Cuando pasó
Isidore
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Muchos cubanos se preocupan cuando
el parte meteorológico anuncia que se acerca un ciclón a su
provincia. El deplorable estado en que se encuentra el fondo habitacional tanto
en la capital como en el resto del territorio, así como lo difícil
que resulta enfrentar con todos los recursos a un fenómeno de esta
magnitud sumerge en la incertidumbre a los ciudadanos y hace que todas las
instancias del gobierno tengan que movilizarse. Según fuentes oficiales,
fueron evacuadas más de 185 mil personas en Pinar del Río, La
Habana, Ciudad de La Habana y el municipio especial Isla de la Juventud. También
se pusieron a buen recaudo 174 mil animales.
Prepararse para los avatares de un meteoro en Cuba no es fácil.
Utensilios básicos como clavos, papel precinta para los cristales,
linternas, incluso radios para mantenerse informados, sólo es posible
adquirirlos a altos precios en dólares. El corte del fluido eléctrico
hace que los alimentos necesiten adecuadas temperaturas, por lo que se
recomienda comprar comida enlatada. En un recorrido por las "shopins"
de la capital pudimos constatar que las latas de carne más baratas
cuestan 2 dólares con 50 centavos, la mitad del salario medio mensual del
trabajador cubano.
Nancy, vecina de la localidad del Cerro, al comentar sobre la posible
incidencia de Isidore en la capital cubana, dos días antes del paso del
huracán por la Isla, comentó: "Gracias a Dios que mi hijo me
regaló cinco dólares, porque de otra manera ¿de dónde
iba a sacar dinero para pasar el ciclón? Aunque sea con esto compro pan y
mayonesa, que me cuestan en total 3.65 dólares. Con lo que me queda le
compro una libra de leche en polvo al bodeguero por debajo del tapete.
Por otra parte, la preocupación de María, residente en la
Habana Vieja era dónde conseguir una linterna para alumbrarse, pues el
farol que conservaba desde hace 10 años fue destruido por los fuentes
vientos del huracán Michelle que azotó la Isla el año
pasado. María vive en un solar que, como ella asegura, cuando se va la
luz es una boca de lobo.
Cuando pasó por la tienda "dolarizada" a ver si habían
rebajado las linternas, el empleado le informó que las que costaban un dólar
se habían agotado, y que sólo tenían lámparas
incandescentes a 26.
María trabaja como auxiliar de limpieza y recibe un sueldo de 128
pesos mensuales (un dólar equivale a 26 pesos). "Qué va -me
dijo- esas lámparas estaban muy caras y me fui a comprar velitas, y así
resolví".
Además de lo complicado de los preparativos existe para muchos
cubanos la preocupación de perder sus casas. Aunque los medios oficiales
señalan como una proeza las viviendas que le son entregadas a los
damnificados del huracán Michelle, centenares de miles de cubanos se
preguntan si es necesario que pase un ciclón para disfrutar de una
vivienda decorosa.
Si durante estos cuarenta y tres años el fondo habitacional hubiese
sido reparado, el paso de un ciclón no sería motivo de alarma
excesiva para quiénes habitan los solares derruidos de la capital, ni las
humildes casas de madera donde habitan centenares de miles de pinareños.
Debemos tener en cuenta que en esta ocasión el extremo occidental de
Pinar del Río fue la zona más afectada por el huracán
Isidore, así como Isla de la Juventud.
"La única esperanza de que yo pueda tener casa es que la choza
donde habito me la tumbe el ciclón" -expresó Mercedes,
residente en la calle Jesús María, en la Habana Vieja, habitante
de un ruinoso solar de este municipio capitalino.
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