PRENSA INTERNACIONAL
Junio 27, 2005
 

"La mentalidad revolucionaria nos llevó al suicidio"

La evolución e involución de las izquierdas y del sentimiento antinorteamericano en la región

La Nación Line, Argentina, 26 de junio de 2005.

Antinorteamericano se hace; no se nace. Lo aprendió Carlos Alberto Montaner en Cuba: era una sociedad que no confiaba en las instituciones, "con la idea de conseguir empleo en una compañía gringa y mandar a sus hijos a estudiar a una universidad gringa". Una sociedad que creyó que la solución iba a llegar de la mano "de un hombre bien intencionado rodeado de ángeles políticos revolucionarios". Ese hombre era Fidel Castro.

"En 1959 empieza la revolución -dijo Montaner-. Mi padre, Ernesto Montaner, era muy amigo de Fidel Castro. Sale de la cárcel y va a esconderse al apartamento del Hotel Central de La Habana que tiene mi padre, separado de mi madre. Mi tío político, el primo hermano de mi padre, era el jefe político de Castro. Lo protege y le salva la vida. Todos esos señores fueron recibidos por nosotros con grandes aplausos. Entran en Cuba con la decisión de crear un régimen comunista. ¿Por qué el país se entrega a una aventura como ésa? La mentalidad revolucionaria nos llevó al suicidio."

A sus ojos, la sociedad abdicó frente al líder. A sus ojos, también, Venezuela corre ese riesgo con Hugo Chávez, por más que no haya llegado al poder por medio de una revolución.

"Por la vía electoral, los venezolanos se entregaron a manos de un aventurero que en 1992 intentó un golpe de Estado -dijo Montaner, radicado en Madrid desde 1970-. Como en Cuba, el antinorteamericanismo viene después. Denuncia todos los días que lo quieren matar, que quieren desembarcar los norteamericanos. Va a ser interesante ver qué hacen los países sudamericanos cuando empiece a crecer exponencialmente el aparato militar de Chávez. ¿Qué va a hacer Brasil, sobre todo?"

Capacidad de contención

Respondió Jorge Argüello: "Es deseable que brasileños y argentinos sean capaces de contener todas las situaciones explosivas que se den en América del Sur. Sin ir más lejos, era impensable que se acordara un gasoducto peruano que, a través de Chile llegue a Brasil, atravesando Uruguay y la Argentina. Una obra colosal de 2500 millones de dólares, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo. Fíjense cómo la crisis energética está forzando la cooperación. De la misma manera elijo creer que esa cooperación va a visualizarse cuando haya peligros de desbordes".

A su turno, Natalio Botana distinguió dos tipos de izquierda en América latina: la autoritaria y la democrática.

"Cuando nace la izquierda en la Argentina, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, tiene una forma socialdemócrata -dijo-. Eso era el Partido Socialista. Luego, con la evolución del siglo XX, hay que tener en cuenta que el gran proceso de la revolución va pegando en América latina. La revolución comienza en la Unión Soviética. Quiere expandirse a Europa; no lo logra. Se expande hacia Asia y, por último, el coletazo es en América latina en la década del sesenta. Eso va a crear todo un núcleo mítico muy fuerte que perduró."

Nacionalismo

Jorge Castro, a su vez, dijo que el régimen de Castro es un fenómeno cubano: "Es un nacionalismo antinorteamericano, antiglobalización, cuya característica fundamental es una estructura de tipo carismático, autoritario y burocrático -advirtió-. El propio Fidel Castro va redefiniendo la ideología del régimen en la medida en que cambian las condiciones históricas. Del marxismo-leninismo de la década del setenta queda muy poco en la vida pública y en la constitución cubanas".

No estuvo de acuerdo Botana: "Discrepo en eso -repuso-. El modelo soviético, cualquiera sea su fórmula, es la reducción total a la unidad del Estado de todas las esferas. Eso en Cuba existe".

Jorge Castro había señalado que los tres gobiernos de izquierda del Cono Sur, Lula en Brasil, Ricardo Lagos en Chile y Tabaré Vázquez en Uruguay, "tienen una política económica ortodoxa de pleno acuerdo con el Fondo Monetario Internacional". Lo mismo sucede con el gobierno de Néstor Kirchner, en realidad. Ninguno, más allá de las simpatías personales con Fidel Castro, se declaró pro cubano.

"El statu quo cubano está en los Estados Unidos y en el embargo comercial", indicó Argüello. Lejos de discutirlo, Montaner asintió: "¿Tú crees? Bueno, Castro le dijo a Aznar (el ex presidente español) que necesitaba dos generaciones más de embargo".

A Chávez, al parecer, le alcanza, y sobra, con el petróleo cada vez más caro y con la imagen negativa del gobierno de George W. Bush después de la guerra contra Irak. Favores con los cuales Fidel Castro, en su tiempo, no contó.

J.E.

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