El teatro de
las elecciones
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Si le dijeran, amigo lector, que
puede asistir a unas elecciones donde todos los candidatos pertenecen a un solo
partido, seguramente pensaría que no valdría la pena votar. En
Cuba el derecho a ejercer el voto no brinda la oportunidad de escoger de acuerdo
a simpatías políticas, sino que todas las personas propuestas
responden a una misma línea ideológica trazada por el Partido
Comunista de Cuba.
El miedo a que la gente exprese sus opiniones sobre posibles cambios políticos
está latente en las autoridades. La ansiedad por controlarlo todo conduce
a los funcionarios políticos a situaciones ridículas Una fuente
anónima dentro del Poder Popular afirma que el gobierno ha ordenado
investigar a todos los candidatos que han sido propuestos en las asambleas:
historial revolucionario, amistades que frecuenta, etc. Esta información
se canaliza a través de los Comités de Defensa, ubicados en cada
cuadra del país.
Actuar como si verdaderamente se votara implica una movilización de
todas las ramas del gobierno. Sólo para decirle al mundo que somos el
pueblo más democrático y luego publicar el alto por ciento de
votantes que acudió a las urnas socialistas, santificando este delirio a
la cubana que son las elecciones.
Pero nadie se preocupa por conocer el historial de ningún candidato.
Como afirma Carmen, oficinista de 43 años, "da lo mismo votar por
uno o por otro. Todos son del mismo bando".
Fuentes anónimas del propio Partido Comunista aseguran que a través
de un boletín de circulación limitada se alerta a los militantes
de la organización a que durante el proceso se mantengan alertas ante la
posibilidad de que algún disidente pueda ser postulado y elegido. El
boletín orienta a que se le salga al paso a los opositores, si aparecen,
y no permitir que prevalezcan sus criterios.
Diversos sucesos de la política nacional demuestran que el gobierno
se niega a realizar cualquier tipo de cambios. Cuando en la provincia de Santa
Clara el opositor Guillermo Fariñas decidió hablar sobre el
Proyecto Varela en las elecciones de su circunscripción, defendiendo el
derecho del cubano a expresarse libremente, fue agredido verbalmente por un
dirigente del partido, quien presidía la reunión, y tildó a
Fariñas de mercenario y contrarrevolucionario.
En esta ocasión los asistentes a la reunión salieron en
defensa del opositor, alegando que estaba ejerciendo su derecho a expresarse
libremente.
Otro suceso acontecido que demuestra el temor de las autoridades a que la
población se reúna y debata sobre democracia, ocurrió en el
poblado de Alamar. Varios jóvenes debatían sobre política
nacional y el papel de la juventud en Cuba. La dueña de la casa donde se
encontraban, la señora Yara Domínguez García fue citada por
dos miembros del Departamento de Seguridad del Estado, quienes la interrogaron
sobre el "encuentro juvenil", y trataron de presionarla para que no
volviera a repetirse. La señora Domínguez se mantuvo firme en su
convicción de que no estaba cometiendo ningún delito al permitir
que en su casa se reunieran algunos jóvenes y se expresaran con toda
libertad.
Aparentar que el patio está tranquilo y que reina la paz y la
transparencia es el objetivo del gobierno cubano. Aunque la realidad demuestra
que la cúpula del poder tiene miedo a que el pueblo se una a los que
claman por cambios en la Isla. Lo peor para ese poder es que el desarrollo de la
sociedad civil independiente de Cuba no tiene marcha atrás.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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