Torturas
deterioran la salud mental de activista invidente preso
LA HABANA, 30 de agosto (Reinaldo Cosano Alén / www.cubanet.org) - La
salud mental del invidente Juan Carlos González Leiva, presidente de la
Fundación Cubana de Derechos Humanos, se deteriora por los maltratos que
le infligen en la cárcel Pedernales y podría incluso enloquecer,
dijo la esposa del activista Maritza Calderín.
Calderín visitó recientemente a su esposo y lo vio en tan
malas condiciones que está alarmada.
"Salí de allí muy deprimida -revela Calderín- Juan
Carlos puede enloquecer y hasta morir por la intensa claustrofobia, debían
tenerlo en otro local, en la enfermería, en el hospital. Si él
enloquece los responsables serán quienes lo encarcelaron".
Calderín señaló que González fue atendido por
una siquiatra en una ocasión, pero el resultado fue peor, porque la
especialista le suministró un medicamento que le ocasionó
reacciones adversas.
La mujer también se preocupa porque González le contó
de un individuo que él no puede precisar quién es debido a su
limitación física, que penetra en la celda donde lo tienen
encerrado y lo molesta.
"En otra ocasión lo sacaron al patio donde le permiten tomar el
sol ocasionalmente y cuando lo llevaron de regreso a la celda y se acostó
en el camastro, lo habían llenado de hormigas que le causaron múltiples
picaduras en el cuerpo", denunció Calderín.
La señora Calderín le preguntó a su esposo si no habría
imaginado lo de las hormigas, pero el invidente le contestó que el
hormiguero fue puesto allí por el sujeto que entra y sale libremente del
local donde lo mantienen confinado. Además, las picaduras eran reales.
Se ha podido averiguar que la persona que acosa a Juan Carlos González
Leiva en la cárcel es un recluso, cuya identidad no se ha podido
confirmar, que está preso por robar algunos cerdos y herir a un individuo
en una de sus extremidades superiores. Se dice que padece de trastornos
mentales.
"El jefe del penal me dijo que permitían que ese prisionero
entrara libremente a la celda de mi esposo para que lo ayudara, pero me percato
que es para torturarlo síquicamente. Además, si es un preso común,
¿qué hace en un centro de detención de la policía política?",
cuestionó la señora Calderín.
Ahora le dicen a la esposa de González que el sujeto que lo acosa no
está allí para ayudarlo, sino para limpiar el sitio.
El uso de reclusos comunes para espiar, acosar y agredir a prisioneros por
causas políticas es una práctica que ha sido denunciada por
algunos expresos, quienes revelaron la existencia de un órgano represivo
conocido por las siglas TOS, que se encarga de estas operaciones y de reclutar a
los delincuentes a cambio de concesiones como doble ración de alimentos,
visitas familiares extras o pases temporales para que vayan a sus casas.
TOS significa Trabajo Operativo Secreto y es un departamento del Ministerio
del Interior presente en cada una de las cárceles cubanas.
Calderín concluyó con la siguiente declaración: "Al
cabo de algún tiempo a Juan Carlos le devolvieron su bastón y los
espejuelos, aunque éstos estaban rotos y tuve que comprarle otro par. Al
cabo de tres meses de haberle llevado Biblia en Braille se la dieron. Él
sigue firme en sus ideas en pro de los derechos humanos, pero su salud sigue
deteriorándose. Sus familiares estamos muy preocupados. ¡Que Dios lo
proteja!"
Juan Carlos González Leiva fue arrestado el 4 de marzo del presente año
junto a otros siete activistas cuando realizaban una protesta pacífica
frente al hospital provincial de Ciego de Ávila, adonde habían
llevado al periodista independiente Jesús Álvarez Castillo luego
que agentes del Ministerio del Interior le propinaran una golpiza. Dos
periodistas que cubrían la noticia, Léxter Téllez Castro y
Juan Carlos Brizuela Yera, también fueron detenidos. Los diez permanecen
presos desde entonces en diferentes cárceles del país, sin que
hasta el momento le hayan celebrado juicio ni fijado fecha para juzgarlos.
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