Paraguay debe defender con
firmeza los derechos humanos en Cuba
Diario
ABC Color, Paraguay,
7 de marzo de 2004.
Paraguay, uno de los cuatro países sudamericanos
junto a Argentina, Brasil y Chile que integran
la Comisión de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra, deberá
votar a favor o en contra de que este organismo
envíe una misión para examinar las
denuncias de violaciones de derechos humanos en
Cuba. Resulta sorprendente y alarmante que en
el Gobierno paraguayo aún existan dudas
sobre esta cuestión. Paraguay, un país
que sufrió en carne propia durante 35 años
una de las peores dictaduras del continente, no
puede por motivo alguno -como ser un acomodo político
con otros países de la región- obviar
su compromiso de salir en defensa de los derechos
humanos, más aun teniendo en cuenta que
el Gobierno de Cuba rechazó una resolución
de la ONU firmada dos años atrás
de enviar una comisión especial para analizar
la situación en la isla e impidió
el ingreso de la misma.
¿Cómo se explica que el presidente
Nicanor Duarte Frutos pueda tener alguna duda
sobre la conveniencia de que la ONU envíe
una misión a Cuba para verificar si han
habido violaciones de los derechos humanos? ¿Desconocen
acaso que días atrás una emisaria
de la ONU para asuntos de derechos humanos aseguró
que decenas de disidentes arrestados el año
pasado en una redada en Cuba están encarcelados
en condiciones alarmantes, confirmando las permanentes
denuncias realizadas por diversos grupos de derechos
humanos?
El presidente Nicanor sabe perfectamente que
la libertad de expresión, inexistente en
Cuba, es un elemento fundamental de los derechos
humanos y la democracia. Sabe, en su carácter
de antiguo hombre de prensa, de la permanente
lucha de los periodistas cubanos a favor de la
libertad de prensa. Sabe que la abierta violación
de las autoridades cubanas del elemental derecho
humano de toda persona a expresar libremente sus
opiniones, en marzo del año pasado les
costó a más de 25 periodistas penas
carcelarias que llegan hasta 27 años. Sabe
también que junto a esos periodistas fueron
encarcelados otros 50 disidentes más, supuestamente
por violar el Código Penal que sanciona
los actos contra el Estado, legislación
que nos recuerda a la nefasta ley stronista "de
defensa de la paz pública y libertad de
las personas", más liberticida que
ninguna. Tampoco ha de ignorar que cubanos fueron
fusilados por el solo delito de intentar abandonar
la isla en busca de libertad.
El envío a Cuba de una misión de
la ONU para examinar posibles violaciones de derechos
humanos no es una simple puja entre el gobierno
cubano y el norteamericano, como pretende hacer
creer el canciller cubano Felipe Pérez
Roque que visitó la semana pasada nuestro
país, sino una cuestión fundamental
de moral, de humanidad, de justicia y de solidaridad
de las naciones democráticas con el pueblo
cubano y, en especial, con los disidentes que
se oponen al régimen de Fidel Castro y
los periodistas que tienen opiniones diferentes
a las que defiende el gobierno. Así lo
entendió buena parte de la comunidad internacional
que criticó al Gobierno de Cuba y exigió
el envío de una misión de la ONU
a la isla. Inclusive, la persistencia del dictador
Castro de seguir violando abierta e impunemente
los derechos humanos hoy hasta le está
restando apoyo de numerosos países y personalidades
internacionales antiguos aliados.
El presidente Nicanor no puede tener duda alguna
sobre la urgente necesidad de enviar una misión
de la ONU a Cuba para verificar la situación
en la que se encuentran los periodistas y disidentes
encarcelados, algunos en celdas de aislamiento.
La jueza francesa Christine Chanet, nombrada por
el Alto Comisionado de la ONU para investigar
presuntos abusos contra los derechos humanos en
Cuba, dio a conocer recientemente alarmantes informaciones
sobre las condiciones angustiantes en las que
permanecen detenidos decenas de disidentes, algunos
mayores de 60 años, que fueron arrestados
en abril del año pasado después
de ser acusados de "conspirar con Estados
Unidos" para derrocar al gobierno.
En las sesiones de la ONU que se realizarán
en Ginebra (Suiza) los días 13 y 14 del
corriente, el Paraguay debe dejar bien claro su
firme compromiso de defender los derechos humanos
en todo el mundo y al mismo tiempo demostrar su
posición requiriendo al Gobierno de Cuba
que acepte el ingreso al país de una misión
de inspección de DD.HH. de la ONU. Y de
la misma forma que en ese foro debe reclamar el
respeto a la libertad de prensa, de expresión
y de reunión del pueblo cubano, y el derecho
del mismo a abandonar libremente su país,
el Paraguay debe también solicitar al Gobierno
de Estados Unidos acabar con el embargo económico
que mantiene contra Cuba desde hace más
de 40 años y que sirve al dictador para
echarle la culpa de todas las penurias que le
hace pasar al pueblo cubano.
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