Los problemas
de Belén
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Quien le iba a decir a Belén que
ella iba a tener tantos problemas en su vejez. Ella, que durante toda su vida
trabajó con tanto ahínco. Para Belén nunca existió
una llegada tarde en su centro laboral. Las ausencias al trabajo nunca
existieron. Siempre se esforzó al máximo por cumplir con su deber
como empleada. Siempre fue ejemplo de buena trabajadora entre sus compañeros.
Hija de un obrero azucarero de alta honestidad, aprendió que las
propiedades ajenas se respetan. Ningún hombre tiene derecho a apropiarse
de lo que no es suyo. Belén fue educada con esa máxima. Siempre le
fue muy bien con la convicción de que la honestidad y el buen quedar como
trabajadora eran principios fundamentales en la vida.
Pasaron los años y con ellos llegó la jubilación de Belén.
Belén, que siempre fue cederista. Belén, que siempre fue federada.
Cuidando siempre su apariencia política para de esa manera reforzar su
imagen bien ganada de persona intachable dentro de la sociedad socialista
perfecta donde se desenvolvía. Pero una cosa es con violín y otra
con tumbadora. El zapato comenzó a apretar el delicado pie de Belén.
Sin una Unión Soviética, la cosa se puso fea, bien fea. Comenzaron
los problemas de Belén. El dinero que cobraba mensualmente ascendía
a 130 pesos cubanos. Comenzaron las penurias.
Con el transcurso de los años la situación se fue agravando.
La humilde casa de madera se deterioró, jamás recibió una
manito de pintura. El techo casi destruido, sin reparar. Cuando llueve, la casa
de Belén parece una regadera. Su hijo, graduado universitario, está
imposibilitado de ayudar a su madre, pues sus recursos económicos son
limitadísimos. Ni el C.D.R. ni la F.M.C. ni la Sección Sindical
donde tanto trabajó en apoyo a su centro laboral hacen nada por esta
trabajadora ejemplar.
Por eso, muchas mujeres que ya dejaron atrás la edad laboral se ven
obligadas a buscar alguna ocupación que les permita aliviar en algo la
crisis económica que sufren. Algunas cuidan niños. Otras buscan la
solución trabajando contratadas como limpiapisos en algún centro
laboral o como domésticas en aquellas casas donde la posibilidad de sus
moradores le permitan emplear este tipo de personal (altos funcionarios del
estados, gerentes de firmas). Belén limpia en una casa tres veces por
semana. Belén tiene ya 70 años. Belén sigue siendo honesta.
Ya no le interesan ni el C.D.R. ni la F.M.C. cnet/33
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