R. Ferreira y J. Utset .
El Nuevo Herald.
Tres años después que el niño Elián González
apareció a la deriva en aguas cerca de Miami, la fiscalía federal
decidió ayer no enviar de vuelta a Cuba a un menor separado de su padre,
después de una travesía clandestina desde la isla, por
considerarlo un importante testigo en un caso de contrabando humano.
''Los fiscales están viendo el caso como un todo y consideraron que
el niño es un testigo presencial de un delito. Por eso han decidido
traerlo a tierra. Me imagino que una vez aquí, iniciará el proceso
normal migratorio de un cubano'', afirmó Jacqueline Becerra, portavoz de
la fiscalía federal en el sur de la Florida.
El menor, de 13 años no ha sido identificado por las autoridades,
pero la portavoz confirmó que vino a Estados Unidos acompañado por
su padre, quien se encuentra preso en el Centro de Detención de Krome del
Servicio de Inmigración y Naturalización (INS).
''No creo que el niño vaya para Krome porque no es un centro para
menores'', añadió la portavoz.
El lunes por la mañana, respondiendo a una llamada de auxilio de
alguien que se identificó solamente como ''un buen samaritano'', las
autoridades localizaron a la deriva, a unas 25 millas al sur de Cayo Hueso, una
embarcación de 21 pies de eslora donde aparentemente venían dos
hombres.
''En esos momentos, las olas era de unos cinco pies de altura, lo que impidió
el abordaje. Optamos por brindarles gasolina y escoltarlos a tierra firme'',
indicó el portavoz del Servicio Guardacostas en Miami, Luis Díaz.
Al llegar al muelle en Cayo Hueso, cerca de las 3:45 p.m., varios agentes
abordaron la embarcación y, además de los dos tripulantes,
hallaron escondidos en la cabina de mando a cuatro hombres, una mujer y un
menor.
El grupo trató de escapar y cinco de ellos lograron pisar suelo
estadounidense, pero el menor no logró salir de la embarcación,
por lo que quedó, al menos teóricamente, separado y con un
estatuto migratorio distinto al de su padre.
Según la política de ''pies secos, pies mojados'', todo cubano
que logre pisar suelo estadounidense tiene derecho a ajustar su estatus al cabo
de un año y un día. Si es encontrado en alta mar, es devuelto a la
isla.
En este caso, los Guardacostas aplicaron la regla con toda rigurosidad hasta
que la fiscalía intervino y reclamó al menor.
Pero si bien no la califican de un ''acto irracional'', la decisión
provocó algunas suspicacias entre los especialistas, que se cuestionan si
las autoridades necesitan realmente el testimonio del niño.
''Uno dudaría en enviar a un muchacho a una situación incierta
cuando su padre está aquí mismo'', afirmó Tammy
Fox-Issicoff, abogada de inmigración. La cuestión, se preguntó,
es: "¿De verdad necesitan al muchacho, cuando tienen a cuatro
adultos?''.
Fox-Issicoff señaló que las autoridades han reforzado su
ofensiva contra el contrabando de inmigrantes después del 11 de
septiembre, pero este caso de nuevo pone en duda la seguridad de las costas.
''¿Si cinco adultos y un menor consiguen entrar de contrabando, cuán
difícil les sería a cuatro terroristas?'', añadió la
abogada.
Según el portavoz de los guardacostas, los agentes identificaron de
inmediato a los dos tripulantes de la embarcación como residentes de la
Florida por sus licencias de conducir.
Becerra añadió que ambos serán presentados ante un juez
de instrucción en Miami esta tarde y encausados por contrabando de
inmigrantes ilegales.
El jueves 25 de noviembre de 1999, dos primos hallaron a la deriva cerca de
la playa de Hallandale al niño Elián González, quien regresó
a la isla siete meses, tras una disputa internacional provocada por el hecho de
que su madre pereció en la travesía y su padre permaneció
en la isla.
En este nuevo caso, el padre del menor está en Krome, mientras que la
madre se quedó en la isla. Para fuentes en la comunidad exiliada, este
caso suena como un intento desesperado de un padre por sacar a su hijo de la
isla ante la inminencia de ser llamado al servicio militar, usualmente a los 14
años de edad.
Pero de desencadenarse una disputa entre padre y madre, recordaría más
el caso del niño Jonathon Colombini. En noviembre del 2000, Colombini fue
raptado en Cayo Maratón por su madre, Arletis Blanco, quien lo llevó
a Cuba junto a su pareja, una hija de ambos y un primo del hombre.
El padre, Jon Colombini, reclamó durante meses a las autoridades
cubanas la devolución de su hijo, objetivo que consiguió después
de negociaciones con su ex esposa a través de cauces diplomáticos.
Una portavoz de la Oficina de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado
rehusó comentar ayer si las autoridades de la isla han contactado a las
de Estados Unidos para enterarse del caso. |