Peor que
Isidore
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org) - Una de las primeras medidas que tomó
el gobierno en la fase recuperativa tras el paso de los huracanes Isidore y
Lili por Isla de la Juventud y Pinar del Río fue restablecer el servicio
eléctrico.
Un contingente de 170 linieros de las provincias habaneras han ido a
reforzar la labor de sus colegas en esas zonas fuertemente azotadas donde fueron
afectados centros de producción, de recreación, oficinas, bancos,
tiendas, comercios, panaderías, pasteurizadoras de leche, así como
acueductos, que se vieron imposibilitados de bombear agua a la población.
Durante las embestidas de los huracanes muchos árboles caen,
arrastrando con ellos la infrastructura eléctrica y telefónica no
soterrada, que es casi toda la red de estos servicios indispensables.
Al acercarse la temporada ciclónica, la Defensa Civil realiza
frecuentes llamados de alerta a fin de preservar vidas y bienes. El gobierno
debe implementar las medidas necesarias para evitar males mayores, entre ellas
la poda preventiva de árboles, que en los últimos años ha
sido casi nula; incluso con el huracán Lili a punto de entrar en el
territorio nacional.
Es para alarmarse que a estas alturas del calendario, en los meses de más
actividad ciclónica, todavía no se hayan podado los árboles
ni en la capital ni otras ciudades. Quienquiera convencerse de la gravedad del
problema sólo tiene que observar a su alrededor.
El paso por Cuba o sus proximidades de estos meteoros deja siempre un saldo
mayor de beneficios que maleficios, aunque usted no lo crea. Gracias a ellos y a
su condición insular no es Cuba un desierto. El mal no lo trae el ciclón,
sino la irresponsabilidad del gobierno.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|