Operación
rastrillo: policía versus mercado negro
José Izquierdo, Grupo Decoro
GUINES, noviembre (www.cubanet.org) - Salí de casa un domingo de ésos
que uno guarda para realizar algunas compras y garantizar en el hogar algo de
alimento para el resto de la semana.
Decidí dirigirme a las áreas que rodean el concurrido mercado
agropecuario de Güines, sitio donde vendedores ambulantes ofertan en
portales y aceras una gama de productos que difícilmente un mercado
estatal contenga en sus obsoletos anaqueles. Allí usted puede encontrar
varios tipos de viandas hasta espaguetis, jabones o sardinas en conserva.
Sin embargo, asombrado quedé al arribar al sitio donde supuestamente
debía encontrar aquella improvisada plaza comercial. Un fuerte operativo
de la policía custodiaba el mercado. Una veintena de agentes habían
llegado desde horas tempranas.
Pregunté a uno de los vecinos de la zona sobre la presencia de tantos
gendarmes. Me respondió:
"¡Ay, muchacho!, hace cuatro días que están
sembrados aquí. Vienen a las seis de la mañana y se marchan a las
siete de la noche. Ayer decomisaron muchos productos y multaron a más de
treinta personas. Dicen que esto se llama 'Operación rastrillo'".
Una joven desafiaba a la policía a sólo 200 metros del lugar.
Nerviosa, mostraba en sus manos dos sobres de fideos que vendía a 10
pesos cada uno.
"¿Por qué el nombre de este operativo policíaco?",
le pregunté.
"Será porque por donde ellos pasan lo barren todo, ¿no?"
Sí, rastrillo, según el diccionario, significa "objeto
utilizado para rastrillar el limo y la yerba". Entonces deduje que esa
misma acción es la que ejecuta la policía local cuando trata de
eliminar con su operativo a quienes sobreviven con la venta de viandas, carnes y
pescado, en franca competencia con los mercados agropecuarios estatales, lugares
donde casi siempre los precios son superiores a los fijados por los vendedores
ambulantes e intermediarios en el mercado negro o subterráneo.
Güines se encuentra sitiado por la policía desde el 6 de
noviembre. Nadie se mueve. Cientos de sus residentes han sido multados por
vender en las calles cualquier cosa, desde un cucurucho de maní tostado
hasta una libra de manteca de cerdo. Los pocos establecimientos con que cuenta
el estado para la venta de viandas y vegetales casi nada ofertan a una población
que supera las 80 mil personas.
Analistas independientes coinciden en que la persecución desatada por
la policía en todo el país contra los intermediarios y
revendedores está relacionada con las recientes declaraciones de Fidel
Castro en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Allí, el gobernante
arremetió contra todo lo que huela a economía de mercado, y recordó
de paso a los disidentes que en Cuba el estado es el único dueño
del "negocio".
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