Entredichos
de una feria
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org) - Más de 750 empresarios y 288
compañías de los Estados Unidos estuvieron presentes en la
exposición de productos agropecuarios del vecino país, organizada
en la capital cubana del 26 al 29 de septiembre.
En la cena de despedida a los expositores, el gobernante cubano Fidel Castro
expresó: "Se puede calificar de histórico el hecho. No ocurría
hace más de cuarenta años, o tal vez ni siquiera nunca ocurrió".
En noviembre de 2001 Cuba reanudó las compras de arroz y otros
productos norteamericanos, luego del paso del huracán Michelle por la
Isla, cuando el gobierno de los Estados Unidos autorizó la venta de
alimentos y medicinas. Con anterioridad el gobierno cubano había
rechazado aceptar ayuda humanitaria del vecino.
El deshielo del embargo se venía gestando desde mucho antes, cuando
el campo socialista europeo -principal aliado de Fidel Castro- se derrumbó
como un castillo de naipes. El cese de los suministros a la Isla demostró
lo enclenque de la economía cubana y ahí la idea anti-embargo cobró
fuerza, principalmente en los encuentros de Cancún entre empresarios de
los Estados Unidos y funcionarios cubanos.
No menos importante, en cuanto a crear un estado de opinión favorable
al levantamiento del embargo, resultan los intercambios de opinión del
sector más moderado y socialista de la disidencia cubana con
representantes, senadores, un ex presidente y otras altas figuras del gobierno
americano, Europa y América Latina. Al regreso, y sin escuchar a otro
sector de la disidencia más radical, se casan con la idea de que hay que
levantar el embargo por razones humanitarias, y porque el gobierno cubano quedaría
desarmado de sus argumentos.
"En realidad no nos oponemos al levantamiento del embargo-expresó
la licenciada Martha Beatriz Roque Cabello, ex prisionera de conciencia. Nos
oponemos al levantamiento del embargo sin condiciones: que el gobierno de Castro
libere a los presos políticos y de conciencia; que cese la represión
contra pacíficos disidentes y opositores; que se libere el mercado y se
ofrezcan muestras reales de cambios democráticos. Personalmente, no
espero nada de este régimen".
Marvin Lehrer, uno de los directivos de la Federación de Arroceros de
los Estados Unidos visitó a Cuba por segunda vez dentro del marco de la
feria agropecuaria. Declaró el ejecutivo: "Es un comienzo muy
importante y nosotros no somos los únicos suministradores, porque existen
otros países que les venden este producto y continuarán haciéndolo.
Pero en la feria se han firmado nuevos contratos. Potencialmente Cuba sería
el mercado número uno para Estados Unidos".
Como poniendo en entredicho las razones de Leher, el economista cubano
Arnaldo Ramos, vice director del Instituto de Economistas Independientes "Manuel
Herrera", refiriéndose a la recién clausurada feria, apuntó:
"Está claro que esto es un rejuego político. Desde el punto
de vista económico no representa nada. Lo que sí representa es el
precedente que sienta de que se está comprando, lo que lleva al gobierno
de los Estados Unidos a romper el embargo. Lo que quiere el gobierno cubano es
que le quiten el embargo. Hace algunos años era un objeto de propaganda.
Pero ahora tiene necesidad de que los americanos le saquen las castañas
del fuego porque la economía de Cuba está en su punto más
bajo. Ese es el único interés, no otro. Por lo demás, 163
millones de dólares en compras apenas significa nada para un país
endeudado hasta la médula".
Wayne Smith, antiguo jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en
Cuba, es un viejo defensor de la normalización de relaciones entre ambas
naciones. Esto incluye la libertad de viajar de los norteamericanos a Cuba. Pero
nadie (que se sepa) le ha ido a pedir al gobierno de Fidel Castro que permita la
entrada y la salida de los nacionales y elimine el absurdo de que el cubano que
vive fuera esté obligado a pedir una visa para entrar a su país.
Wayne Smith fue uno de los rostros más risueños de la feria,
emulando con el rostro de su anfitrión.
Ramona Muñiz, ama de casa, acertó cuando dijo: "Todo es
política. Lo que el régimen necesita es dinero, porque con dinero
puede comprar lo que quiera, en cualquier lugar. El capricho consiste en comprar
a toda costa en los Estados Unidos. Si se envía a Cuba medicina, dinero,
y ahora alimentos, ¿dónde está el famoso bloqueo? Cuando no
existían las ventas de arroz de USA, el grano costaba 3 pesos con
cincuenta centavos la libra, en venta liberada. Ahora esa libra vale 4 pesos,
cuando se supone que los costos de flete deben bajar. Si quitan el embargo, ¿a
quién el gobierno echará la culpa de su incompetencia?"
La más alta personalidad oficial de los Estados Unidos asistente a la
feria, Jesse Ventura, gobernador del estado de Minnesota, expresó: "Es
muy importante este reencuentro para el futuro de las relaciones, no sólo
comerciales, entre los pueblos de Estados Unidos y Cuba".
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