El País.
Uruguay, junio 20, 2003.
LA HABANA | AFP - Organizaciones de Derechos Humanos y familiares de los
disidentes encarcelados en Cuba, volvieron a denunciar las deplorables
condiciones de detención que padecen los opositores, al cumplirse ayer
los 90 días de su arresto en la mayor redada en décadas contra la
disidencia interna en la isla.
Los 75 opositores al gobierno comunista del presidente Fidel Castro siguen
confinados en solitario, expuestos a plagas de insectos y ratas, bebiendo agua
contaminada y con pésima alimentación, dijo a la AFP Elizardo Sánchez
Santa Cruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y
Reconciliación Nacional.
"Están bajo régimen de máximo rigor, en prisiones
ubicadas a centenares de kilómetros de sus lugares de residencia en
una especie de castigo extrajudicial y presentan un continuo deterioro en
su salud", añadió Sánchez, quien pasó ocho años
en cárceles cubanas por sus actividades anticastristas.
OIDOS SORDOS. Las autoridades acusaron a los opositores de atentar contra la
seguridad del Estado y los condenaron en juicios sumarios a penas de hasta 28 años
de prisión.
Amnistía Internacional y la organización Human Rights Watch
los calificaron como "prisioneros de conciencia" y exigieron su
inmediata liberación, sumando su voz a la de varios gobiernos y a la Unión
Europea (UE), primer socio comercial y principal inversor extranjero en la isla.
"Fue una oleada de represión inútil, en tanto prosigue el
deterioro dentro de la sociedad cubana y sigue aumentando el descontento
popular, aunque quizá de manera más silenciosa debido al miedo",
afirmó Sánchez, quien dijo estar "sorpren-dido por el
tratamiento implacable que aplican a estos presos de conciencia".
"No tienen miramientos con nadie", añadió.
Las denuncias no han podido verificarse en forma independiente debido a que
en los últimos 15 años no se concede acceso a las cárceles
en Cuba, visitadas por última vez en 1988 por representantes de la Cruz
Roja Internacional.
Lejos de acoger los pedidos de clemencia, La Habana arremetió contra
sus detractores y, en especial, contra las autoridades de España e
Italia, consideradas "autores intelectuales" de sanciones dispuestas
por la UE contra Cuba.
Mientras tanto, las cartas de los disidentes, sacadas de prisión en
forma clandestina, se multiplican para dar a conocer las duras condiciones de
reclusión a que están sometidos.
"Estoy solo en una celda de 1,50 por 3 mt, donde el 'turco' donde se
hacen las necesidades fisiológicas, se encuentra pegado a la cama. Los
mosquitos en la noche hacen la estancia insoportable, es casi una tortura",
escribió Nelson Aguiar desde una cárcel en Santiago de Cuba, en el
extremo oriental de la isla.
Aguiar, un electricista de 57 años de edad y condenado a 13 años
de prisión, dirigía en La Habana al opositor Partido Ortodoxo de
Cuba, que postulaba una transición pacífica hacia la democracia en
la isla.
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