Cuba se acerca al eje Brasilia-Buenos
Aires
Rodrigo Lara. Corresponsal. El
Mercurio, Chile, 29 de febrero de 2004.
BUENOS AIRES.- El canciller de Cuba, Felipe Pérez
Roque, hizo algo más que visitar la habitación
exacta en que nació el Che Guevara, en
un departamento de Rosario, en su visita a Argentina
esta semana.
Pérez Roque llegó a Buenos Aires
con el objetivo específico de mantener
al máximo la provisión de aire diplomático
que le están aportando tanto las administraciones
de Luiz Inacio Lula Da Silva en Brasil y la de
Néstor Kirchner, en Argentina.
Este último y su canciller, Rafael Bielsa,
aprovecharon el encuentro para hacer gestiones
para que La Habana permita la salida a la neurocirujana
cubana Hilda Molina, que desde hace una década
no puede ir a visitar a su hijo Roberto Quiñones
- también cubano- , quien vive en Buenos
Aires.
Molina estuvo a cargo del Centro Internacional
de Restauración Neurológica, y se
dice que el gobierno de Castro temería
su deserción, por presuntos contactos con
grupos disidentes.
La carta que el Presidente Néstor Kirchner
le envió a Fidel Castro - al igual que
el pedido que le hicieron al canciller cubano
Felipe Pérez Roque un grupo de legisladores
mayoritariamente oficialistas- servirá
para que el gobierno argentino aparezca intercediendo
a favor de figuras afectadas por la política
autoritaria del gobierno del Partido Comunista
(PC) cubano.
Mercado común
Pero había más. El miércoles,
luego de una primera reunión, el canciller
de la isla informó públicamente
que hemos comunicado a nuestra contraparte Argentina
que en los próximos días vamos a
oficializar formalmente la solicitud de Cuba para
negociar y firmar un acuerdo del tipo cuatro más
uno con el Mercosur (una asociación similar
a la que tiene Chile con el bloque).
Horas antes, el canciller cubano había
afirmado que el Presidente (uruguayo Jorge) Batlle
no mira hacia el Mercosur, mira hacia Estados
Unidos y actúa un poco como agente de poderes
extranjeros dentro del bloque.
No parece una forma muy diplomática de
agenciarse la amistad de un miembro de la unión
aduanera, pero Cuba parece confiada en que de
las próximas elecciones de octubre, en
Uruguay, surgirá un gobierno favorable
a sus posturas.
Para el analista Rogelio García Lupo,
el anuncio es parte de la política cubana
de manifestarse en contra del ALCA y una forma
de resistirlo es sumarse al Mercosur.
La idea sería fortalecer el concepto de
un mercado común general latinoamericano
que minimice la hegemonía de EE.UU., aprovechando
toda la información que hay ahora de los
efectos negativos del NAFTA en México y
Canadá.
Y, para ello, Cuba busca acercarse a todos los
gobiernos que pueda. Y el actual gobierno populista-peronista
les ofrecía una pista de aterrizaje amistosa,
sin ninguna duda.
El valor político del anuncio es claro
para Juan Gabriel Toklatián, experto en
relaciones internaciones de Latinoamérica
de la Universidad de San Andrés. Su integración
está más en el terreno de las ideas
que en la discusión del grupo, asegura
Toklatián.
El analista recuerda que, pese a los recientes
acuerdos parciales del bloque con Sudáfrica
y la India, el Mercosur, por ahora, es como una
bicicleta fija: está pedaleando en el mismo
sitio. Pero, en el aspecto político, Mercosur
no tendrá desavenencias serias con la isla.
Y eso la ayuda.
Aunque esto está muy lejos aún,
no lo están las espaldas diplomáticas
de Brasilia y Buenos Aires para evitar el aislamiento
relativamente mayor que vive Cuba, luego de la
ruptura reciente con la Unión Europea.
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