Publicado el 9 de mayo de 2002 en
El Nuevo Herald.
La Habana sin una gota de gasolina
Agence France Presse. La Habana
Las estaciones de expendio de combustibles de La Habana se encontraban ayer
desabastecidas de gasolinas y diesel, sin que hasta el momento se conozca una
explicación oficial sobre las causas que llevaron a esta situación,
señalaron testigos y conductores de vehículos.
Extensas filas de automóviles y camiones se observaban frente a
algunas estaciones de servicio que aún mantenían pequeñas
reservas de diesel o gasoil, pero que ya no contaban con gasolinas de tipo común
o especial, las que usa la mayoría del parque automotor en la isla.
Los expendedores de naftas desconocían las razones por las que sus
estaciones no habían sido surtidas con combustibles por la empresa
estatal CUPET (Cuba Petróleos) y especulaban con los motivos que
provocaron el desabastecimiento.
''Unos dicen que no se ha recibido el petróleo venezolano en los últimos
días y otros nos afirman que hubo algún inconveniente técnico
en la CUPET'', la empresa estatal que monopoliza el refinado del crudo y la
distribución de sus derivados, dijo a la AFP Yosmel Hernández,
empleado de una céntrica gasolinera.
Cuba consume unos 150,000 barrilles diarios de petróleo, de los
cuales debe importar una tercera parte.
Venezuela provee a La Habana de unos 53,000 barrilles diarios de crudo tras
la firma de un acuerdo en octubre de 2000, en el cual Caracas se comprometió
a venderle petróleo a la isla a precios preferenciales y con financiación
especial.
La diplomacia del radio causa interferencias entre Cuba y EU
The Washington Post. Pinar Del Rio, Cuba
Víctor Rolando Arroyo tiene un radio de onda corta nuevo. Es
poderoso y le permite seleccionar programas de cualquier parte del mundo,
incluso de su emisora favorita: Radio Martí, la estación
anticastrista fundada por el gobierno de Estados Unidos.
Lo mejor de todo es que le salió gratis. Vicki Huddleston, la
principal diplomática norteamericana en Cuba, entregó 39 radios a
Arroyo y otros disidentes cuando visitó en febrero Pinar del Río.
''Durante 43 años, solamente hemos conocido un lado de la historia'',
dijo Arroyo, de 50 años, periodista independiente que ha pasado 2 años
y medio en la cárcel por actividades antigubernamentales. "Estos
radios nos dan la oportunidad de escuchar a las dos partes, de manera que la
gente puede decidir por sí misma cuál es la verdad''.
El gobierno cubano está disgustado con este programa, que ha colocado
más de 1,000 radios en manos de cubanos de un extremo a otro de la isla.
''Esta es una franca intervención en nuestros asuntos internos'',
dijo un funcionario del gobierno cubano. "Lo hicieron en Europa del Este, y
piensan que tienen el derecho a hacerlo en Cuba. No vamos a tolerarlo. Es una
prueba más de la arrogancia del gobierno de Estados Unidos''.
La diplomacia del radio está provocando una conmoción en las
relaciones entre Washington y La Habana, que han estado particularmente
escabrosas últimamente. Tras un período de relativa calma después
del 11 de septiembre, las relaciones se han deteriorado desde enero, cuando el
exiliado cubano Otto Reich aceptó el cargo de dirigir la política
latinoamericana.
Muy pronto se concluirá una revisión general de la política
con Cuba, dirigida por Reich, y algunas personas que han sido consultadas al
respecto esperan que se recomiende un apoyo más acentuado a los enemigos
de Castro dentro de Cuba. Bush dijo en enero que estaba "determinado a
estimular y profundizar el vínculo con el pueblo cubano, especialmente
con aquellos bravos activistas independientes que luchan por la democracia y los
derechos humanos''.
Bush citó ''innovadores'' pasos que ya están en marcha. Eso
significa, en parte, los radios, que están incluidos en un esfuerzo de
''diplomacia pública'' en Cuba y que los funcionarios dicen se ha
acentuado desde el verano pasado.
En sus embajadas en todo el mundo, los diplomáticos estadounidenses
distribuyen literatura, cintas de video y audio, y en ocasiones antenas de satélite,
a fin de ayudar a incrementar el contacto con Estados Unidos. En las oficinas de
la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, los cubanos
tienen acceso a revistas y periódicos estadounidenses, e incluso a un par
de computadoras con acceso a internet. Los diplomáticos de Estados Unidos
entregan regularmente esos materiales en todo el país, y también a
la pequeña biblioteca independiente que Arroyo dirige aquí.
Huddleston dijo que los radios eran simplemente una extensión de ese
programa.
Visita resaltará los derechos humanos
Anita Snow / Associated Press. La Habana
En estos días, cuando se vaticina que la próxima visita del ex
presidente de Estados Unidos Jimmy Carter a Cuba atraerá la atención
sobre la situación de derechos humanos en la isla, los cubanos comparten
este chiste:
Un norteamericano se muestra confuso sobre la libertad de expresión
en esta isla comunista.
''No entiendo'', le dice el estadounidense a su nuevo amigo cubano. 'En mi
país, me puedo parar frente a la Casa Blanca y gritar 'abajo Bush', sin
que nadie me arreste''.
''No entiendo tu confusión'', responde el hombre cubano. 'Aquí
es exactamente lo mismo. Yo me puedo parar frente a la Plaza de la Revolución
y gritar 'abajo Bush', y tampoco me pasa nada''.
El chiste revela cuán distinto se interpreta las palabras ''derechos
humanos'' y ''democracia'' entre los estadounidenses que estudian las ideas de
Thomas Jefferson y los cubanos que creen en la "dictadura del
proletariado''.
Derechos humanos y democracia claramente significan cosas distintas para
Carter, quien llega aquí el domingo para una visita de cinco días,
y para su anfitrión, Fidel Castro.
Carter ha hecho una carrera postpresidencial trabajando como observador en
procesos electorales en distintos países. Castro lleva en el poder 43 años
de forma ininterrumpida, siendo reelegido en comicios sin contendientes y con un
solo partido.
Asistentes de Carter han indicado que el ex mandatario se reunirá en
Cuba con los mismos activistas a los que Castro llama ''contrarrevolucionarios''
y ''asalariados'' de Estados Unidos.
Algunos, incluyendo Wayne Smith --quien fuera jefe de la misión
estadounidense en La Habana durante el gobierno de Carter-- esperan que la
visita del ex presidente desemboque en la liberación de algunos de los
240 prisioneros políticos que hay en la isla.
Negociaciones de Carter durante su gobierno, entre 1977 y 1981, condujeron a
la excarcelación de unos 3,000 prisioneros cubanos. Algunos vieron un
gesto de buena voluntad en la liberación el pasado 5 de mayo del
reconocido disidente Vladimiro Roca, a quien le quedaban apenas dos meses para
cumplir su condena de cinco años.
''Como un dirigente que hizo de los derechos humanos una pieza fundamental
de su gobierno, el presidente Carter busca discutir ese tema con el gobernante
Fidel Castro y con otros funcionarios del gobierno cubano, la Iglesia, y las
comunidades de derechos humanos'', dijo Jennifer McCoy, directora del programa
Américas del Centro Carter.
''Dejar que Carter venga a Cuba para hablar con funcionarios, hablar con
disidentes, será muy bien visto en Estados Unidos'', dijo Smith durante
una reciente visita a la isla. ''Y si Castro libera a algunos prisioneros --y
creo que lo hará-- será parte del show'', agregó.
Que el ex presidente de EU se reúna con los críticos de Castro
en la isla revela cuánto ha cambiado Cuba desde que culminó el
gobierno de Carter hace más de dos décadas.
Si bien Cuba sigue siendo una sociedad muy controlada, se tolera cierta
oposición. Mientras no había ningún grupo disidente públicamente
conocido hace una década, hoy existen varios destacados con los que
Castro podría reunirse: desde el recién liberado Vladimiro Roca,
hasta el reconocido activista Elizardo Sánchez y Osvaldo Payá,
promotor de un referéndum para solicitar reformas en la isla.
Muere José Corrales, dramaturgo y poeta
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
El poeta y dramaturgo cubano José Corrales, prominente figura del
teatro hispano en Estados Unidos, falleció el martes a los 64 años
en Nueva York víctima de un cáncer.
Nacido en el poblado habanero de Guanabacoa en 1937, Corrales realizó
estudios en la Academia de Arte Dramático de La Habana a mediados de los
años 50, y poco después inició su carrera como actor en la
sala Prometeo. Tras la llegada de Fidel Castro al poder, laboró vinculado
al teatro infantil, pero desencantado del proceso revolucionario marchó
al exilio en 1965.
Fue en el exilio donde germinó su producción literaria,
integrada por varios poemarios y unas 25 obras dramáticas, entre las que
sobresalen Las hetairas habaneras (escrita en colaboración con Manuel
Pereira), Un vals de Chopin, Juana Machete o la muerte en bicicleta, Los tres
Marios y Cuestión de santidad.
En Nueva York se vinculó intensamente a la creación teatral en
instituciones como Dumé Hispanic Theater, Latin American Theater
Ensemble, INTAR y el Mercy College. Colaboró con el Centro Cultural
Cubano en esa ciudad.
Publicó, además, los poemarios Razones y amarguras: poemas del
que llega a los 40 (1978), Los trabajos de Helión (1980), Cajón de
parafernales (1991) y Las hambres terrestres (1995).
''Era un poeta muy interesante, transgresor e irónico, pero
lamentablemente sus libros no han recibido el reconocimiento que merecen'', dijo
el crítico e investigador Carlos Espinosa.
Para el escritor y profesor Matías Montes Huidobro, "Corrales es
el creador de un lenguaje peculiar en la dramaturgia del exilio''.
''La refinada ambigüedad de Corrales, sus textos inconclusos y sus
situaciones indefinidas, producen un efecto único y desconcertante'',
agregó Montes Huidobro.
Corrales recibió en el 2001 el premio Palma Espinada, que otorga
anualmente el Instituto Cubano Americano de Cultura de Los Angeles a los
creadores más notables del exilio.
Las exequias se realizarán a las 9 a.m. del próximo sábado
en Manhattan. |