NOTICIAS
DE CUBA El
Nuevo Herald La OEA oye a disidentes Rui
Ferreira, El Nuevo Herald. 2 de marzo de 2005. La situación
de los presos de conciencia y las violaciones de derechos humanos en Cuba serán
objeto de análisis por parte de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, la cual producirá un informe próximamente que pudiera tener
un sensible impacto en las relaciones de Latinoamérica con el gobierno
de la isla. ''Esto representa una visión latinoamericana del problema
porque el gobierno cubano siempre intenta presentar el problema como un enfrentamiento
entre Cuba y Estados Unidos, y en este caso sería un enfrentamiento con
América en sentido general'', dijo Omar López Montenegro, director
de la Fundación por los Derechos Humanos en Cuba. El lunes, en Washington,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la Organización
de Estados Americanos (OEA) escuchó los argumentos de una serie de activistas
cubanoamericanos sobre la situación de los derechos humanos, entre ellos
miembros de la Asociación de Abogados Cubanomericanos (CABA por sus siglas
en inglés) y el Directorio Democrático Cubano. Según
Aldo Leiva, vicepresidente de CABA, la entidad pidió en septiembre del
2003 que la comisión interamericana le diera una audiencia para presentar
sus argumentos en relación con las violaciones derechos humanos en la isla
y la situación derivada del arresto en abril de ese año de 75 periodistas
independientes. En la audiencia participaron en calidad de testigos la madre
de un preso político y el disidente Leonel Morejón Almagre, de Concilio
Cubano. ''Hay un hecho real, y es que Cuba firmó la Carta de Derechos
Humanos y está obligada a cumplirla aunque [su gobierno] no esté
en la OEA. Se le envió [al gobierno cubano] estos documentos con las denuncias
de las violaciones, pero los han devuelto. El lunes tratamos de entregarlos en
la misión diplomática cubana [en Washington] pero no quisieron recibirlos'',
indicó Leiva. ''La cuestión aquí, en ultima instancia,
es que el gobierno [cubano] no responde porque sabe que no se puede defender'',
añadió. En la audiencia participó también John
Suárez, del Directorio Democrático Cubano, quien sostuvo que la
audiencia ''deja constancia con testimonios y hechos documentados, además
de un análisis pormenorizado del sistema jurídico cubano, de cómo
el gobierno castrista viola los derechos fundamentales de la ciudadanía
de una manera sistemática e institucionalizada'', dijo Suárez rferreira@herald.com
Ciudad de Wisconsin queda invadida por la cultura cubana Wilfredo
Cancio Isla, El Nuevo Herald. 02 de marzo de 2005. La cultura cubana
invadirá a partir de hoy la ciudad universitaria de Madison, Wisconsin,
con un festival cinematográfico cargado de títulos recientes, un
simposio sobre la realidad de la isla y la participación de una veintena
de prominentes expertos. Ambos eventos están auspiciados por la Universidad
de Wisconsin (UW), considerada entre las más importantes instituciones
académicas de la nación, con unos 40,000 estudiantes. Pero
como viene sucediendo con eventos relacionados con Cuba, otra vez no habrá
presencia de estudiosos y artistas residentes en la isla, a pesar de los esfuerzos
de los organizadores por garantizar su asistencia. ''Imaginamos un espacio
para dialogar sobre el tema predilecto de los cubanos en cualquier momento y lugar:
Cuba, su pasado, presente y futuro'', explicó Margarita Zamora, profesora
del Departamento de Español y Portugués de la UW. "Y, por supuesto,
invitamos a 12 cubanos de la Universidad de La Habana [UH] y otras instituciones
de la isla''. Zamora dijo que ''la pregunta sobre quién impidió
el viaje es compleja'', pues existían numerosos antecedentes de negativa
de visado para los cubanos, especialmente el caso de los 40 académicos
que no pudieron asistir a la convención de la Asociación de Estudios
Latinoamericanos (LASA) en Las Vegas, en octubre. ''A partir de ese momento
empezó a complicarse la comunicación con los cubanos, que ya habían
aceptado la invitación de UW'', relató. "Tengo entendido que
al gobierno cubano tampoco le interesaba que se solicitaran visas estadounidenses
en esas circunstancias''. El programa del simposio mantiene aún a
la periodista Mirta Rodríguez Calderón, profesora adjunta de la
Facultad de Comunicación de la UH, como posible asistente. Las gestiones
del festival de cine --en su tercera edición desde el 2002-- fueron por
otro camino, pero obtuvieron el mismo resultado. ''Desde el pasado año
comenzamos a contactar al ICAIC [Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos]
en La Habana para solicitar el envío de películas que nos interesaban,
pero no tuvimos siquiera respuesta'', expresó Arsenio Cicero, promotor
del festival. Por eso la muestra fílmica incluye sólo coproducciones
cuya distribución no depende del ICAIC, y obras realizadas por cubanos
en el exilio. En la programación del festival figuran títulos como
Más vampiros en La Habana, de Juan Padrón; La Fabri-K, de Lisandro
Pérez; Siete días, siete noches, de Joel Cano; Versos robados y
Las noches de Constantinopla, de Orlando Rojas; y la premiere de Cercanía,
filmada en Miami por Rolando Díaz. Tanto Díaz como Rojas estarán
en Madison. El simposio, que se extenderá hasta el sábado,
se inaugura esta tarde con una disertación de Wayne Smith, profesor de
la Universidad Johns Hopkins, sobre las relaciones históricas entre Cuba
y EEUU. Entre los panelistas se incluyen además Gustavo Pérez Firmat,
Alejandro Portes, Rafael Rojas, Abilio Estévez, Ileana Fuentes, Uva de
Aragón, Guillermo Grenier y Antonio Zamora. Cortometraje provoca
sorpresas y suspicacias Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald. 28 de febrero de 2005. Los mecanismos de censura cinematográfica
en Cuba se han hecho definitivamente más sutiles en la última década:
no importa tanto que producciones independientes logren realizarse si al final
no se difunden en los medios controlados por el Estado. La reciente circulación
dentro y fuera de la isla de Monte Rouge, un cortometraje de 15 minutos que satiriza
las prácticas de la Seguridad del Estado, ha provocado sorpresas y suspicacias
en el exilio de Miami, donde el material ha comenzado a pasar de mano en mano
en copias clandestinas de DVD. El cortometraje está siendo ya alquilado
en algunas tiendas de video de Miami y puede también verse en un sitio
creado en la internet (http://www.arrebatus.com/
downloads/monterouge.mpg). 'El desarrollo de la tecnología digital
ha conseguido cierta `democratizacion' productiva dentro de Cuba, lo que no se
ha democratizado es la exhibición'', comentó ayer el realizador
Orlando Rojas, exiliado en Miami desde el 2003. Como decenas de otros cortometrajes
realizados en la isla con una cámara digital, pocos actores y mínimos
recursos escenográficos, Monte Rouge es el resultado de una creciente producción
independiente que emergió desde mediados de los años 90, en su mayoría
protagonizada por jóvenes creadores. El video fue filmado sin apoyo
del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) a un
costo de $500. La locación que se empleó fue la casa de Eduardo
del Llano, director, guionista y actor de la película. Pero la inusual
mordacidad empleada por Monte Rouge en torno al espionaje practicado por la Seguridad
del Estado con los ciudadanos comunes, y las irónicas referencias lanzadas
contra íconos de la propaganda gubernamental como las Mesas Redondas, el
diario Granma y las tribunas abiertas, no han pasado inadvertidas por las instituciones
oficiales. El material no fue aceptado por los organizadores del pasado
Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y tampoco se
mostró en la IV Muestra de Jóvenes Realizadores, que concluyo ayer. En
fechas cercanas los cortos En vena, del fallecido Terence Piard, y Todo por ella,
de Pavel Giroud, ambos dedicados al tema de la drogadicción juvenil, sólo
pudieron presentarse en la muestra juvenil, y Fuera de liga, de Ian Padrón,
con testimonios de peloteros desertores como el Duke Hernández y Kendry
Morales, terminó prohibida por el ICAIC. También Malabana,
una coproducción del ICAIC con la firma italiana La Bola Productions, fue
impedida de presentarse en la isla y terminó exhibiéndose a finales
del año pasado en Miami. La película abordaba el tema del narcotráfico
y la corrupción interna, aunque el ICAIC argumentó que era ``excesivamente
vulgar''. Curiosamente, dos actores de Malabana, Luis Alberto García
y Néstor Jiménez, figuran junto a Del Llano en el elenco de Monte
Rouge. Ninguno de los tres pudo ser localizado para comentar a pesar de múltiples
insistencias de El Nuevo Herald. Tampoco fue contactado el compositor Frank
Delgado, autor de la música del corto, ni Raúl Pérez Ureta,
un legendario director de fotografía del cine cubano y creador de las imágenes
del corto. Del Llano, Delgado y Pérez Ureta estuvieron en el equipo
creador de la polémica Alicia en el pueblo de Maravillas, lo que el crítico
Alejandro Ríos considera un ``hecho de gran simbolismo''. ''Por mucho
que los realizadores quieran enmascarar su carga subversiva, Monte Rouge es un
hito como lo fueron en su momento Alicia y PM [1961, corto de Sabá Cabrera
Infante y Orlando Jiménez Leal]'', acotó Ríos, fundador del
Ciclo de Cine Cubano del Miami-Dade College. El realizador Rolando Díaz,
director de películas como Los pájaros tirándole a la escopeta
y Si me comprendieras, coincide en que Monte Rouge marca ``un suceso insólito
dentro del cine cubano''. ''Es una versión de lo que todos sabíamos
pero nadie había puesto en imágenes hasta ahora'', expresó
Díaz, actualmente exiliado en España. ``No creo que se trate de
una operación instrumentada, porque no tendría sentido constatar
con artistas cubanos las acciones de vigilancia y espionaje ciudadano que todavía
muchos se niegan a admitir en el extranjero''. |