Herida de
sombras
Rafael Ferro Salas, Grupo Decoro
PINAR DEL RÍO, septiembre (www.cubanet.org) - Los visitantes que
llegan a Cuba pueden percatarse de la tristeza de su sociedad. La gente va de un
lado a otro debatiéndose en una especie de limbo de nunca acabar. Los
cubanos sobreviven en la incertidumbre de quien no sabe qué vendrá,
cuál será su futuro.
Por otro lado caminan los funcionarios del régimen que domina,
quienes lo tienen todo o casi todo. Los miembros de la cúpula defienden
el sistema por razones obvias. Es un tipo inevitable de instinto de conservación
del poder, Desde posiciones privilegiadas orientan a los de abajo y exigen el
cumplimiento irrevocable de lo orientado.
Ahora al gobierno se empecina en una campaña de reestructuración
del sistema educacional. Se vislumbra una "revolución cultural"
a lo Mao Tse Dong (sólo falta el exterminio de gorriones) en el intento
de sostener un trasnochado régimen cuyo dirigente principal ya está
incoherente y presenta síntomas de senilidad, desmayos públicos
incluidos.
Esta es Cuba, inmensa balsa de papel en cuyo interior los cubanos se debaten
en espera del reino de todavía, como viviendo un mágico
surrealismo donde todo se va perdiendo. Los inversionistas foráneos
llegan con la idea de llevarse hasta las palmas, mientras todo sigue negado a
los nacionales, porque el dinero de adentro no vale.
Las calles se repletan de gente de caminan de un lado a otro ignorándose.
El cubano de ayer se ha perdido, se ha perdido aquél dueño de la
risa y la rumba. Las tradiciones murieron en Cuba, cuyo pueblo come hoy pensando
en qué comerá mañana.
La isla de ensueños se debate entre desvelos. Se vive el presente a
la carrera. Nadie sabe qué viene de futuro, mientras el pasado es
nostalgia de lo vivido y envidia de los que no lo vivieron.
Así anda Cuba. Se va muriendo. Y en su interior se muere la gente,
herida de sombras.
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