Una escuela
experimental
Ramón Díaz-Marzo
HABANA VIEJA, octubre (www.cubanet.org) - Los alumnos de una escuela de
nuevo tipo, la Secundaria Básica Experimental "José Martí",
deben permanecer dentro del plantel doce horas sin ingerir más que un
reducido almuerzo.
En la nueva escuela, ubicada en el edificio del antiguo Instituto de
Bachillerato de La Habana, que abarca la manzana comprendida entre las calles de
Zulueta, Monserrate, San José, y Teniente Rey, los alumnos ingresan a las
7 de la mañana y no salen más hasta las 7 de la noche, y no
reciben más alimentación que un almuerzo a las tres de la tarde.
Quienes vigilan las puertas de entrada y salida para que los estudiantes no
puedan salir del plantel son custodios pertenecientes a las siglas CVP que
significa: Comité de Vigilancia y Protección.
La creación de una moderna cocina y, por ende, de un comedor, para
que los educandos tuvieran asegurado su almuerzo fue enfatizada por el
presidente Fidel Castro en la inauguración de la escuela, el pasado 6 de
septiembre. Anunció el jefe de la revolución que de ese modo la
alimentación de los alumnos se correspondería "con la calidad
de la que reciben las escuelas de programas especiales de intensa actividad..."
En el acto de inauguración el presidente Castro enumeró los
esfuerzos hechos por el gobierno por crear condiciones ideales dentro de la
escuela para que los alumnos dispongan de áreas de computación,
salas de video, y espacios para el ejercicio físico.
Durante las dos primeras semanas, los alumnos almorzaban a la 1 de la tarde,
y dos horas después recibían una merienda consistente en un pan
con guayaba y un vaso de refresco. Pero, según una fuente confiable, a
los quince días de la inauguración y apertura de la escuela esto
cambió, ya que tanto la primera directora, como el primer administrador y
otros miembros de la empleomanía del centro escolar, fueron removidos de
sus cargos.
Al momento de redactar este texto los alumnos carecen de merienda, y de
acuerdo con nuestra fuente los estudiantes, a causa del vacío estomacal,
se duermen frente a las computadoras y frente al plan de estudios que ofrece el
canal educativo de la televisión cubana.
La matrícula del experimental centro escolar asciende a más de
un millar de estudiantes. De esa cantidad nuestra fuente calcula que 400
adolescentes son hijos de padres económicamente por debajo de la línea
de pobreza, y no pueden ofrecerle a sus hijos, antes de ingresar a la escuela,
un desayuno, y aun menos un par de pesos para, a través de furtivas
escapadas, ir hasta la esquina de enfrente a comprar pan con pasta.
La fuente dijo también que algunos maestros y profesores del plantel
escolar gozan de prebendas como es el hecho de darse su saltico de vez en cuando
por la cocina y 'picar' alimentos, lo que les permite resistir las 12 horas de
encierro.
En las mañanas, poco antes de las 7, algunos estudiantes llegan hasta
los alrededores de la instalación escolar, y de sólo imaginar que
tendrán que estar 12 horas con hambre huyen del lugar y no asisten a la
escuela.
Por estos días hay un grupo de padres que estarán preparando
una carta de protesta para presentarla en el Comité Central. En materia
alimenticia, el tratamiento que se le está dando a los estudiantes de
esta secundaria básica "José Martí", antiguo
Instituto de La Habana, es de reclusos.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|