Tratan de
detener daños en las vías
LA HABANA, 1 de junio (www.cubanet.org) - El deterioro de las vías,
particularmente en la capital, es tan crítico que algunas rutas de ómnibus
han tenido que variar su itinerario.
Cemento, piedra, arena, cabillas y mezclas asfálticas son recursos básicos
para las reparaciones. Estos materiales se obtienen en el país, pero son
insuficientes, porque todos, directa e indirectamente dependen del petróleo
y el gobierno cubano declara no disponer de recursos financieros para adquirir
el crudo, de lo que culpa al embargo de los Estados Unidos.
La industria de materiales de construcción (y bacheo) que suministra
los insumos y equipos pesados automotores son grandes consumidores energéticos,
principal talón de Aquiles de la economía cubana.
Un vistazo por los barrios habaneros demuestra la gravedad del problema.
Pantanos por todas partes -convertidos en focos infecciosos-, baches en serie y
roturas hechas por las empresas eléctrica, de teléfonos y de gas,
acueducto y alcantarillado -cada uno por su parte- que luego no han reconstruido
el vial.
Para tratar de detener el creciente deterioro en calles, carreteras y
caminos, el gobierno ha dispuesto el empleo de escombros de demoliciones de
edificios -tantos y tan frecuentes- y también de piedra caliza obtenida
en canteras como alternativa para el bacheo, en vez de hormigón y
asfalto. Solución que no es técnica, ni científica, ni
duradera, pero que funciona como panacea en situación tan crítica.
A este escombro, luego de apisonado, se le irriga por encima líquido
asfáltico que impide la expansión del polvo, aunque no por mucho
tiempo. De todos modos el vecindario, resignado, suele exclamar: "Más
vale algo que nada".
Según datos oficiales, hasta fines de marzo se habían vertido
2,370 metros cúbicos en aproximadamente 13,643 metros cuadrados de vías.
Para ello han puesto en activo dos viejas canteras abandonadas en Calabazar y en
Guanabacoa.
Una parte de las labores la realizan en forma "voluntaria" vecinos
de los lugares, con lo que el estado se ahorra una gran cantidad de dinero por
el no pago de salarios, aunque el trabajo más técnico lo cumplen
empleados del ministerio de la Construcción.
Es alarmante cómo Cuba está perdiendo aceleradamente gran
parte de su patrimonio vial. Los recursos financieros, dice el gobierno, sólo
alcanzan para el mantenimiento de las principales arterias de las ciudades, y
las carreteras.
La calle Empedrado, en La Habana Vieja (Patrimono de la Humanidad) donde
está enclavada la famosa "Bodeguita del Medio", se llama así
porque fue empedrada con un tipo de piedra llamada "chinas pelonas",
antes de 1592, fecha en que el rey español Felipe II concedió el título
de ciudad a La Habana.
El Camino de la Isla, construido por España, igual que la vía
férrea nacional, fue la principal vía terrestre que conectaba las
principales ciudades y pueblos de la Isla, de cuyo trazado se aprovecharon los
ingenieros para la construcción de otra monumental vía en la década
de los años veinte del recién pasado siglo, y que contó con
un jugoso empréstito de Estados Unidos: la Carretera Central.
El gobierno interventor norteamericano (1898-1902), que salió de Cuba
el 20 de mayo, en que quedó instaurada la República de Cuba, dio
sustancial mejoría al Camino de la Isla y a calles y caminos vecinales, y
ordenó construir 98 kilómetros de carreteras que, sumados a los
existentes, totalizaron 354 kilómetros. Además, se construyó
un importante tramo del Malecón habanero.
La Alameda de Paula, en el puerto habanero, fue el primer paseo peatonal que
tuvo La Habana.
Al gobernador español de la Isla, Miguel Tacón (Marqués
de la Unión de Cuba), no obstante haber sido un déspota que
atropelló las libertades ciudadanas, se le recuerda por el remozamiento
total de La Habana -edificios y vías-, la construcción del teatro
Tacón -en su honor- hoy Gran Teatro de La Habana, el embellecimiento del
Paseo del Prado o Isabel II, y otras notables obras, incluidas 3,270 varas de
alcantarillado entre 1835 y 1837. Las obras de construcción se
extendieron también al interior de la Isla.
El país llegó a los tiempos modernos con un tramado de vías
férreas extendido a lo largo y ancho de su geografía, tanto de
servicio al público como para el acarreo de caña de azúcar
a los centrales. No se sabe qué cantidad de líneas han sido
desactivadas y eliminadas en las pasadas cuatro décadas, Con el cierre de
76 centrales azucareros, muchas líneas están siendo removidas.
Pensemos en la magnitud del desastre cuando se conoce que parte de esas vías
eran empleadas también por recónditos poblados agrícolas.
Recordemos que Cuba, mucho antes que España, tuvo ferrocarril.
El actual gobierno, al principio de sus 44 años en el poder se ocupó
de mantener las vías. Incluso desarrolló un amplio plan de fomento
de carreteras, entre las que se cuenta la de Baracoa-Guantánamo, que
atraviesa el gran macizo montañoso de la Sierra Cristal. También
el viaducto Santiago de Cuba-Pilón (Manzanillo), que bordea la línea
costera de la Sierra Maestra y del central Bartolomé Masó, en las
estribaciones de esta cordillera hasta el Caney de Las Mercedes, en pleno corazón
serrano.
Pero bastó la caída de la URSS y el cese del financiamiento
para que todos los planes constructivos -incluido viales- junto al pueblo
cubano, entraran en fase de rápido retroceso general eufemísticamente
llamado "periódo especial". cnet/12
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