Anatoli
Marchenko y el legado de la libertad
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Anatoli Marchenko, disidente condenado
a los campos de trabajo en la Unión Soviética, fue capaz de morir
por su ideal de libertad. Con la elocuencia y erudición que le
proporcionaba su condición de escritor, publicista y defensor de los
derechos humanos, Marchenko expuso con firmeza su alegato, en su sexto juicio el
4 de septiembre de 1981 ante el Tribunal Regional de Vladimir, el cual lo
sancionó a 10 años de privación de libertad en una "colonia
de trabajo correccional de régimen severo" y una sanción
accesoria de destierro por cinco años.
La similitud del lenguaje utilizado por el Tribunal de la República
Socialista Federativa Soviética Rusa con las respectivas peticiones
fiscales contra los disidentes y periodistas cubanos recientemente condenados,
es digna de asombro. Intento de traición a la patria, actitud hostil
hacia el poder soviético con el objetivo de socavarlo y debilitarlo, son
algunas de las frases de la sentencia contra Marchenko.
Una de las actividades por las que juzgaron a este disidente fue por sus
escritos. Uno de ellos se titulaba "El tercer por cuanto" donde el
escritor analizaba la política exterior del Estado soviético y de
sus raíces históricas. Según el Tribunal de Vladimir, "en
este escrito se difama al sistema social y estatal soviético, se
tergiversa la política interna y externa del PCUS y del gobierno soviético,
y hay llamamiento a los militantes de organizaciones estatales y sociales
burguesas, representantes de organizaciones internacionales y medios de
información masiva de Occidente, para realizar actos hostiles contra la
URSS, con el objetivo de socavar su base y provocar cambios internos -y en el
curso de la política exterior del Estado soviético-, en provecho
de las fuerzas antisocialistas".
En una de las numerosas peticiones de fiscales emitidas por la Sala de
Instrucción Penal del Departamento de la Seguridad del Estado, se lee: "
como enemigos de la nación cubana y mercenarios al servicio del
gobierno de los Estados Unidos de América, con el fin de socavar las
bases y fundamentos de la independencia, la soberanía, la economía
y la integridad territorial del Estado cubano, así como la
autodeterminación de nuestro pueblo han realizado acciones para lograr,
dentro de los fines descritos, los objetivos de la Ley Helms-Burton, el bloqueo
y la guerra económica contra el pueblo cubano".
"¿Qué es hoy este artículo 70 por el que se me
juzga?", expresó con valentía Marchenko ante el tribunal que
lo condenó. "Este artículo es necesario y se utiliza para
someter el espíritu de todos y de cada uno, para convertirnos a todos en
esclavos. Cualquiera que exponga una opinión independiente se convierte
en un criminal estatal, según el artículo 70", y más
adelante agrega: "
como siempre dicen aquí, se me juzga no por
mis convicciones, sino por mis acciones - por los trabajos que escribí.
Llamándolos antisoviéticos y difamadores, el tribunal no presentó
como evidencia, en ningún momento, ni una línea, no se basó
en ninguna postura, en ninguna referencia concreta de estos trabajos".
Lo mismo ocurrió con los periodistas independientes cubanos juzgados.
Ni una sola línea de sus escritos fue expuesta o rebatida por los
tribunales de la Isla.
Anatoli Marchenko falleció 12 días después de suspender
una huelga de hambre que duró 117.
No podría terminar sin exponer sus hermosas palabras finales durante
el juicio: "No oculto ni he ocultado mi actitud hacia el poder soviético,
hacia su ideología y política. No cruzo los dedos en mi bolsillo.
Dije y digo lo que pienso; en este sentido, mi situación es mejor que los
que me juzgan. ¿Dónde está escrito que tengo que querer al
sistema estatal establecido en mi país, su ideología, sus
manifestaciones? Pero, si este sistema estatal considera que la única
forma de convivir con personas como yo es mantenerlos tras las rejas- entonces,
esto significa que voy a estar eternamente, hasta el fin de mis días,
tras las rejas. Seré vuestro eterno prisionero".
Su fortaleza y sinceridad inspiran a los que al interior de Cuba han
decidido desafiar a los herederos de la KGB. cnet/11
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