La disidencia en Cuba
La
Opinión, Los
Angeles, 29 de marzo de 2004.
En las últimas décadas la mayoría
de las naciones latinoamericanas han pasado por
diversos ciclos donde tuvieron como gobierno dictaduras
militares y civiles, a veces democracias con libertades
plenas y otras con menos libertades. Cuba es el
único país de la región cuyo
gobierno quedó congelado en una era pasada,
donde los logros conseguidos alguna vez por la
revolución hoy son tapados por las injusticias
que el régimen de Fidel Castro debe de
recurrir para mantener su hegemonía. La
existencia de cientos de disidentes en las prisiones
de la isla y la prohibición para un debate
político debe ser condenada por todos aquellos
que creemos que la libertad de expresar ideas
es un derecho fundamental.
En marzo del año pasado, 75 personas fueron
arrestadas en La Habana bajo los cargos de ser
mercenarios que trabajan con Estados Unidos para
derrocar al gobierno. En concreto, fueron acusados
de actividades como publicar artículos
críticos en los temas de economía,
sociales y de derechos humanos, de estar involucrados
con grupos extraoficiales considerados por las
autoridades como contrarrevolucionarios o por
tener contacto con individuos vistos como hostiles
a los intereses de Cuba. Entre los detenidos había
periodistas independientes, activistas prodemocracia
y opositores al régimen. Estas personas
fueron condenadas a penas que oscilan entre seis
y 28 años de cárcel durante un juicio
de un día de duración realizado
a puertas cerradas. Varios de ellos participaron
en el Proyecto Varela que había recogida
firmas suficientes como para pedir un referendo
de manera constitucional. La reacción del
gobierno, en este caso específico, fue
modificar la Constitución para anular esa
posibilidad y decretar la eternidad del socialismo.
La organización Amnistía Internacional
(AI) revisó la documentación disponible
llegando a la conclusión que éstos
entran en la categoría de presos de conciencia
recluidos por sus ideas. La situación se
agrava cuando el mismo grupo defensor de derechos
humanos también denuncia aseveraciones
de maltrato, golpizas y la falta de una atención
médica adecuada para los detenidos, además
de otra serie de irregularidades.
Es lamentable que la revolución cubana,
que hizo soñar con los principios de liberación
a toda una generación de jóvenes
latinoaemericanos, hoy se haya convertido en la
dictadura militar más antigua del continente,
con muchos de los vicios represivos de este tipo
de régimen. Nos unimos a AI para pedir
la libertad de estos disidentes cubanos y la apertura
del sistema, de esta manera se asegura que el
futuro de la isla se desarrolle desde dentro y
no desde afuera de la misma.
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