El
socialismo, los travestis y la policía
Claudia Márquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, octubre / www.cubanet.org - El gobierno de Cuba se enfrenta a un
alto índice de prostitución masculina, principalmente en las
calles de Ciudad La Habana, donde los travestis comienzan a tener un papel
preponderante.
En otros tiempos encerraban en campos de concentración camuflados con
el sutil nombre de Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP) a
los homosexuales, por considerarlos "enfermos de patología social",
y también a religiosos de cualquier denominación o personas que
eran declaradas "desafectas a la revolución" por los
funcionarios.
¿Quién se lo iba a decir a Fidel Castro?, que desde que llegó
al poder trató de erradicar a esos "enemigos" del "hombre
nuevo comunista" que se empeñó en construir.
Nunca antes se habían visto en las calles de la capital tantos
travestis como ahora. Ya no se escuchan aquellas arengas jactanciosas de
principios de los 60 según las cuales se erradicaría el
homosexualismo y la prostitución. Hoy pululan las prostitutas, los
proxenetas y los travestis en busca de dólares para sobrevivir.
Sí, sobrevivir, porque ningún travesti cubano logra salir de
la miseria socialista cobrando por sus servicios cinco dólares la hora,
según fuentes confiables cuya identidad no será revelada.
La policía interviene o no en el asunto en dependencia de las órdenes
que reciba, por lo que unas veces puede verse a los travestis en una esquina de
la capital y a unos metros de ellos dos o tres agentes que vigilan la zona, pero
en otras ocasiones se desatan redadas policiacas en las que arrestan a todo el
que tiene que ver directa o indirectamente con la prostitución.
Es casi imposible entrevistar a los travestis, pues desconfían de
todo el que se le acerca en busca de información, pero se ha podido
averiguar que suelen operar tarde en la noche en zonas cercanas a los centros
turísticos o a repartos residenciales donde viven personas con un nivel
de vida superior al resto de la población.
Fuentes diversas aseguran que han visto a travestis pagarle a policías
para que los dejen operar tranquilos, pues el acoso contra ellos muchas veces es
un pretexto de los funcionarios del Ministerio del Interior para obtener dólares
fácilmente. Sin embargo, el salario de los policías es uno de los
más altos del país, porque oscila entre 25 y 40 dólares al
mes, un privilegio en país donde la paga media mensual no llega a diez dólares.
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