Los duros
Regis Iglesias Ramirez. El
Nuevo Herald, 2 de marzo de 2005. Burdas y estridentes, en su
''guerra'' contra el Proyecto Varela y sus gestores, han sido algunas ''gargantas
profundas''. Tan profundas, que no se llega a conocer quién desde esos
recónditos interiores acciona sus cuerdas vocales. Quizás, escondida
en torcidos intestinos se esconda la respuesta. Y es que se supone, en el mejor
de los casos, que todos trabajamos por la democracia, nos asisten limpios presupuestos
y nos impulsan altruistas ideales. Pero no estamos aún en democracia,
creo que esto es obvio para todos. Cuando se está frente a un aparato represivo
y propagandístico tan implacable como el del régimen cubano es simplemente
desconcertante comprobar que a nuestras espaldas, ininterrumpidamente, caen flechas
y dardos rociados en mortales ungüentos. El 19 de marzo del 2003 dije
a un periodista, en lo que resultó mi última conversación
con ''los medios'' antes de mi secuestro, que se verían horrores. No porque
fuera profeta ni mucho menos, sino porque los horrores estaban a la vista de todos
desde hacía mucho tiempo y era, el mío, un comentario lógico.
Pero es cierto eso de que no hay peores ciegos que los que no desean ver. ''Hacer''
una ''figura'' política en Cuba no es difícil, cuando éstas
son virtuales, ya sea progubernamental u oposicionista. En el primer caso,
la historia está llena de ejemplos en los que sujetos ignorantes o crueles,
arribistas y oportunistas sin escrúpulos, con el único ''mérito''
personal de proclamar públicamente su ''devoción'' al ''líder
máximo'' y su régimen son exaltados a los puestos de mayor importancia
en el aparato administrativo de la República. Con la misma velocidad, sin
embargo, quien les pone les quita y son sustituidos por otros de similares características. En
el campo opositor es, en ocasiones, más simple. Por supuesto, me estoy
refiriendo a esos casos de ''figuras'' que en su momento nos han caído,
nos caen y nos caerán, sin que nadie sepa a ciencias ciertas su oscuro
origen de procedencia, como descendidas en globos aerostáticos. O por qué
causas emergen de la noche a la mañana al estrellato. No se trata aquí
de aquéllos que, vengan de donde vengan, trabajan con honestidad, patriotismo
y transparencia. A veces todo se reduce a haber tenido, supuestamente, en
el pasado, cargos como funcionarios del régimen o vínculos directos
con éste (algo que no define para nada la capacidad intelectual o moral
de la persona, pues buenos y malos salen de cualquier matriz). También
a banalidades como poseer una línea telefónica propia, una buena
vivienda o, con un poco más de premeditación, sacrificarse algún
tiempo en prisión (lo que ayuda a dar credibilidad al mito) y granjearle
''reputación'' con poses de "línea dura''. No se debe
olvidar algo tan decisivo como lo simpático o controlable que pueda resultar
el aspirante a ''caudillo comarqueño'' para algunos pequeños pero
influyentes y poderosos sectores de exiliados, que llegan a comprar, supongo que
inconscientemente, una mercancía salida y promovida, por otras vías,
de las factorías policiales del Estado comunista. No pensé
tener, a estas alturas, que dedicar un minuto al tema pues estaba convencido de
que los hechos y los propios golpes harían ganar, tanto a ''entusiastas''
oposicionistas, hermanos del exilio o ciudadanos del mundo verdaderamente interesados
en acercarse solidariamente y apoyar la pacífica y cívica lucha
por la democracia en la Isla, la experiencia suficiente para no tropezar dos veces
con las mismas piedras. En ocasiones, desde mi celda, percibo que no es
así. O si no, ¿por qué permanecen abiertas las puertas para
aquéllos que centran su actitud ''opositora'' en difamarnos, atacarnos,
combatiendo con todas sus fuerzas y recursos proyectos como el Varela o el Diálogo
Nacional, promovido por el Movimiento Cristiano Liberación, de probada
eficacia civilista? No se trata de ''diferencias políticas'' o ''caracteres
egocentristas''. Los enemigos agazapados en las filas democráticas se han
montado una imagen de ''duros'' bien dudosa --llegan a mentir respecto a su pasado
con una frialdad y un cinismo impresionantes. En una ocasión, una de estas
''maravillas'' llegó a decir, con la mayor tranquilidad y para sorpresa
paralizante de todos quienes compartían en un encuentro con políticos
extranjeros, que ''toda su vida'' había pertenecido activamente a la Iglesia
Católica. ¡Imposible! No se permitía, en este país,
a los jóvenes militantes comunistas en los años sesentas o a los
miembros del Ministerio del Interior, hasta la fecha, profesar el mismo credo
de los apóstoles Pedro y Pablo. Cabría preguntar por qué
razón se les cede tribuna a quienes tuvieron la indecencia de desatar,
hace algunos años, una campaña difamatoria, sucia y baja, en círculos
diplomáticos y políticos, contra el honor de la esposa fiel de un
''compañero'' suyo preso. Deberían analizar sus mecenas qué
les mueve a dar apoyo a sujetos que cuando la casi totalidad de la oposición
intentaba unirse, ellos se negaban a estampar sus ''ilustrísimas'' firmas
en un documento histórico que sería presentado a mandatarios foráneos,
sólo porque las suyas no aparecerían en primer plano sino en orden
alfabético, como las de todos los opositores y disidentes que sí
respaldaban aquellas pasadas iniciativas. ¿Por qué alguien da su
respaldo a quienes tergiversan, confunden y atacan al Proyecto Varela (llegaron
a orquestar ''un entierro simbólico'' del mismo) si éste ha significado
la primera demostración masiva en la que el pueblo, sin intermediarios,
ha expresado que quiere ser libre? ¿En nombre de qué ''democracia''
se les apadrina a estos "líderes''? ¿A qué viene
tal agresividad contra los humildes promotores de esa gesta inmensa que mostró
al mundo que los cubanos no sólo ''votan con los remos'' cuando se lanzan
a las peligrosas aguas del Estrecho de la Florida o cuando, obligados por el régimen,
asisten a las urnas con ''la máscara'', sino que también lo hacen
abiertamente con un bolígrafo sobre una boleta en la que estampan sus datos
personales y sus firmas valientes en respaldo al Proyecto Varela? ¿Por
qué estos ''cerebros'' son tan torpes a la hora de analizar el alcance
y la importancia del Proyecto Varela? ¿Cómo a alguien, por
muy malintencionado que sea, se le puede ocurrir el disparate político
de apoyar a individuos de semejante calaña, que en vez de dedicar sus esfuerzos
a organizar una base social, por mínima que sea, capaz de desarrollar un
activismo cívico real, se armaron el gran fraude mediático al presentarse
como ''líderes'' de una cofradía fantasma en la que incluyeron organizaciones
que trabajaban en el Proyecto Varela, pero a espaldas de sus miembros eran presentadas
como contrarias al mismo? ¿De dónde salieron, además, todas
esas organizaciones inexistentes que llenaban las listas de sus supuestos acólitos?
Algún que otro ingenuo mordió ese anzuelo, dentro y fuera de Cuba. ¿Saben
los patrocinadores de este tipo lamentable de ''oposición'' que esos ''duros''
internos a los que tanto gustan oír en peroratas radiales, en La Habana,
en la mesa de cualquier desayuno diplomático, piden bastante inversión
empresarial para que Mr. Dollar o Monsieur Euro traigan la supuesta transición
que ellos dicen querer que venga de la mano del embargo norteamericano? ¿Será
cierto que algunos prefieren quedarse ciegos por dejar tuertos a otros? Cometen
un grave y peligroso error quienes de buena fe han comprado esas monedas falsas.
Se están poniendo de espaldas a la historia quienes, sabiendo con lo que
tratan, juegan con lo más sagrado para los cubanos: nuestra libertad por
conquistar. Tiempo es ya de que rectifiquen, la dictadura aún oprime. Disidente
cubano miembro del Movimiento Cristiano Liberación, se encuentra en la
prisión Combinado del Este, cumpliendo una condena de 18 años tras
entregar con Oswaldo Payá las firmas del Proyecto Varela a la Asamblea
del Poder Popular. |