La lucha por el voto cubano
Andres Openheimer. El
Nuevo Herald, 11 de marzo de 2004.
''Qué ironía'', dice un chiste
que está circulando en el ambiente político
de Washington D.C. "Los cubanos no pueden
elegir su presidente en Cuba, pero eligen uno
en Estados Unidos''.
Efectivamente, los encuestadores coinciden en
que los cubanos exilados de la Florida jugarán
un papel clave en las elecciones presidenciales
de noviembre. Según los encuestadores,
los alrededor de 500,000 votantes cubanoamericanos
podrían ser el voto que incline la balanza
en la Florida, que a su vez --como ocurrió
en las elecciones del 2000-- podría ser
el estado que incline la balanza de la elección
nacional.
''El voto de los exiliados cubanos va a ser tan
importante, si no más, que en el pasado'',
me dijo el encuestador Sergio Bendixen. "Mientras
continúen votando en bloque, y mientras
la Florida siga siendo uno de los estados más
disputados, el voto cubano va a seguir jugando
un papel clave''.
Según varios expertos electorales, el
voto de los cubanoamericanos de la Florida será
más disputado esta vez porque se trata
de un grupo que vota masivamente en un estado
donde existe un empate cerrado entre ambos partidos,
y también porque la campaña de Bush
ya no podrá darlo por seguro.
En las elecciones del 2000, un 81 por ciento
de los cubanoamericanos votaron por Bush, y un
17 por ciento por el candidato demócrata
Al Gore. En aquel momento, muchos votantes cubanoamericanos
estaban furiosos con el gobierno de Clinton por
el caso de Elián González, el niño
balsero que fue repatriado al hogar de su padre
en Cuba.
Esta vez, sin embargo, no existe un ''factor
Elián'' que juegue a favor de Bush. Lo
que es más, varios grupos de exiliados
cubanos y conocidos políticos estatales
republicanos han criticado a Bush en los últimos
meses por no haber acompañado su discurso
de línea dura contra la dictadura de Fidel
Castro con hechos concretos.
Los críticos dicen que según algunos
indicadores --como el comercio, las remesas, los
viajes y los intercambios estudiantiles-- los
vínculos entre Estados Unidos y Cuba han
aumentado durante los últimos tres años.
Los estrategas del senador John Kerry, el casi
seguro candidato del Partido Demócrata,
calculan que si Kerry logra aumentar el voto cubano
para los demócratas a un 25 por ciento
o a un 30 por ciento --una meta realista, considerando
que Clinton logro el 36 por ciento del voto cubano
en 1996-- podría ganar la Florida. Sería
una ganancia de decenas de miles de votos, en
un estado que Bush ganó en las últimas
elecciones con sólo 537 votos, señalan.
''Por primera vez en muchos años, va a
haber una verdadera pelea por el voto cubano'',
dice Bendixen. "Los republicanos van a necesitar
el voto cubano más que antes, porque están
comenzando con desventaja''.
Según la última encuesta estatal
de The Miami Herald y el St. Petersburg' Times,
Kerry ganaría a Bush por 49 por ciento
a 43 por ciento si la elección tuviera
lugar hoy.
Roberto Suro, director del Centro Pew de Asuntos
Hispanos, coincide en que Bush necesitará
urgentemente ganar el voto cubanoamericano. ''Esta
vez, la elección será mucho más
competitiva'', dice.
¿Significa esto que veremos una batalla
entre Bush y Kerry por quién es más
''duro'' con Castro?
Es probable que Bush, por lo menos, anuncie medidas
para detener el crecimiento del comercio y el
turismo a Cuba, y que trate de pintar a Kerry
como un ''blando'' en el tema de Cuba.
Y Kerry, a su vez, tratará de demostrar
que no es amigo de Castro. Días atrás,
dijo en la Florida que apoya el embargo comercial
de Estados Unidos a Cuba --''un país estalinista,
dictatorial'', según le dijo al periodista
del Canal 10 Michael Putney-- pero que está
a favor de incrementar la influencia norteamericana
mediante contactos entre ambos pueblos.
Según fuentes del Partido Demócrata,
la estrategia de Kerry será centrarse en
temas no relacionados con Cuba, como el desempleo,
la salud y la educación. Los cubanoamericanos
están preocupados por estos temas, y el
apoyo a medidas de fuerza contra Cuba está
disminuyendo, dicen los estrategas demócratas.
En suma, el chiste sobre la importancia del voto
cubanoamericano sigue vigente. Y probablemente
lo siga estando, por lo menos mientras los cubanos
no puedan elegir a un presidente en la isla.
|