Continúan
atropellos contra activista ciego encarcelado
LA HABANA, 21 de noviembre (Reinaldo Cosano Alén / www.cubanet.org) -
El activista ciego Juan Carlos González Leiva, encerrado por la policía
política en la prisión de Pedernales, ubicada en la provincia
Holguín, continúa siendo atropellado por sus carceleros, denunció
Maritza Calderín, esposa del invidente.
González, que es presidente de la Fundación Cubana de Derechos
Humanos, permanece encerrado desde el 4 de marzo del presente años sin
que le hayan celebrado juicio.
"Me dijo Juan Carlos que, con la excusa de hacerle un interrogatorio,
lo dejaron parado en un sitio que él no puede precisar y después
le ordenaron que regresara solo a su celda. Iba por los pasillos, que parecen un
laberinto, dando tumbos auxiliado únicamente por su bastón",
reveló Calderín.
La mujer agregó que ese mismo día le hicieron dos requisas a
González.
"Le pidieron que abriera su maleta y destapara las vasijas de azúcar
y leche en polvo. Así lo hizo. Como si Dios lo hubiera inspirado, de
momento tendió la mano y descubrió que un oficial tenía
metida la mano en el recipiente de la leche. Juan Carlos lo botó. Al otro
día le hicieron lo mismo. Piensa que quizás le echaron alguna
sustancia para que le dé hambre y suspenda el ayuno, porque lo están
hostigando mucho con el ayuno. Le preguntó a un oficial por qué le
hacen las requisas solamente donde están sus alimentos, y no en la
mochila donde guarda la ropa, los libros y demás pertenencias. Pero no
hubo respuesta a su cuestionamiento", apunto Calderín.
La esposa de González explicó que a él le autorizaron
que tenga una maleta con candado por los frecuentes hurtos que le hacía
un recluso que estaba en la misma celda. Añadió que ahora le
pusieron por compañero de cautiverio a un hombre mayor que afirma es un
pastor religioso condenado a doce años de privación de libertad
por venderle a extranjeros obras artísticas consideradas por el gobierno
como patrimonio nacional.
También dijo Calderín que encontró a González más
calmado, pues le permiten que lo visite un pastor bautista que lo está
preparando para bautizarlo.
"Ha sido para él como un reencuentro con Dios. Mi esposo tiene
una enorme convicción religiosa. Tiene gran temor por no estar bautizado.
Creo que esto lo ayuda a soportar mejor sus infortunios en la prisión.
Las autoridades han dicho que permitirán el bautizo, que es por inmersión,
por la Iglesia Bautista. Han prometido que a nosotros, los familiares, nos
permitirán asistir al acto religioso, el cual se efectuará en una
presa cercana al penal. Esperamos que cumplan lo prometido", concluyó
Calderín.
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