CUBANET .INDEPENDIENT30

9 de septiembre, 2002


Vivo en el litoral

Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro

LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Vivo en el litoral. Cuando la ciudad sucia, desconchada, habitada por gente famélica, desilusionada, me hastía, vuelvo los ojos al mar. Pretendo escapar de una realidad que arruina el más mínimo sueño. Espero que en las olas, en el juego esplendente de colores, en el murmullo eterno de las aguas logre apaciguar la tortura que significa ver a la gente padeciendo. Pero la costa es también un martirio. La corrosión que ha impuesto el castrismo sobre la sociedad cubana ha llegado hasta el mar.

Se supone que una ciudad costera, como es Alamar, tenga ciertas características marítimas. Se aspira a encontrar astilleros en cuyos talleres hábiles carpinteros de ribera fabriquen botes de vela impolutas; se sueña con ver a diestros pescadores adentrándose en la Corriente del Golfo y regresar jubilosos con su carga de peces iridiscentes y nutritivos; se espera disfrutar de un paisaje donde artesanos, bajo un gran sombrero tejido por ellos mismos, hagan brotar de sus manos la prodigiosa urdimbre de redes, atarrayas, cestas y chinchorros; se añora estar en limpios ventorrillos donde paladear ostiones frescos, cocteles de mariscos, filetillos de peces fritados al momento; se piensa en restaurantes especializados en comidas marítimas; se sueña con un muelle donde se puedan rentar botes, lanchas rápidas, esquís acuáticos, tablas de surfiar; se pinta, en fin, una postal idílica que sólo existe en la imaginación.

La costa en que me encuentro es otra y muy distinta. Pescadores furtivos que sobre recámaras de neumáticos infladas se adentran en las aguas con la esperanza de atrapar un pez que alivie el hambre familiar, gente desesperada que entre los breñales costeros improvisan una balsa rudimentaria para escapar del país, corrientes de albañales que agreden con su pestilencia, ruinas militares que albergan en sus casamatas y trincheras toda suerte de desechos, gente pobre que, en viejas ropas convertidas en traje de baño, se improvisan un precario día de vacaciones.

Vivo en el litoral. Debía ser feliz. Mucha gente sueña con una ventana por donde se vea un trozo de mar. Pero no soy feliz y el mar no tiene la culpa. Toda su belleza está ahí para aliviarme. ¿Pero quién puede ser feliz cuando el mar que se extiende frente a su ventana es sólo un camino repleto de peligros para personas que lo convierten en un cementerio o su única vía de escape?

Así no quiero ver el mar. La gente que habita junto a él no puede vivir de él. Están impedidos de instalar un restaurante, no pueden vender, libremente, los peces atrapados, con qué materiales fabricarán un bote, para quién tejerían redes y atarrayas, quién que alquilara una lancha no sería sospechoso de tráfico ilegal de personas o cuando menos de salida ilegal. Así no quiero el mar. Pero, ¿sería distinto si viviera en el monte?


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Noticias por e-mail

La Tienda - Libros , posters, camisetas, gorras

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internaional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Alemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MLC

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
El Niño del Pífano
Artes Plásticas
Fotos de Cuba

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887