El pueblo
cubano está ganando
Tania Díaz Castro
LA HABANA, mayo (www.cubanet.org) - Sí, el pueblo cubano está
ganando. La Constitución de Fidel Castro podrá decir que sólo
existe un partido (marxista-leninista hasta el desplome del campo socialista,
ahora martiano, marxista y leninista), pero en Cuba viven varios partidos
surgidos en las mismas entrañas del pueblo, aunque se mantengan ilegales
por decisión estatal.
Podrá decir la Constitución que sólo reconoce y
estimula sus organizaciones de masas para que respondan a la defensa del
socialismo, fundadas precisamente por Fidel Castro para el mantenimiento de su
poder, como los Comité de Defensa de la Revolución, la Federación
de Mujeres Cubanas, la Unión de Jóvenes Comunistas… Sin
embargo, han surgido, de forma espontánea, decenas de organizaciones pacíficas,
también ilegales como los partidos y reprimidas por el gobierno como el
Comité Cubano Pro Derechos Humanos, la Comisión Cubana de Derechos
Humanos y Reconciliación Nacional, el Movimiento Cristiano Liberación,
la Fundación Lawton de Derechos Humanos, la Unión de Economistas
Independientes y muchas otras.
No cabe dudas, el pueblo cubano está ganando, está obteniendo
un buen margen dentro del feroz totalitarismo de Fidel Castro. Porque mientras
la Constitución defiende la ideología y el mantenimiento del régimen,
el pueblo ha decidido imponer sus deseos de crear su propia fuente de ingresos.
Por tanto, en la calle como en los hogares, pueden adquirirse ciertos artículos
o servicios a más bajo costo que los del Estado. Con este proceder, el
pueblo demuestra su desdén por la propiedad estatal socialista, algo que
en la práctica no ha proporcionado ni siquiera un nivel de vida regular
para el pueblo. Por esta razón, no creo que sea el Estado el que dirige
totalmente la actividad económica nacional, tal y como preconiza la
Constitución, con el fin de fortalecer al sistema socialista. (Como se
sabe, Cuba es uno de los países más endeudados del mundo.)
El pueblo cubano está ganando. El Estado podrá administrar los
bienes materiales, todos de su propiedad después de haber sido
confiscados, podrá crear y organizar nuevas empresas. Mientras, son
muchos los cubanos anónimos que venden y compran entre sí no sólo
sin la participación del Estado, sino a espaldas suyas, burlando sus
leyes.
El pueblo cubano está ganando. Mientras la Constitución
fundamenta su política educacional bajo dogmas marxistas-leninistas,
puesto que la enseñanza también es función del Estado,
cientos de miles de padres y madres llevan a sus hijos a iglesias, templos y
cultos con el fin de que se eduquen en las ideas cristianas o religiones
afrocubanas, sin importarles el lema "Pioneros por el comunismo, seremos
como el Che". Estos padres prefieren que sus hijos rindan obediencia a
Cristo, a Jehová, a Shangó, a Yemayá… ya no hay más
Dios para ellos que el Dios verdadero. Ha quedado sin luz y sin razón
aquel otro Dios cuyos poderes políticos eran tan grandes.
El pueblo cubano está ganando. Toma decisiones. Ha ido más allá
de los deberes y derechos que promulga la Constitución. Y lo ha logrado
según su idiosincrasia: con una sonrisa en los labios o bailando un son.
No importa que el régimen insista inútilmente en crearle una
conciencia comunista al pueblo cubano. Mientras el gobierno castrista se
sostiene gracias a fuertes pero no eternos hilos que son las fuerzas armadas y
el ministerio del interior, el pueblo de Cuba inventa sus propias antenas de
televisión y busca de las ventajas de la democracia, para regocijarse con
otra visión que no se parezca ni remotamente a la suya.
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