"La
mentalidad revolucionaria nos llevó al suicidio"
La evolución e involución
de las izquierdas y del sentimiento antinorteamericano
en la región
La
Nación Line, Argentina, 26 de junio
de 2005.
Antinorteamericano se hace; no se nace. Lo aprendió
Carlos Alberto Montaner en Cuba: era una sociedad
que no confiaba en las instituciones, "con
la idea de conseguir empleo en una compañía
gringa y mandar a sus hijos a estudiar a una universidad
gringa". Una sociedad que creyó que
la solución iba a llegar de la mano "de
un hombre bien intencionado rodeado de ángeles
políticos revolucionarios". Ese hombre
era Fidel Castro.
"En 1959 empieza la revolución -dijo
Montaner-. Mi padre, Ernesto Montaner, era muy
amigo de Fidel Castro. Sale de la cárcel
y va a esconderse al apartamento del Hotel Central
de La Habana que tiene mi padre, separado de mi
madre. Mi tío político, el primo
hermano de mi padre, era el jefe político
de Castro. Lo protege y le salva la vida. Todos
esos señores fueron recibidos por nosotros
con grandes aplausos. Entran en Cuba con la decisión
de crear un régimen comunista. ¿Por
qué el país se entrega a una aventura
como ésa? La mentalidad revolucionaria
nos llevó al suicidio."
A sus ojos, la sociedad abdicó frente
al líder. A sus ojos, también, Venezuela
corre ese riesgo con Hugo Chávez, por más
que no haya llegado al poder por medio de una
revolución.
"Por la vía electoral, los venezolanos
se entregaron a manos de un aventurero que en
1992 intentó un golpe de Estado -dijo Montaner,
radicado en Madrid desde 1970-. Como en Cuba,
el antinorteamericanismo viene después.
Denuncia todos los días que lo quieren
matar, que quieren desembarcar los norteamericanos.
Va a ser interesante ver qué hacen los
países sudamericanos cuando empiece a crecer
exponencialmente el aparato militar de Chávez.
¿Qué va a hacer Brasil, sobre todo?"
Capacidad de contención
Respondió Jorge Argüello: "Es
deseable que brasileños y argentinos sean
capaces de contener todas las situaciones explosivas
que se den en América del Sur. Sin ir más
lejos, era impensable que se acordara un gasoducto
peruano que, a través de Chile llegue a
Brasil, atravesando Uruguay y la Argentina. Una
obra colosal de 2500 millones de dólares,
financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Fíjense cómo la crisis energética
está forzando la cooperación. De
la misma manera elijo creer que esa cooperación
va a visualizarse cuando haya peligros de desbordes".
A su turno, Natalio Botana distinguió
dos tipos de izquierda en América latina:
la autoritaria y la democrática.
"Cuando nace la izquierda en la Argentina,
a fines del siglo XIX y principios del siglo XX,
tiene una forma socialdemócrata -dijo-.
Eso era el Partido Socialista. Luego, con la evolución
del siglo XX, hay que tener en cuenta que el gran
proceso de la revolución va pegando en
América latina. La revolución comienza
en la Unión Soviética. Quiere expandirse
a Europa; no lo logra. Se expande hacia Asia y,
por último, el coletazo es en América
latina en la década del sesenta. Eso va
a crear todo un núcleo mítico muy
fuerte que perduró."
Nacionalismo
Jorge Castro, a su vez, dijo que el régimen
de Castro es un fenómeno cubano: "Es
un nacionalismo antinorteamericano, antiglobalización,
cuya característica fundamental es una
estructura de tipo carismático, autoritario
y burocrático -advirtió-. El propio
Fidel Castro va redefiniendo la ideología
del régimen en la medida en que cambian
las condiciones históricas. Del marxismo-leninismo
de la década del setenta queda muy poco
en la vida pública y en la constitución
cubanas".
No estuvo de acuerdo Botana: "Discrepo en
eso -repuso-. El modelo soviético, cualquiera
sea su fórmula, es la reducción
total a la unidad del Estado de todas las esferas.
Eso en Cuba existe".
Jorge Castro había señalado que
los tres gobiernos de izquierda del Cono Sur,
Lula en Brasil, Ricardo Lagos en Chile y Tabaré
Vázquez en Uruguay, "tienen una política
económica ortodoxa de pleno acuerdo con
el Fondo Monetario Internacional". Lo mismo
sucede con el gobierno de Néstor Kirchner,
en realidad. Ninguno, más allá de
las simpatías personales con Fidel Castro,
se declaró pro cubano.
"El statu quo cubano está en los
Estados Unidos y en el embargo comercial",
indicó Argüello. Lejos de discutirlo,
Montaner asintió: "¿Tú
crees? Bueno, Castro le dijo a Aznar (el ex presidente
español) que necesitaba dos generaciones
más de embargo".
A Chávez, al parecer, le alcanza, y sobra,
con el petróleo cada vez más caro
y con la imagen negativa del gobierno de George
W. Bush después de la guerra contra Irak.
Favores con los cuales Fidel Castro, en su tiempo,
no contó.
J.E.
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