Publicado el 29 de mayo de 2002 en
El Nuevo Herald.
Vecinos de Camagüey discuten y firman el Proyecto Varela
Carta de Cuba. Camagüey
El Proyecto Varela, un documento que pide un referéndum al gobierno
cubano, fue discutido entre los vecinos del reparto Lenin, en la ciudad de Camagüey,
en una reunión vigilada por policías vestidos de civil.
Aurelio Espinosa, delegadodel Partido Pro Derechos Humanos en esta
provincia, indicó que en la actividad se leyó el Proyecto y se
analizó que era constitucional que la Asamblea Nacional del Poder Popular
aceptara como válidas las once mil firmas recogidas en todo el país
para apoyar el plebiscito.
Rogelio Mendoza, un delegado del Poder Popular señaló que "los
electores tienen el derecho a presentar leyes en la Asamblea Nacional. Este
Proyecto, llamado Varela, también tiene ese derecho''.
En la reunión participaron cerca de 157 vecinos, de los cuales 41
esstuvieron dispuestos a firmar el Proyecto Varela.
Según el opositor Héctor Palacio Ruiz, miembro de la junta
coordinadora de la recolección de firmas, es posible que en las próximas
semanas, tengamos cuatro o cinco mil firmas más.
Payá Sardiñas, el principal dirigente del Proyecto Varela,
indicó que en realidad fueron más de 20 mil las firmas que se
recogieron en todo el país.
Denuncian arrestos a opositores
Efe. Londres
Las detenciones de políticos y sindicalistas de oposición y de
periodistas, por ejercer su derecho a la libertad de expresión y asociación,
son denunciadas por Amnistía Internacional (AI) en su informe sobre Cuba
correspondiente al año 2001.
La organización humanitaria también denuncia que los
tribunales cubanos continuaron dictando sentencias de muerte, a pesar de estar
en vigor "una suspensión no oficial de las ejecuciones''.
Además, agrega AI, se siguieron practicando detenciones temporales,
arrestos domiciliarios y amenazas a personas contrarias al régimen de
Fidel Castro.
A finales de 2001 al menos siete presos de conciencia seguían
recluidos en cárceles cubanas y, aunque varias excarcelaciones apuntaban
a que el régimen de Castro iba a ajustar sus leyes a la normativa
internacional, las autoridades continuaron con más detenciones y
limitando las libertades fundamentales, señala AI.
De hecho, Amnistía Internacional notifica que a algunos presos de
conciencia y detenidos políticos se les negó deliberadamente
asistencia médica y entrega de medicinas como un castigo adicional,
aunque señala la existencia de un ''bloqueo económico'' contra la
isla.
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó en abril de
2001, a petición de la República Checa, una resolución crítica
hacia la situación en Cuba, aunque en un tono conciliador abogó
para que los Estados miembros de la organización internacional ''adopten
medidas para mejorar la condición económica'' de la isla.
Meses después, en noviembre, la Asamblea General de la ONU condenó
por mayoría el ''bloqueo económico'' que sufre la isla.
Amnistía Internacional también denuncia en su informe que el
embargo de Estados Unidos contra Cuba, que dura ya cuatro décadas,
contribuyó el pasado año a crear un clima de privación de
los derechos fundamentales.
Sin embargo, AI elogia que el Gobierno estadounidense vendiera productos agrícolas
a Cuba, por primera vez desde la imposición del embargo, a raíz de
los destrozos causados por el paso por la isla del huracán ''Michelle''
en noviembre pasado.
Este hecho sin precedentes no representó, según ambos países,
un cambio en sus relaciones políticas y económicas, apunta la
organización humanitaria.
Monseñor Céspedes censura las críticas contra el
clero
Associated Press. La Habana
Es cierto que existen casos de pederastia, pedofilia y homosexualidad entre
los sacerdotes de todo el mundo, incluso en Cuba, pero esos casos no son
exclusivos de la Iglesia Católica, dijo un monseñor cubano.
Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, vicario general de La
Habana, se quejó además del ''sensacionalismo'' con el que se han
presentado las denuncias, y respaldó al arzobispo de Boston, Bernard Law,
quien ha sido objeto de intensas críticas tras presentar en marzo a las
autoridades una lista de 80 sacerdotes acusados de abuso sexual de menores.
Durante su actual visita a Roma, el presidente de Estados Unidos, George W.
Bush ha manifestado su apoyo a Law y el martes manifestó preocupación
por el estado de la Iglesia Católica en su país, a la luz de las
denuncias.
''La presentación tan agresiva, sensacionalista y como si de una
exclusividad católica se tratase, hecha por medios norteamericanos ...
levanta sospechas'', dijo Céspedes, en el primer comentario de la Iglesia
cubana sobre las polémicas denuncias de abuso de menores formuladas
contra el clero.
''Ningún medio se ha atrevido a tocar tan vitriólicamentea
otros grupos religiosos, a grupos profesionales y a la institución
familiar. ¿Por qué sí a la Iglesia Católica?'', se
preguntó Céspedes en un extenso artículo publicado en
Palabra Nueva, una revista de la Arquidiócesis de La Habana.
Me parece, agregó el prelado, que "se puede afirmar con toda
objetividad, que sí hay casos de pederastia, de pedofilia y de
homosexualidad descontrolada entre los sacerdotes, pero que de ningún
modo se puede insinuar que los pederastas, los pedófilos y los
homosexuales son los que dan el tono de la existencia sacerdotal católica''.
Céspedes, descendiente del prócer cubano independentista del
siglo XIX Carlos Manuel de Céspedes, agregó que "es bueno
esclarecer también que los Estados Unidos de Norteamérica no
tienen la exclusiva en este tipo de problemas y, en general, de delitos sexuales
sacerdotales''.
''Lamentablemente, casos semejantes pueden ocurrir y de hecho ocurren en
casi todas partes, incluyendo a nuestro país'', dijo Céspedes, sin
ofrecer mayores detalles acerca de esos casos en Cuba.
Un libro sobre Dios y la cárcel
Efe. Madrid
Su propia experiencia y la de otras diez mujeres es el sustrato de Dios en
las cárceles cubanas, el último libro de la escritora cubana
exiliada María Elena Cruz Varela.
El libro, publicado por Ediciones Martínez Roca en España, país
donde vive exiliada la escritora, está "armado con historias reales
contadas por sus principales protagonistas''.
''No quise encerrarme únicamente en el testimonio porque creo que con
cualquier historia se puede, al menos lo intenté, hacer literatura'',
precisa.
Además, ''mi experiencia como prisionera política me llevó
a la conclusión de que sólo podía enfrentarme a la página
en blanco si me distanciaba lo suficiente de mi propio desgarramiento'', agrega
la escritora. |