Los derechos
jorobados
Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro
LA HABANA, mayo (www.cubanet.org) - Ciertos rábulas comunistas
intentan, desde hace largo tiempo, legitimar, con ardides leguleyos, pasiones
políticas y disquisiciones irreales, la actividad de espionaje de cinco
cubanos que, en territorio estadounidense, obtenían, clasificaban y
enviaban a Cuba informaciones de valor estratégico para el régimen
de Castro.
Es abrumadora la cifra de horas televisivas que usan para influir sobre el
pensamiento de la ciudadanía y hacerle creer la pretendida inocencia de
sus espías. Son incontables las columnas que en la prensa escrita abordan
el tema desde la óptica parcializada del propio gobierno. Pareciera que
los periodistas -empleados del régimen- han permutado su oficio por el de
abogados defensores.
Sin embargo, Leonardo Miguel Bruzón Avila, arrestado desde hace más
de dos meses y recluido, junto a reos de toda laya, en la cárcel de
Quivicán, no ha sido motivo ni del más mínimo comentario de
la prensa oficial ni de la retahíla de letrados que pulula, tratando de
anotarse méritos con la jerarquía gobernante, alrededor de los
cinco espías cubanos que cumplen condena en cárceles
estadounidenses, después de ser enjuiciados por una corte que los
declarara culpables. Pareciera que en Cuba sólo tienen derechos los
comunistas.
Leonardo Miguel Bruzón Avila es presidente del movimiento opositor 24
de Febrero. Su crimen ha sido aspirar a una Cuba distinta. Una Cuba donde los
derechos se respeten. Y ni un solo periodista oficial, o abogado asalariado ha
levantado su voz para reclamar los derechos de este hombre que fue
arbitrariamente detenido y permanece encarcelado sin que se le haya celebrado
juicio alguno.
El abogado defensor -es un decir, en Cuba los abogados no pueden defenderse
ni ellos mismos cuando la maquinaria gubernamental es quien acusa- no ha podido,
a estas alturas, siquiera tener acceso al expediente del acusado.
Los compañeros de ideales de Bruzón no pueden acceder a la
prensa nacional para denunciar las injusticias y crueldades que se cometen
contra el dirigente opositor, y la familia no puede apelar a ninguna institución
de justicia que vele por los derechos del detenido.
Salir en una marcha pacífica, portando carteles donde se abogue por
los derechos de Leonardo Miguel Bruzón Avila, cosa que sería muy
normal en cualquier parte del mundo, es un sueño imposible en Cuba. Si
Nelson Mandela o Angela Davis hubieran sido encarcelados en las prisiones
castristas todavía el mundo no lo supiera. El gobierno cubano, muy democrático
él, sólo admite manifestaciones que apoyen sus mandatos y
supuestos derechos.
La propaganda política cubana se ha cansado, por estos días,
de negar que en Cuba se violen los derechos humanos. ¿No está
recogido en la Carta Universal un artículo en el que se consigna que ningún
gobierno puede detener arbitrariamente a un ciudadano? ¿De qué se
acusa a Leonardo Miguel? ¿Por qué se le mantiene encarcelado sin habérsele
celebrado juicio? ¿Por qué su abogado defensor no ha podido ver el
expediente? ¿Por qué la opinión pública nacional e
internacional no tiene conocimientos de los sucedido?
La respuesta es muy sencilla. Leonardo Miguel Bruzón Avila no es
comunista. Leonardo Miguel Bruzón Avila ni aplaude ni se calla. Leonardo
Miguel Bruzón Avila es un mal ejemplo y para que no se repita lo mejor es
que no se conozca. En Cuba sólo hay espacio para los comunistas. Esos son
los derechos.
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