NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
Piden pena máxima contra anticastristas
Agence France Presse, PANAMA.
Un fiscal y tres abogados querellantes pidieron
ayer una condena con la pena máxima en
Panamá, de 20 años de prisión,
para el anticastrista Luis Posada Carriles y tres
cómplices involucrados en un presunto plan
para asesinar al gobernante cubano, Fidel Castro,
en el 2000, informaron fuentes judiciales.
Tres días después de iniciado el
juicio contra Posada Carrilles, de 76 años,
junto a Pedro Crispín Remón (59
años), Guillermo Novo Sampoll (66 años)
y Gaspar Jiménez Escobedo (68 años),
el fiscal Arquímedes Sáez solicitó
al juez quinto, José Hoo Justiniani, que
''no tenga clemencia'' con la sentencia.
Junto a los cubanos también fueron acusados
como presuntos implicados el comerciante panameño
de origen cubano, César Matamoros, quien
habría facilitado la logística para
el atentado, y el panameño José
Hurtado, quien se desempeñaba como chofer
de Posada Carriles.
No obstante, para estos dos panameños
aún no se ha solcitado una pena específica.
Los cuatro cubanos acusados fueron detenidos
en noviembre del 2000 por los organismos de inteligencia
de Panamá, alertados por el propio Fidel
Castro, quien denunció en supuesto plan
para asesinarlo con una bomba durante la Cumbre
Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Estado
que se realizó en este país.
La Fiscalía acusó a Posada Carrilles
y al resto de los cubanos de los delitos de asociación
ilícita para delinquir, posesión
ilegal de documentos, posesión ilegal de
explosivos y delitos contra la fe pública,
por los cuales podrían ser condenados a
penas que oscilan entre 12 a 20 años de
prisión.
Pero el cargo más grave, el de intento
de asesinato contra Castro, fue anulado porque
la fiscalía aseguró que en su investigación
no encontró un detonador, ni material para
fabricar una bomba.
Según el fiscal, la investigación
realizada en los últimos tres años
permitió determinar que los anticastristas
introdujeron ilegalmente a Panamá 33 kilos
de explosivos a través de la frontera entre
Panamá y Costa Rica, 500 km al oeste de
la capital, "con los cuales pensaban asesinar
a Castro''.
Sáez también rechazó que
Posada Carriles hubiera viajado a Panamá
para garantizar la deserción del general
cubano Eduardo Delgado, como alega el acusado.
Asimismo, el fiscal cuestionó otro alegato
de la defensa sobre una presunta plantación
de explosivos por parte de los servicios secretos
de Cuba.
''Estamos preparados con la fiscalía y
los abogados querellantes para que estos terroristas
sean parados en seco, porque no hay terroristas
malos y terroristas buenos'', advirtió
por su parte uno de los tres abogados acusadores,
Julio Berríos.
Berríos dijo que la defensa de Posada
y su grupo quieren presentar a sus clientes ''como
terroristas buenos'' porque combaten el gobierno
de Castro, "como si sólo fueran terroristas
malos los izquierdistas, anarquistas, los ultranacionalistas
o los árabes''.
''Ellos no vinieron a Panamá para hacer
turismo, sino con la intención de asesinar
a (Fidel) Castro, sin importarle cuantas vidas
panameñas cobraran en este intento'', dijo
por su parte el abogado Rafael Rodríguez.
El abogado defensor de Posada Carriles, el ex
procurador panameño Rogelio Cruz, afirmó
que hasta ahora ''ninguno ha presentado ante el
tribunal ninguna evidencia que los involucre (a
los cubanos) en un plan para matar a Castro''
e insistió en la inocencia de su defendido.
Por su parte, y de acuerdo a un cable de la Associated
Press, María del Carmen, esposa del acusado
Jiménez, dijo que espera el pronto fin
del juicio.
''Ya ha pasado mucho tiempo y queremos a Gaspar
con nosotras en casa. Sus dos hijas lo esperan
en Estados Unidos'', señaló.
María del Carmen Jiménez, Miriam
Novo, esposa de Guillermo Novo Sampol, y otros
familiares de los detenidos se encuentran en Panamá.
El tema de los derechos enfrenta a Cuba y
Costa Rica
Efe, GINEBRA.
Costa Rica y Cuba protagonizaron ayer un duro
enfrentamiento verbal en la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU después de que
el canciller cubano, Felipe Pérez Roque,
preguntara si el Gobierno de San José prepara
una resolución contra La Habana, "actuando
como peón al servicio del amo imperial''.
Aprovechando su derecho de réplica, el
representante permanente de Costa Rica, Manuel
A. González-Sanz, respondió a los
''gratuitos agravios expresados por el canciller
del hermano pueblo de Cuba'' y dijo que no quería
"caer en la trampa de la provocación''.
El embajador costarricense señaló
que el pueblo cubano tiene ''todo el derecho del
mundo a vivir en plena libertad y en el ejercicio
pleno de los derechos humanos'' y expresó
el orgullo de sus compatriotas por "compartir
no sólo el idioma español, sino
también el de la paz, la libertad y el
respeto al prójimo''.
Tras recordar que Costa Rica fue el primer país
en abolir el ejército, en 1949, y que eliminó
la pena de muerte hace ya 117 años, ''sin
titubear nunca en todos los foros para denunciar
esa práctica'', dijo que no dejará
tampoco de denunciar ''respetuosamente, sin ceder
a intimidaciones, pero de manera firme, la violación
de los derechos humanos'' donde se produzcan.
Respondiendo a las acusaciones del canciller
cubano de que Costa Rica no haya votado nunca
en la Comisión ''contra las espantosas
violaciones de los derechos humanos y los crímenes
de Israel contra el pueblo palestino'', criticó
''los infructuosos intentos (cubanos) de generar
una infundada animadversión de los países
árabes en nuestra contra'', calificándolos
de "inaceptables''.
La intervención costarricense suscitó
a su vez una respuesta de un funcionario de la
delegación cubana que dijo que no había
respondido a la pregunta de su canciller de si
el Gobierno de San José sería este
año de nuevo ''la marioneta'' del de EEUU,
presentando una resolución de condena de
Cuba cuyo "texto ha sido escrito en Washington''.
En ese texto, dijo, "se incluyen graves
condenas al pueblo cubano para justificar la política
de bloqueo genocida y una eventual agresión
militar para destruir la revolución y sus
logros''.
El representante cubano dijo ''albergar serias
dudas'' de si Costa Rica no volvería a
presentar una resolución contra Cuba y
recordó el ''triste papel'' que hizo el
Gobierno de ese país centroamericano al
presentar una enmienda más dura a un proyecto
de resolución latinoamericano, que fue
finalmente rechazada en votación.
En declaraciones a EFE tras el rifirrafe diplomático,
el embajador costarricense explicó ''en
virtud de la transparencia'' que no hay todavía
nada decidido este año sobre la eventual
presentación de una resolución de
denuncia de Cuba y recordó que en la pasada
Comisión su país fue el único
de América Latina que ''levantó
la voz'' aquí sobre las detenciones, condenas
y ejecuciones de los disidentes en la isla.
Preguntado si Costa Rica está al menos
llevando a cabo consultas con otros países
latinoamericanos para presentar eventualmente
un texto sobre Cuba, el diplomático centroamericano
afirmó que su país ''no tiene el
liderazgo de las consultas'' y agregó que
las acusaciones cubanas "se basan en un rumor,
que no está confirmado''.
El embajador costarricense dijo no estar de acuerdo
con la propuesta de Cuba, China y numerosos países
africanos de dejar que la Comisión se abstenga
de señalar con el dedo acusador a los países
que atropellan los derechos humanos y se limite
a establecer en su lugar mecanismos de cooperación
técnica en esa materia con los violadores.
''Votaremos en contra de cualquier resolución
en ese sentido'', anunció el embajador
costarricense.
Cumplen un año en prisión los
disidentes cubanos
Mar Marin/Efe, LA HABANA.
Un año después de la campaña
que llevó a la cárcel a 75 disidentes
cubanos, la oposición interna sufre aún
el golpe y muestra señales de división,
mientras las esposas de los condenados han tomado
un papel activo en el reclamo de sus derechos.
A mediados del pasado marzo, la disidencia sufrió
uno de los golpes más duros, con la detención
de 75 opositores que fueron condenados a penas
de hasta 28 años de cárcel en juicios
sumarísimos.
Desde entonces, familiares y oposición
han venido denunciando las condiciones del presidio.
La mayoría ''languidece bajo condiciones
infrahumanas que significan una violación
de las reglas mínimas de la ONU para el
trato a presos y detenidos'', según el
disidente Elizardo Sánchez Santacruz, que
encabeza una ilegal Comisión de Derechos
Humanos.
''Por lo menos una decena son sexagenarios y
algunos padecían de serias enfermedades
al momento de su detención'', recordó.
Un año después, su salud ''se ha
deteriorado como consecuencia de todo este tiempo
sufriendo de confinamiento solitario, en áreas
de aislamiento y castigo de unas diez prisiones
de alta seguridad situadas generalmente a centenares
de kilómetros de sus hogares'', explicó.
''Ninguno tiene acceso a agua verdaderamente
potable, los alimentos que reciben son prácticamente
incomibles y en pésimas condiciones higiénicas,
aparte de insuficientes, la atención médica
es muy pobre y están sometidos a verdaderas
plagas de insectos y ratas'', agregó.
Al menos 13, según la Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional (CCDHRN), que encabeza Sánchez,
están hospitalizados y otros 10 presentan
un estado "incompatible con el internamiento
carcelario''.
Miriam Leiva, esposa del economista Oscar Espinosa
--condenado a 20 años-- denunció
recientemente que a su marido, de 63 años,
le diagnosticaron tumores cancerosos.
''Estoy muy alarmada, pienso que lo están
matando lenta y dolorosamente'', dijo a EFE.
Héctor Palacios, condenado a 25 años,
se recupera de una operación de vesícula
tras ''un año en el que ha vivido bajo
la tortura física y psicológica'',
según su esposa, Gisela Delgado.
El escritor y periodista Raúl Rivero,
de 58 años, salió hace unas semanas
del hospital tras someterse a una revisión
y su estado, según su mujer, no es preocupante,
aunque ha perdido más de diez kilos de
peso.
Las esposas de los disidentes se han movilizado
para reclamar sus derechos y muchas han ocupado
su lugar en actos públicos y en recepciones
diplomáticas.
La mayoría asegura que antes de las detenciones
no estaban en contacto con la disidencia e insisten
en que sus actuaciones no tienen sesgos políticos,
sino humanitarios.
'Si yo escribiera un libro pondría de
título 'En defensa de Raúl', porque
es lo que he hecho en el último año'',
dijo la mujer de Rivero, Blanca Reyes, convencida
de que el trabajo de las esposas ha servido para
que "fuera se conozca todo esto''.
''El gobierno nunca pensó que sin ser
una organización nos uniéramos por
el mismo problema'', afirmó.
Las esposas y madres de los disidentes condenados,
según Miriam Leiva, "se han convertido
en sus voces desde la prisión y hoy el
pueblo cubano conoce más que hace un año
la situación de los opositores''.
''Ha surgido un fenómeno nuevo, con el
que el gobierno no contaba, y es el que ha movido
a la población cubana y al mundo entero'',
insistió Leiva, para quien condenando a
los disidentes el gobierno quiso dar un ''escarmiento''
porque "el pueblo estaba perdiendo el miedo''.
Leiva cree que el golpe no ha debilitado a la
oposición, sino que "la ha fortalecido''.
Otros opositores que continúan tras las
rejas son el periodista Manuel Vásquez
Portal, la economista Martha Beatriz Roque y el
médico Oscar Elías Biscet.
También en opinión de Oswaldo Payá,
líder del Movimiento Cristiano Liberación
(MCL), la represión permitió un
fortalecimiento, porque fue seguida de una renovación
en las organizaciones.
Payá presentó en diciembre pasado
una detallada agenda de transición que,
lejos de aglutinar a la dispersa oposición,
ha sido criticada con dureza por otros grupos,
como el liderado por Félix Antonio Bonne
y René Gómez Manzano.
''No apoyamos en modo alguno esta nueva iniciativa.
No es idónea en lo absoluto para los fines
que expresa perseguir'', señalan ambos
en un amplio documento.
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