Washington Post: La primavera
de Cuba
MIAMI, 26 - Un editorial de The Washington Post
publicado el jueves 25 está dedicado al
primer aniversario de la ola represiva en la que
fueron detenidos y encarcelados 75 opositores
pacíficos y periodistas independientes
cubanos. "Llevado a cabo mientras la atención
del mundo estaba centrada en la guerra de Irak",
señala el editorial, "fue un intento
del presidente Fidel Castro de destruir la sociedad
civil pro democracia que había estado emergiendo
pacíficamente"
Añade The Washington Post que un año
después los 75 aún se encuentran
encerrados, "en muchos casos en condiciones
inhumanas" y que lo peor es que Castro apenas
ha sufrido las consecuencias de su ataque contra
la causa de la libertad en Cuba.
El editorial admite que la administración
Bush -afanada por complacer al exilio cubano-
reaccionó a los arrestos apretando algunas
sanciones sobre Cuba. "Pero el Congreso",
añade, "envió un mensaje opuesto",
votando por poner fin a las restricciones de viajar
a Cuba. "La Unión Europea adoptó
algunas sanciones simbólicas. Pero el comercio
y los turistas siguen proporcionando las divisas
que sostienen el régimen del señor
Castro". Agrega que más ayuda llega
de Hugo Chávez, de Venezuela, que ofrece
petróleo a su mentor en condiciones muy
beneficiosas. "Los populistas irresponsables
de toda la América Latina, como Néstor
Kirchner en Argentina, han cortejado al dictador;
cuando el ministro de relaciones exteriores de
Argentina visitó La Habana declinó
reunirse con las esposas de los demócratas
encarcelados".
El editorial cita también unas palabras
de Oswaldo Payá, quien dijo que desde la
oscuridad de sus celdas los prisioneros están
proclamando la Primavera cubana, que es la esperanza
de todo el pueblo.
Concluye el editorial de The Washington Post
afirmando que la falta de la comunidad internacional
en pedirle responsabilidad a Castro por sus crímenes
contra los mejores escritores, periodistas y maestros
significa que esa primavera probablemente no llegara
este año. "Pero aún cuando
Castro se aferra débilmente a su fracasada
ideología a los 77 años de edad,
debe saber en el fondo de su corazón que
está llegando".
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