pacíficos
disidentes', señaló un informe de
la Comisión Cubana de Derechos Humanos
y Reconciliación Nacional.
La Comisión, considerada ilegal por las
autoridades cubanas, denunció agresiones
físicas selectivas, allanamientos a domicilios
y confiscaciones de libros y objetos de uso personal.
'Es particularmente inquietante el grado de violencia
física y verbal, sin precedentes en los
últimos años, que han empleado los
individuos movilizados por el Gobierno durante
estas acciones represivas de las últimas
semanas bajo la dirección, torpemente encubierta,
de la policía política secreta',
añadió.
Las acciones represivas, continuó el informe,
se han producido en ocho de las catorce provincias
del país en menos de treinta días,
lo cual demuestra que 'se trata de una operación
represiva en gran escala ejecutada a partir de
una decisión del Gobierno central'.
La organización, liderada por el disidente
Elizardo Sánchez, afirmó que estas
acciones violan las leyes cubanas y varios artículos
de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, y adelantó que informará
a la Comisión de Derechos Humanos de la
ONU y a la Relatoría Especial sobre la
situación en la isla.
'Ante la gravedad de la situación y la
posibilidad de que estas acciones sigan ocurriendo
en las próximas semanas o meses, debe instarse
al Gobierno de Cuba para que sus órganos
de policía política dejen de instigar
y organizar acciones represivas y encubiertas',
agregó el informe.
La Comisión advirtió de que 'es
totalmente irresponsable e inmoral crear artificialmente
un clima de violencia política que sólo
puede generar más violencia y odio entre
los ciudadanos'.
En la primavera de 2003, en lo que se consideró
la ola represiva más importante de los
últimos años, las autoridades cubanas
condenaron a 75 disidentes a penas de hasta 28
años de prisión, acusados de conspirar
con Estados Unidos, atentar contra la independencia
del Estado y socavar los principios de la revolución.
Desde entonces, catorce de ellos han sido excarcelados
con licencias concedidas por motivos de salud.
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