Nuevo
acto de repudio a Sigler Amaya
Por Josefa López Peña
/ PayoLibre. 24 de
enero de 2006.
La seguridad del estado y el partido comunista
dirigen y financian otro acto de repudio en contra
de un miembro de la familia Sigler Amaya. Este
lunes 23 de enero fue víctima de un agresivo
acto de repudio el opositor pacífico Juan
Francisco Sigler Amaya, miembro de la dirección
nacional del Movimiento Independiente Opción
Alternativa.
Esta violenta acción ocurrió a
la 7 de la mañana en el área de
trabajo de Sigler, donde labora como obrero agrícola
en el banco de semilla de cultivos varios de la
industria azucarera.
Según pudo conocer el desterrado político
Miguel Sigler Amaya, vía telefónica
desde Cuba, el opositor pacifico de 55 años
de edad fue ofendido, provocado, y amenazado directamente
de muerte por miembros del partido comunista de
Cuba, en presencia de todos los obreros de este
centro.
En medio de un fuerte forcejeo entre obreros
y partidarios del régimen, los obreros
impedían que golpearan a Juan Francisco.
Partidarios del régimen le gritaban que
no merecía el aire que respiraba, que seria
expulsado de este centro, que le ajustarían
cuentas, que lo tenían en la mirilla, que
era un connotado terrorista, que le iban a hacer
la vida imposible y que lo iban a matar a golpes
cuando saliera para su casa.
No faltaron los improperios, falta de respetos,
palabras obscenas. Pero los obreros no respondían
nada, ya que no estaban de acuerdo con lo que
veían. Refiere Juan francisco que al finalizar
aquella vandálica acción y ya retirados
del lugar los partidarios comunistas, la mayoría
de los obreros se disculpaban y le echaban el
brazo por encima en apoyo a la causa que este
defiende.
Por otra parte Sigler Amaya dice: "Ellos
quieren lincharme, yo lo sé, y mi familia
vive los momentos de mayor peligro de todos los
tiempos. El domingo 22 lo demostraron en un acto
de repudio que nos hicieron en mi casa, sede nacional
del Movimiento Independiente Opción Alternativa.
"Uno de ellos que se veía que había
ingerido bebida alcohólica tenía
en sus manos dos cuchillos para asesinarme por
la espalda, afortunadamente una persona del pueblo
me salvó la vida. Se las ingenio para hacerme
llegar un pequeño papelito alertando del
asunto. No importa, podrán matarme, pero
jamás podrán evitar el curso de
la historia, y la razón está de
nuestra parte".
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