Ómnibus,
petróleo y pies adoloridos
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Los quiropedistas o podólogos
están de plácemes. Su clientela va en aumento. En las últimas
semanas decayó en un 40 por ciento la frecuencia de servicio del
transporte público en la capital cubana, según una fuente digna de
crédito. Hay mucho que caminar. Subir a un ómnibus urbano o a un
endémico camello (camión de carga convertido en medio para
transportar pasajeros) cuesta Dios, fuerza y ayuda. Y si a esto usted le añade
las altas temperaturas del verano, ya podrá tener una idea de lo que
sufrirá si no tiene a mano diez pesos para pagar una plaza en un taxi
privado.
En una parada de ómnibus rodeada de público, un anciano
cantaba con voz rajada un viejo bolero en espera del ómnibus:
"Es un escándalo dicen y hasta me maldicen..."
Ahí cesó de entonar y comenzó a maldecir el escándalo
de la falta de guaguas (ómnibus en el argot cubano), que demoran casi dos
horas en pasar y cuando pasan vienen repletas.
Entre los años 80 y 90 del siglo pasado vimos ómnibus
circulando con pasajeros hasta en el techo. Aquellos viejos carros Ikarus húngaros
no daban abasto. Pero hoy la Empresa de Ömnibus de La Habana cuenta con
guaguas Mercedes Benz ensamblados en la planta de Guanajay, provincia La Habana,
por la empresa mixta Caisa, así que el problema actual es el petróleo.
En la parada de cabecera del camello, junto a la Universidad, una presunta
pasajera ya entrada en años se preguntó en voz alta:
"Pero, ¿qué pasará con estos camellos que se demoran
tanto?"
Interrogación ingenua pero provocadora para la persona que la predecía
en la fila, quien exclamó a guisa de respuesta:
"Señora, ¿usted no sabe que lo que no hay es petróleo?"
Realmente no hay combustible para el transporte público capitalino.
Pero resulta que en el lapso de espera de una guagua pasan frente a usted vehículos
pertenecientes a empresas, organismos e instituciones, en su mayoría
absolutamente vacíos. Algunos recogen público por un precio un
poco más alto que el de los ómnibus metropolitanos, mas esta acción
no es sistemática.
Ahora mismo muchas personas se preguntan la razón por la que no suben
el precio del pasaje por ómnibus y mejoran el servicio.
Una señora muy avispada planteó en una parada la interrogación
siguiente:
"¿Y por qué no ponen una cadena Ideal de guaguas?"
La cadena Ideal es una red de establecimientos que vende comestibles básicos
a precios superiores a los regulados por la libreta de racionamiento.
También otros muchos se preguntan lo mismo, y un ejemplo en idéntica
dirección fue la opinión de un joven, recogida en la cola del
camello, quien despotricó contra ese medio de transporte y como solución
propuso un mejor servicio de transporte a precios diferenciados.
"Porque mantener esos camellos en una capital es una vergüenza
para cualquier servicio de transporte público que se respete...",
sentenció el joven.
En fin, el transporte subió hasta el primer lugar en el rating del "quejómetro"
de los habaneros y no por gusto. ¿Quiere usted probar?
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