A la espera
del nuevo inquilino
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, septiembre (www.cubanet.org) - El signo distintivo de la
cancillería cubana y otros departamentos políticos del régimen
en las últimas semanas ha sido la euforia. La señora Vicki
Huddleston, jefa de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en
Ciudad de La Habana acaba de cumplir el tiempo reglamentario de trabajo que
exige su cargo diplomático. La euforia de las autoridades cubanas
proviene de que la señora Huddleston ha sido la funcionaria
norteamericana que más molestias ha causado a los gobernantes del patio
en las últimas décadas.
La incansable labor de la diplomática se extendió más
allá de los límites de la capital cubana para llegar a los más
diversos escenarios, lo que ha contribuido a fomentar las relaciones entre la
Isla y el exilio.
Los voceros de la oficialidad cubana esgrimen dos argumentos para
desacreditar a la diplomática: su fructífero cabildeo con la
oposición y la ruptura del monopolio informativo que ha ejercido el régimen
contra la población.
La mansión de Calle 150, en el reparto Cubanacán, acogió
en reiteradas ocasiones a todas las tendencias de la oposición. Allí
se propició el diálogo y el respeto mutuo, más allá
de tendencias políticas y opiniones encontradas.
Gracias a las gestiones de la señora Huddleston miles de cubanos
disponen hoy de un radio receptor que les permite disfrutar de absoluta
independencia a la hora de escuchar algún programa de su interés.
El hecho de poseer un radio receptor permite al cubano alejarse un poco de la
influencia oficial.
Por otra parte, las gestiones de la diplomática contribuyeron
sobremanera a que el exilio cubano de Miami comprendiera cuál es el
escenario más importante (la Isla) para desarrollar el trabajo de la
oposición.
El régimen ya lanzó sus caracoles y apuesta a que segundas
partes no sean tan buenas, a la espera de cómo actuará el
sustituto de la señora Huddleston.
La oposición, mientras tanto, se mantiene a la expectativa acerca del
nuevo inquilino de la Calle 150 y de su equipo. Pero confiada en que segundas
partes serán tan buenas como las anteriores.
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