Los consejos de China
a Cuba
Andres
Oppenheimer. El Nuevo Herald, 3 de marzo de
2005.
PEKIN -- La prestigiosa Academia Nacional de
Ciencias de la República Popular China
le ha dado un sabio consejo a la hermana república
socialista de Cuba: si quieren hacer crecer su
economía, hagan reformas de libre mercado.
En efecto, durante mi visita al Instituto de
Estudios Latinoamericanos de la Academia Nacional
de Ciencias en Pekín, me encontré
con esta nada sutil recomendación en un
estudio titulado ''Las Reformas Económicas
de Cuba desde la Perspectiva China''. De más
está decirles que me quedé boquiabierto.
No es nada usual que un instituto gubernamental
chino critique, aunque sea tácitamente,
a Cuba. Aunque ya pasaron dos décadas desde
la dramática apertura de China a Occidente,
la línea oficial del régimen chino
sigue siendo de apoyo incondicional al hermano
país socialista de Cuba.
Varios de los altos funcionarios chinos que tuve
oportunidad de entrevistar durante mi visita de
10 días a este país me expresaron
gran admiración por el presidente vitalicio
cubano Fidel Castro. Y los diplomáticos
extranjeros con quienes hablé en Pekín
me comentaron que el embajador cubano es el rey
de los embajadores latinoamericanos en la capital
china.
Pero, hilando un poco más fino, tengo
la sospecha de que el informe del Instituto refleja
la verdadera opinión de los líderes
reformistas del régimen chino sobre Cuba.
Pero antes de examinar por qué China mantiene
una fachada de apoyo entusiasta al régimen
de Cuba, analicemos el informe, que fue publicado
a fines del 2002 por Jiang Shixue, el subdirector
del Instituto, pero hasta ahora era poco conocido
en Occidente.
El estudio indica que mientras la economía
china ha crecido un fenomenal promedio del 9.5
por ciento anual en las últimas dos décadas,
y el ingreso per cápita chino se ha más
que duplicado en ese lapso, la economía
cubana en el mejor de los casos quedó estancada.
''Comparada con Cuba, China ha realizado mayores
progresos en estimular el desarrollo económico,
[y] elevar el nivel de vida de sus habitantes'',
señala el estudio chino. ''¿Qué
puede aprender Cuba de China?'', pregunta a continuación.
Estas son algunas de sus conclusiones:
o Lección No. 1: El gobierno cubano debería
cambiar ''su fundación teórica''
y abrazar abiertamente las reformas de libre mercado.
''Las reformas cubanas no están basadas
en una teoría clara y definida'', señala
el estudio. Mientras que el mandatario chino Deng
Xiapoing, quien inició las reformas de
libre Mercado en 1978, era un pragmático
que decía que ''el mercado también
puede servir al socialismo'', los líderes
cubanos "insisten en que Cuba no se moverá
hacia el mercado''.
Y mientras que Deng pedía a los funcionarios
chinos ser ''más liberales, valientes,
y expeditivos'' en la aplicación de las
reformas económicas, Castro hizo exactamente
lo
contrario.
o Lección No. 2: Cuba debería acelerar
el paso de las mínimas reformas económicas
implantadas hasta este momento. "Tal como
señalaron algunos investigadores chinos,
los líderes cubanos deberían mostrar
más apertura y valentía en áreas
tales como la reestructuración de la propiedad
y la apertura al mundo exterior''.
o Lección No. 3: En vez de penalizar la
riqueza, Cuba debería permitir que algunos
sectores de la población se enriquezcan.
''Parecería necesario que Cuba permitiera
que algunos cubanos se enriquezcan. En China esta
experiencia demostró motivar a la gente
a trabajar, y hacer que la economía crezca
más rápidamente'', dice el estudio.
o Lección No.4: Cuba debería ''mejorar
la estructura de su propiedad'' (lo que en la
jerga del partido comunista significa que Cuba
debería privatizar sus empresas estatales).
Mientras que China ya privatizó más
del 60 por ciento de su economía, y se
espera que el porcentaje aumente rápidamente
en los próximos años, la economía
cubana sigue casi en su totalidad en manos del
gobierno.
''Cuba necesita apurar el paso en este sentido'',
agrega el estudio. "Tal como señalaron
algunos investigadores chinos, el liderazgo cubano
debería adoptar una actitud más
tolerante con el sector no-publico [privado''.
Mis conclusiones: las diferencias entre Pekín
y la Habana son abismales. China no sólo
permite la propiedad privada, sino que ha permitido
que más de 10,000 empresarios tengan mas
de $10 millones cada uno, y ha sacado a 250 millones
de personas de la pobreza en las últimas
dos décadas. Cuba, en cambio, ha logrado
que la totalidad de sus 11 millones de habitantes
se convierta en pobre, y cada vez más pobre.
¿Por qué China mantiene oficialmente
su alianza con Cuba? Probablemente porque China
se está volviendo un país capitalista,
y el régimen chino necesita mantener una
fachada comunista para justificar su dictadura
unipartidista.
De todas maneras, si el estudio del Instituto
refleja el pensamiento oculto de los líderes
reformistas chinos, como me lo sospecho, creo
que tendrá un gran impacto en Cuba. Quién
sabe, quizás los primeros vientos de cambio
en la Cuba post-Castro no vengan de Washington,
sino de Pekín.
|