Familia
reclama respuesta
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Desde el año 1994 la
familia de Lázara Brito González padece el calvario que han
significado ocho años de aislamiento y violación de sus derechos
desde que se supo que su esposo, José Cohen Valdés, capitán
de la dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior había
salido clandestinamente de Cuba hacia los Estados Unidos el 16 de agosto de
1994.
Las autoridades de Inmigración no ofrecen una respuesta a Lázara
sobre su intención de abandonar el país para reunirse con el
marido. Ella ha enviado más de quince cartas a Fidel Castro explicando su
situación. Y también a Carlos Lage y a Ricardo Alarcón,
Vicepresidente del Consejo de Ministros y Presidente de la Asamblea Nacional del
Poder Popular, respectivamente.
En el año 1999 Lázara Brito logró entrevistarse con el
teniente coronel Milton, de la Dirección Nacional de Inmigración: "Además
de recomendarme que esperara, el funcionario afirmó que en estos casos se
retiene a la familia porque es la forma de castigar y limitar a mi esposo. Nos
utilizan como rehenes. Me dijo que a ellos no les gusta esa palabra, pero son
las medidas que se toman". Y agrega: "Todo no es más que un círculo
vicioso que siempre retorna al mismo lugar. Esto ha ocurrido en estos años
muy duros para nosotros. He solicitado tres veces entrevistarme con Asesoría
Legal del Consejo de Estado y no me han concedido la entrevista, cuando
supuestamente es un derecho que tiene todo ciudadano que no recibe respuestas a
las cartas enviadas".
Luego de la deserción de su marido, Lázara recibió
varias veces la visita de miembros del departamento de control interno de la
División de Inteligencia, quienes le hicieron varias propuestas. "Ellos
querían -señala Lázara- que hablara con mi esposo para
tratar de que él colaborara con la Seguridad del Estado, y eso facilitaría
mi partida a los Estados Unidos. No acepté, y el hostigamiento contra la
familia se incrementó. Visitaron a todos los vecinos, me cortaron el teléfono
y me vigilaban constantemente para conocer mis movimientos".
En 1996 detuvieron a Lázara. Estuvo dos días presa en Villa
Marista. Allí fue interrogada sobre su esposo, las amistades que él
tenía dentro del Ministerio del Interior, pero "como no había
un solo argumento sólido y no tenía nada que contarles tuvieron
que dejarme en libertad. Visité entonces varias sedes diplomáticas
para tratar por esa vía de salir del país, y entonces los agentes
de la Seguridad iniciaron otra etapa de persecución y me enviaron
sucesivos anónimos donde me hablaban de otra relación amorosa que
mantenía mi marido. Incluso me escriben sobre otros hijos que tenía
José. El último de los anónimos decía: 'Nunca saldrás
de aquí'".
Lázara Brito González es madre de tres hijos: Yenelis, Yamila
e Issac. Desde 1996 ella, sus suegros y los hijos poseen visas de inmigrantes
concedidas por el gobierno de los Estados Unidos. Luego de haber concluido el
noveno grado, a las hijas de Lázara no se les permitió continuar
sus estudios.
"Tengo el presentimiento -concluye- de que vamos a cumplir nuestro
objetivo de reunirnos con mi esposo. Pero no sabemos cuándo. Mientras
tanto, seguiremos reclamando justicia por todas las vías posibles, porque
nada es eterno".
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