Cien años de perdón para la
deuda externa cubana
Infoabe.
Argentina, 29 de febrero de 2004.
Una de las cuestiones clave de la actual visita
a la Argentina del canciller cubano, Felipe Pérez
Roque, es la abultada deuda que Cuba mantiene
con el Estado nacional. La misma asciende a una
cifra que oscila entre los 1.500 y los 1.900 millones
de dólares, de acuerdo con diferentes fuentes.
Aun considerando el monto menor, vemos que la
Argentina es el segundo mayor acreedor de Cuba,
sólo después de Japón.
El origen de dicha deuda se remonta a dos períodos
históricos bien definidos: la presidencia
de Juan Domingo Perón en 1974 -en la que
se exportaron partes de automóviles y maquinaria
argentina sin recibir la correspondiente contraprestación-
y el gobierno de Raúl Alfonsín,
diez años después.
Más allá del voluntarista eslogan
de la visita -"duplicar el actual intercambio
comercial con la isla"-, uno de los desafíos
de Pérez Roque es concretar la propuesta
realizada oportunamente por el gobierno de Fidel
Castro: lograr una quita de 75% de dicha deuda.
Los problemas de pago de Cuba no se limitan a
la Argentina: el régimen castrista tiene
conflictos similares con Japón, España,
Francia, Gran Bretaña, Sudáfrica,
Chile, México y Venezuela, entre otros
países.
Si bien no coincide estrictamente con la información
de los acreedores, el Banco Central de Cuba sostiene
que la deuda pública en moneda dura de
aquel país ascendía a una cifra
cercana a los 13 mil millones de dólares,
además de varios miles de millones de créditos
comerciales en renegociación y unos 20
mil millones adeudados a Rusia.
Esto, ademas de 6,3 mil millones de dólares
provenientes de reclamos de ciudadanos norteamericanos
así como un desconocido aunque importante
pasivo de nacionales cubanos cuyas propiedades
fueron confiscadas por el régimen. La consultora
Dunn and Bradstreet sostiene que Cuba es una de
las economías más riesgosas del
planeta: sólo Angola, Congo, Sierra Leona,
Zimbabwe e Irak se hallan en peores situaciones.
Recientemente, Cuba experimentó una dinámica
agenda en materia de default, a saber:
Defaulteó en octubre del 2002 un acuerdo
de refinanciación de u$s750 millones con
el sector privado de Japón, luego de haber
firmado una reestructuración en 1998.
Suspendió todos los pagos en octubre del
2002 sobre una deuda de u$s380 millones a Bancomex,
el banco de comercio internacional de México.
El régimen de Castro ha caído en
diferentes cesaciones de pago a pesar de los generosos
términos del acuerdo firmado con Hugo Chávez
en octubre del 2002, en relación con la
deuda de petróleo con PDVSA, la compañía
petrolera estatal venezolana. La misma ascendía
a u$s266 millones en mayo del 2003.
Venezuela provee alrededor de 25% del petróleo
que consume la isla.
Cayó en falta de pago en créditos
de corto plazo con bancos y compañías
comerciales de Panamá en el 2002.
En mayo del 2003, el gobierno español
puso en conocimiento a su par de Cuba que era
el primer deudor soberano de España, con
una deuda en cesación de pagos estimada
en 816 millones de dólares.
La empresa financiera de exportaciones francesa
Coface suspendió una línea de crédito
de u$s175 millones luego de que La Habana dejara
de pagar por más de un año créditos
correspondientes a productos agrícolas
y bienes de capital en el 2001.
El gobierno italiano retiró un paquete
de ayuda de u$s40 millones en julio del 2003 en
respuesta al tratamiento de Castro hacia los disidentes.
Hasta ese momento, el gobierno cubano había
acumulado una deuda de corto plazo de 73 millones
de dólares con Italia.
La inclusión del tema de la deuda de Cuba
con la Argentina en la agenda bilateral, así
como el aplazamiento del viaje del presidente
Néstor Kirchner a la isla -al menos por
el 2004-, indican el fin de una etapa de amplia
dispersión entre las dos puntas del doble
discurso oficial. El año electoral en los
Estados Unidos y el fuerte peso de la comunidad
cubano-norteamericana en estados clave, como La
Florida, han puesto claros límites a actitudes
provocativas, meses atrás permitidas.
Difícil será la tarea del Gobierno
argentino de rechazar la propuesta cubana de pagar
apenas 25% de la deuda en default, cuando es la
misma quita que en estos momentos está
proponiendo a sus acreedores privados.
|