"Fue un tremendo desacierto romper las relaciones con
Cuba"
Entrevista con Reinaldo Gargano, el próximo cancilller La
Nación Line, Argentina, 28 de febrero de 2005.
MONTEVIDEO (De un enviado especial).- Para Reinaldo Gargano existe
en la actualidad un "arco virtuoso" en América del Sur, que parte
de Chile, recorre la Argentina y Brasil y va hasta Venezuela. Con el ascenso
de un gobierno de izquierda en Montevideo, a este arco se suma ahora Uruguay,
porque de lo que se trata, según el futuro canciller uruguayo, es del surgimiento
de una "comunidad ideológica" que los líderes de la región
deben consolidar mediante la integración y el desarrollo, con el Mercosur
como principal plataforma de despegue. Cuidadoso en la elección
de sus palabras, en una entrevista exclusiva con LA NACION el actual senador y
presidente del Partido Socialista uruguayo afirmó, además, que el
restablecimiento de las relaciones con Cuba, que se hará efectivo mañana
tras la toma de posesión de Tabaré Vázquez, no debe ser interpretado
por Estados Unidos como un gesto desafiante. "Quiero mejores relaciones
[con Washington]", dijo Gargano. Sin embargo, no ocultó su rechazo
al unilateralismo en las relaciones internacionales y al papel de "portaestandarte"
de la política norteamericana que -opinó- desempeñó
respecto de Cuba el gobierno del saliente Jorge Batlle. -¿Cuáles
van a ser las prioridades del nuevo gobierno y de qué manera representan
un giro respecto de la actual política exterior? -La política
de integración es uno de los cinco ejes de la plataforma programática
que ofrecimos a la ciudadanía y con la cual triunfamos de manera absoluta.
Esto es: el fortalecimiento del Mercosur, en lo institucional y en la complementariedad
económica, y su expansión a otros países de América
del Sur, con una política real de apertura económica y emprendimientos
complementarios en el plano productivo y no sólo en materia comercial.
-El Mercosur es entonces una prioridad muy clara... -Sin duda, pero
como palanca para ir más allá del Mercosur, hacia un objetivo que
parece muy distante que es la Comunidad Sudamericana de Naciones. Integración
es para nosotros posibilidades de desarrollo sustentable y sostenido. El hambre
en el continente sudamericano es un insulto y ese insulto hay que destruirlo.
Todo esto es claramente muy distinto de lo que piensa el gobierno saliente. -¿La
coincidencia ideológica de casi todos los presidentes de la región
favorece esta integración? -Si por coincidencias se entiende algo
más que una visión doctrinaria, una común idea de cuáles
son los caminos para resolver los problemas del desarrollo productivo, de defensa
del medio ambiente y de crear condiciones de vida dignas, estoy de acuerdo en
que hay una comunidad ideológica. Creo que existe lo que llamo un arco
virtuoso, que arranca en Chile, pasa por la Argentina, atraviesa Uruguay, va por
Brasil y llega hasta Venezuela. Este arco tiene que consolidarse mediante una
política de desarrollo, porque ninguno resuelve sus problemas de fondo
si no resuelven los problemas de desarrollo económico con una visión
hacia el afuera inmediato, que es el continente sudamericano. -¿Qué
tratamiento se les va a dar a las inversiones argentinas? -Aquí
rige una ley de inversiones que es sumamente permisiva. Eso no va a tener variaciones.
Todo aquel que quiera poner un peso acá va a ser bienvenido, siempre que
sean inversiones productivas. Después de Haití, Uruguay es el país
que tiene la menor tasa de inversión externa en América latina.
Va a haber libertad para llevarse las ganancias, pero también la obligación
de pagar los impuestos. -¿Por qué la determinación
de hacer del restablecimiento de las relaciones con Cuba uno de los primeros actos
de gobierno? -Porque fue un tremendo desacierto romper relaciones con Cuba.
Uruguay cumplió un papel desgraciado de ser portaestandarte de la política
exterior de Estados Unidos con respecto a Cuba. Esto llevó a reacciones
destempladas, un intercambio de insultos y el rompimiento de las relaciones. La
política del nuevo gobierno es mantener relaciones con todos los Estados.
Universalismo en materia de relaciones, fundamentado en la autodeterminación
de los pueblos y una política exterior de no agresión en un mundo
donde prime el multilateralismo y no el unilateralismo. -¿No cree
que esto podría ser interpretado en Estados Unidos como contrario a sus
intereses? -Yo creo que no. Al contrario: yo quiero mejores relaciones
con Estados Unidos. Les estamos vendiendo 400 millones de dólares en carne
y quiero venderle 800. Y quiero que vengan acá e inviertan. |