Del dicho al
hecho...
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RÍO, noviembre (www.cubanet.org) - Irregularidades y apatía
han caracterizado el inicio del programa oficial para dotar a más de 6
mil alumnos de las diez escuelas secundarias básicas urbanas de la ciudad
de Pinar del Río, de la merienda escolar con la que los mantendrían
en los planteles durante más de ocho horas cada día. Programa que
desde sus inicios encontró el rechazo masivo de los padres de los
escolares.
El ambicioso programa no es en la práctica ni la sombra de la
concepción original, que garantizaría la estabilidad del
estudiante en el plantel, así como una mayor influencia de los programas
políticos en ellos.
Su fundamento estaría en crear en las escuelas condiciones de
estancia agradables para el alumnado. Consistiría en la reparación
de las aulas, mejoras en la iluminación, creación de áreas
exteriores con bancos y zonas deportivas, acondicionamiento de los servicios
sanitarios, locales para el cambio de vestuario, y garantía de agua
potable de forma estable para los adolescentes. También el programa
contemplaba la renovación del maltrecho mobiliario escolar, calificado
por los alumnos como pésimo e incómodo.
En principio se dijo que la merienda escolar estaría conformada por
un emparedado elaborado con 100 gramos de carne molida (de ave o de res), huevo
o croquetas y un envase hermético de yogur saborizado.
El período de puesta en práctica del mencionado plan, del 1 al
17 de noviembre, ha demostrado la falta de previsión de las autoridades.
Sólo dos de las diez escuelas secundarias básicas urbanas han
sido remozadas. En el resto, el promedio de servicios sanitarios es de tres para
cada sexo (para más de 600 estudiantes y profesores y trabajadores de
servicios).
La falta de agua potable se reafirma como el principal problema a resolver,
pues aunque en casi todas las escuelas hay cisternas, y el liquido almacenado
en ellas no puede ser consumido por estar contaminado. Además, la red
hidraúlica interna de los planteles no funciona, por lo que los baños
se asemejan a cochiqueras o establos por sus desagradables olores y acumulación
de todo tipo de desechos.
La oferta alimentaria, que debía ser el elemento atractivo, es
rechazada por más del 40 por ciento de los alumnos en lo referente al
emparedado y en una cifra superior con relación al yogur saborizado.
En realidad, lo que se oferta es un pan con dos croquetas insípidas,
que nadie ha podido definir con qué están confeccionadas. El yogur
llegó a los planteles en tanques a granel, caliente y sin azúcar.
Muchos de los estudiantes consultados dijeron que estaba ácido.´
Como un irónico consuelo para los frustrados estudiantes, los
funcionarios del Ministerio de Educación que han monitoreado la puesta en
marcha de este programa sugirieron que los estudiantes traigan frutas, dulces y
agua potable de sus hogares.
Desde que dio inicio este programa, a decenas de centros laborales de la
ciudad se le han retirado las asignaciones de pan para la merienda de los
trabajadores, mientras que a los alumnos, hace más de 15 días no
se les entrega, por la canasta normada, los dos litros semanales de yogur de
soya que deben recibir para el desayuno en sus viviendas.
Los padres rechazaron el plan casi desde sus inicios, pues no se han
cumplido con los requisitos previos (condiciones de estancia), a lo que se suma
que los alimentos ofertados no cubren el aporte del 25 por ciento de las calorías
que demandan los adolescentes para asimilar la carga docente y física a
que son sometidos.
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