Publicado el 10 de mayo de 2002 en
El Nuevo Herald.
La visita de Carter a Cuba no crea grandes esperanzas
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
El disidente cubano Elizardo Sánchez Santacruz declaró ayer
que el ex presidente Jimmy Carter llegará el domingo a un país
virtualmente gobernado por ''talibanes'', donde si bien no se les exige a las
mujeres taparse la cara, tiene a los cubanos sumidos en el más feroz de
los fundamentalismos.
''El gobierno sigue insistiendo en que Cuba es el país donde más
se respeta los derechos humanos en el mundo, y soy textual. Y que Cuba tiene el
gobierno más democrático del planeta. Estas dos afirmaciones
dichas al más alto nivel del Estado, cada día, cada semana y cada
mes, alimentan lo que yo llamo el talibanismo tropical'', afirmó el
opositor en una conversación telefónica con El Nuevo Herald desde
su residencia en la capital cubana.
''Digo tropical, porque no es el talibanismo de poner burkas a las mujeres,
sino que nos tiene sumidos en el fundamentalismo castrista'', agregó Sánchez
Santacruz.
Es más, "viniendo a Cuba, [Carter] está visitando la única
sociedad cerrada del hemisferio occidental''.
Por eso, el también presidente de la ilegal Comisión Cubana de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), que se autodefine
como socialdemócrata, no alberga grandes esperanzas sobre el próximo
periplo de Carter por la isla, entre otras razones porque "la situación
del país es muy complicada. En lo interno está tan deteriorada que
no puede empeorar, y los nexos bilaterales no pueden ser más precarios,
con constantes acusaciones mutuas''.
Después de ''más de cuatro décadas de gobierno
totalitario, la única solución razonable sería poner fin a
este modelo de gobierno. ¡Pero eso es bien complicado!'', sostuvo Sánchez
Santacruz.
Carter llegará a la isla este domingo, acompañado de su
esposa, Rosalynn Carter, y otras 11 personas, en su mayoría funcionarios
del Centro Carter.
Sánchez confirmó que una delegación de opositores se
encontrará con el ex mandatario en la tarde del jueves, víspera de
la partida de la isla, pero todavía no se ha confirmado la composición
del grupo.
''Aunque en Cuba hay miles de militantes disidentes, seguro que estarán
presentes Vladimiro Roca, Gustavo Arcos, Osvaldo Payá, Marta Beatriz
Roque, Raúl Rivero y Héctor Palacios'', declaró Sánchez
Santacruz. "Por mi parte --agregó--, no pienso hablar más de
dos o tres minutos. [Carter] es un hombre informado; seguro se va a fijar
objetivos puntuales para tratar de lograr algo''.
En cuanto al encuentro, Sánchez cree que "será un claro
mensaje de reconocimiento humano y de apoyo moral a nuestros pacíficos
esfuerzos para cambiar la desfavorable situación que hay en Cuba en
cuanto a derechos fundamentales''.
Ahora bien, ''en el terreno donde tal vez puede haber algo más allá
del impacto en lo humano, puede ser en el de las relaciones bilaterales que han
mantenido una tendencia al empeoramiento en las últimas semanas'', comentó
el disidente. ''La crispación ha aumentado todavía más con
acusaciones mutuas'', subrayó.
"A título personal, como activista de derechos civiles, tendría
cierta esperanza en que ambos gobiernos aprovechen esta visita --de por sí
irrepetible y de un hombre de cuya buena fe nadie puede dudar-- para iniciar un
lento viraje hacia alguna forma de distensión bilateral''.
Sobre el discurso televisivo que Carter enviará a los cubanos el
martes por la tarde desde el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el
activista disidente sostuvo que "seguramente va a trasmitir un mensaje
positivo de derechos humanos y principios democráticos, algo ineludible
dado el compromiso que Carter tiene con los derechos humanos. Pero también
pienso que será muy cuidadoso en no decir nada que ofenda al gobierno
cubano''.
Sin embargo, continuó Sánchez Santacruz, "lo que me
gustaría escuchar, y seguro no lo dirá, [son palabras que]
subrayaran la prominencia, la importancia esencial que tiene el tema de los
derechos humanos en cualquier país civilizado, así como la
convivencia democrática''.
Miembros del Proyecto Varela esperan a Carter
Anita Snow / Ap. La Habana
El primer intento de Oswaldo Payá de relajar el sistema socialista de
Cuba con una campaña de recogida de firmas terminó con el fracaso
y un letrero pintado en la puerta de su casa: "Payá: agente de la
CIA''.
Pero una recogida de firmas más reciente quizás se haya
convertido en la campaña nacional no violenta más importante que
se haya hecho por cambiar el gobierno de Fidel Castro, establecido hace 43 años.
Y sus dirigentes pudieran estar entre los activistas que se reúnan
con el presidente Carter durante su visita de la semana próxima.
El Proyecto Varela ha recogido 10,000 firmas en toda la isla proponiendo un
referéndum que le preguntaría los electores si estarían de
acuerdo con la libertad de expresión, la aministía para los presos
políticos, o el derecho de establecer sus propios negocios.
La constitución socialista de Cuba dice que la Asamblea Nacional debe
programar un referéndum nacional en caso de recibir una petición
firmada por 10,000 electores.
''Muchos han perdido el miedo'', dijo Payá refiriéndose a los
que han firmado. "En un país totalitario, el cambio empieza cuando
la gente comienza a liberarse a sí misma''.
Cuando le preguntaron en abril sobre la campaña, el ministro de
Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, dijo que dudaba que tuviera éxito,
y acusó a sus organizadores de estar pagados por el gobierno de Estados
Unidos.
Payá dice que el proyecto no ha recibido dinero de ningún
gobierno, ni de ningún grupo fuera de Cuba.
Lo que sí ha recibido, subraya, son constantes hostigamientos por
parte de la policía política. Esto ha sido así desde que
empezara el año pasado y, en particular, ahora que se encuentra en su
etapa final. Afirmó que agentes de la seguridad del estado han confiscado
varios miles de firmas, pero que los voluntarios han salido a buscar más.
Carter, que llega el domingo por invitación de Castro, piensa
reunirse con los activistas cubanos para discutir problemas de derechos humanos
y temas religiosos el próximo jueves, según han dicho sus voceros.
Se especula que Payá pudiera estar entre los que se reúnan con
Carter, pero el ingeniero eléctrico, de 50 años, declinó
confirmarlo en una entrevista.
Sentado en la sala de la sencilla casa de un solo piso que comparte con su
esposa y sus tres hijos, Payá dijo que el expresidente será
bienvenido por los cubanos, que recuerdan sus intentos por normalizar las
relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante su período 1977-81.
''Carter es un hombre de mucho prestigio, un político, pero también
un humanista, una personalidad con fuerza moral'', declaró Payá,
un devoto católico que fue cofundador del Movimiento Cristiano Liberación,
que está ayudando a coordinar el movimiento de petición.
Es probable que también se reúnan con Carter otros dos
coordinadores del Proyecto Varela: Elizardo Sánchez, presidente de la
Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional y Héctor
Palacios Ruiz del Partido de Solidaridad Democrática. Al igual que el
grupo de Payá, sus organizaciones son toleradas aunque no legalmente
reconocidas por el sistema unipartidista de Cuba.
Aunque el grupo de Payá habló del Proyecto Varela por primera
vez en 1996, no fue hasta el año pasado que se empezó en serio la
recogida de firmas.
Ahora los voluntarios están verificando las firmas, visitando a cada
uno de los peticionarios para asegurarse de que su nombre, dirección y número
de carné de identidad coincidan con los que aparecen en el documento.
Una vez que se termine la verificación, se presentarán las
peticiones a la Asamblea Nacional.
Aunque los primeros firmantes eran miembros de los grupos de oposición,
la mayoría de los que han firmado en los últimos meses son simples
ciudadanos sedientos de un cambio, dijo Payá.
''Esto es algo importante y también inaudito porque el protagonista
es el pueblo cubano y porque se está haciendo dentro de Cuba'', dijo.
Retiran cargos a 2 acusados del Movimiento Democracia
W. Cancio / El Nuevo Herald. Cayo Hueso.
En una anticipada derrota legal para el gobierno de Estados Unidos, un juez
federal desestimó ayer los cargos contra dos de los tres miembros del
Movimiento Democracia acusados de
entrar ilegalmente en aguas territoriales de Cuba.
Tras escuchar sendas mociones de los abogados de la defensa, el juez Norman
C. Roettger decidió eximir del proceso a Alberto Pérez, de 58 años,
y Pablo Rodríguez, de 48, considerando que la fiscalía no presentó
evidencias convincentes para implicarlos en actos de conspiración y
transgresión de la llamada zona de seguridad de la Florida.
La decisión deja como único acusado a Ramón Saúl
Sánchez, de 47 años, líder de la agrupación, aunque
sus abogados también presentaron un recurso --que fue rechazado-- para
anular los cargos en su contra. Si es hallado culpable, podría recibir
una condena hasta de 10 años de cárcel y una multa de $20,000.
''Este es un día grandioso para la justicia norteamericana'',
manifestó el abogado Mike Pizzi, quien representa a Pérez. "El
mensaje está claro: el gobierno no podrá encausar a personas que
no hayan cometido delito, porque no puede ser delito rendir homenaje a las víctimas
de un dictador como Fidel Castro''.
Pérez tendrá que comparecer como testigo, pues tras conocerse
la decisión, la fiscalía le extendió una citación
para declarar en el proceso.
''Es un fuerte golpe contra el encausamiento'', expresó el abogado
Luis Fernández, representante de Rodríguez.
A la salida del tribunal, Rodríguez manifestó sentirse "agradecido
por las oportunidades que ofrece el sistema judicial de este país''.
Rodríguez, a quien el Departamento de Obras Públicas de
Miami-Dade suspendió de su empleo como agrimensor el pasado septiembre
luego de producirse el encausamiento federal, tratará ahora de recuperar
su puesto de trabajo.
Es la primera vez que se produce un encausamiento por desacato al decreto
6867, emitido por Bill Clinton en 1996 y ratificado por George W. Bush a
comienzos del 2001.
La fiscalía procesó a los tres activistas por entrar en aguas
territoriales cubanas el pasado 14 de julio, cuando realizaban una flotilla de
homenaje a las víctimas del remolcador 13 de Marzo.
La maratónica cuarta jornada del juicio concluyó ayer cerca de
las 6 p.m., tras el desfile de cinco testigos, cuatro de ellos presentados por
la defensa.
En representación de Sánchez, el abogado Kendall Coffey dijo
que su cliente actuó bajo una sincera creencia del derecho de retornar
libremente a la tierra natal, como prescribe la Declaración Universal de
los Derechos Humanos.
''Uno de los objetivos del Movimiento Democracia ha sido rechazar las
regulaciones de la zona de seguridad. La declaración de derechos humanos
no puede impedir a un país como Estados Unidos regular sus fronteras'',
dijo el fiscal Ben Greenberg.
Se espera que hoy testifiquen sobrevivientes del remolcador 13 de Marzo, en
un esfuerzo de la defensa por demostrar la motivación de los activistas
en sus flotillas hacia Cuba. Las conclusiones de ambas partes pudieran terminar
al mediodía, pero las deliberaciones del jurado no comenzarán
hasta la semana próxima.
Batlle conversa con Telemundo
Juan Manuel Cao. Montevideo, Uruguay
Entré al palacio de gobierno por el fondo. Lo pedí yo mismo
para evitar la curiosidad de mis colegas uruguayos apostados permanentemente en
la puerta principal. El tema de Cuba sigue al rojo vivo. No quería de
entrevistador terminar entrevistado. Vine a hacer preguntas y a nada más.
El presidente Jorge Batlle tiene la misma edad de Fidel Castro pero se ve más
joven, ordena mejor sus ideas, no se le enreda la lengua ni se le pierden los
papeles. No se disgusta con las preguntas incómodas porque se ve que está
acostumbrado a hacer política en democracia. Le doy la oportunidad de
devolver los insultos personales, pero se niega a pronunciar un sólo
adjetivo calificativo. ''No hace falta'', me aclara. "Castro se descalifica
solo''.
Batlle ha estado dispuesto a pagar su precio político y ha roto las
relaciones diplomáticas con Cuba.
El precio político se paga porque la izquierda uruguaya agrupada en
el Frente Amplio ganó mucho terreno en las pasadas elecciones, al punto
de que los dos partidos tradicionales tuvieron que poner a un lado su rivalidad
y crear un contrafrente para, con la postulación de Batlle, cerrarle el
paso a los frenteamplistas.
Cuba se ha vuelto un tema de campaña política interna en
Uruguay, lo que hizo, sin dudas, más interesante la conversación
con el presidente Batlle.
La última parte de la entrevista de Juan Manuel Cao con el
presidente de Uruguay, Jorge Batlle, se transmitirá hoy en las ediciones
de las seis y las once del noticiero del Canal 51 de Telemundo. |