Publicado el 21 de marzo de 2002 en
El Nuevo Herald.
Derrumban casas en un barrio pobre
Associated Press. La Habana
Vecinos de un barrio pobre de La Habana denunciaron ayer la demolición
de una docena de sus precarias casas, al tiempo que reclamaron a las autoridades
soluciones habitacionales.
Cerca de una docena de precarias viviendas de madera y latón,
levantadas en medio de una polvorienta colina, fueron demolidas por maquinarias
pesadas la madrugada del miércoles en el barrio ''Las Piedras'', al sur
capitalino, indicaron vecinos de la zona a periodistas.
En Cuba ''el problema de la vivienda es que no hay [lugares] donde vivir'',
dijo el vecino Elio Miro, refiriéndose a que el equipo policial y de
autoridades de la vivienda, que realizó la demolición, argumentó
que derrumbaban las casas porque eran insalubres e ilegales.
''No admito que vengan a tumbarme mi casa'', agregó Miro, un obrero
de 38 años que desde 1998 vive junto a su esposa y dos hijos en Las
Piedras, donde con desechos de madera levantó una pequeña
vivienda, de las conocidas en Cuba como chabolas.
Miro habló frente a los restos en el piso de lo que fue su casa. El
equipo de demolición les sacó del lugar mientras mujeres policías
ayudaron a recoger pertenencias --como ropa, colchones y equipos de sonido-- del
interior de las viviendas antes de derrumbarlas, dijeron los vecinos.
Escapa a Miami hijo del célebre fotógrafo Korda
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
El hijo del célebre fotógrafo Alberto Korda (1928-2001) declaró
ayer en Miami que el gobierno cubano ha fabricado un caso contra su familia como
represalia por haber impugnado legalmente el presunto testamento de su padre.
''Crecí oyendo los discursos de Fidel Castro y pensé que se
podían ejercer los derechos legales en un país que se vanagloria
campeón de la justicia, pero todo es una gran mentira'', dijo Dante Díaz
a El Nuevo Herald. "Mi padre murió hace seis meses, y desde entonces
mi familia vive una terrible pesadilla''.
Díaz, de 27 años, manifestó que se vio obligado a salir
de Cuba luego que varios contactos le filtraron información sobre una
inminente acusación legal contra él bajo cargos de atentado a un
funcionario.
''Nunca tuve intenciones de irme, pero no quería ser víctima
de una encerrona'', agregó Díaz, que trabajaba en La Habana como
fotógrafo independiente. "El gobierno ha hecho un montaje para
justificar el desalojo de mi familia''.
Según su testimonio, Díaz tenía un permiso de salida de
la Dirección General de Inmigración (DGI) antes de producirse un
intento de desalojo con intervención de fuerzas policiales, el pasado 13
de febrero. Las autoridades del Instituto de la Vivienda habían ordenado
días antes que él, su esposa y tres hijos menores abandonaran el
apartamento ubicado en la azotea de un edificio en Miramar, por considerarlos
ocupantes ilegales del inmueble.
La familia se atrincheró en la vivienda e impidió que agentes
policiales allanaran el lugar, argumentando que la edificación del
apartamento fue realizada en 1997 con aprobación de las autoridades y según
las leyes vigentes, como consta en documentos.
Díaz manifestó que tras ese incidente, la Dirección
Municipal de la Vivienda en el municipio habanero de Playa levantó
acusaciones contra él, vinculándolo a un presunto atentado contra
el funcionario Heriberto Escobar, quien dijo haber sido afectado por un
artefacto con gas que le lanzaron para alejarlo del inmueble.
''El expediente estaba hecho, y todo estaba preparado para irme a buscar a
la casa'', narró Díaz desde la galería Korda Collection,
propiedad de su hermana Alejandra Díaz, en el Distrito de Diseño
de Miami. "Salí hacia el aeropuerto [de La Habana] disfrazado y de
madrugada, pensando que podía ser arrestado''.
Díaz tiene doble ciudadanía argentina e italiana por vía
de su madre, la actriz Mónica Gufantti, quien reside en La Habana. Su
esposa, Aidely García, de 28 años, está naturalizada
argentina, mientras que los tres hijos de ambos tienen también la doble
ciudadanía argentina e italiana.
Ni García ni los niños han recibido aún el permiso de
salida de la DGI, pero han iniciado ya gestiones en el consulado argentino en La
Habana en busca de protección.
Díaz ha enviado, además, una carta a la Organización de
Naciones Unidas para la Infancia y la Juventud (UNICEF) alertando sobre la
situación que atraviesan sus hijos.
''Lo que está en el trasfondo de este hostigamiento es el proceso que
inicié en los tribunales el pasado año para impugnar el testamento
de mi padre'', aseveró el joven.
Alberto Díaz (Korda), autor de una imagen fotográfica del Che
Guevara que dio la vuelta al mundo, falleció en París en mayo del
pasado año durante un viaje de trabajo. Cinco días después
del entierro en La Habana, su hija mayor, Diana Díaz, de 50 años,
hizo público un documento que la hacía "heredera única''.
Díaz abrió inmediatamente un proceso civil para cuestionar un
documento que consideraba sospechoso, atendiendo a las relaciones que Korda
mantuvo siempre con sus cinco hijos. Entre los testigos de la impugnación
figuraba el conocido fotógrafo Raúl Corrales, viejo amigo de
Korda.
''El caso está prácticamente cerrado sin haberme dejado
siquiera presentar mis documentos y mis testigos'', explicó. "El
gobierno ha mediado para diluir esta reclamación, porque el Estado cubano
se considera propietario de todo el patrimonio de mi padre''.
Sarita Montiel viaja a Cuba para conocer a la familia de su novio
Rui Ferreira. El Nuevo Herald
LA CANTANTE española Sarita Montiel y su novio cubano Antonio Hernández
posan el miércoles junto a un affiche de la actriz en la escuela de cine
de San Antonio de los Baños, donde trabaja Hernández.
La actriz y cantante española Sara Montiel se encuentra en Cuba para
conocer a la familia de su prometido, porque tiene intenciones de casarse con
Tony Hernández, un joven de San Antonio de los Baños.
Según la prensa del corazón ibérica, Hernández
es un ''realizador'' cinematográfico, pero en realidad es un empleado de
la Escuela de Cine y Televisión de La Habana, según fuentes en la
isla.
La visita de la intérprete de La violetera y Fumando espero al pueblo
de San Antonio de los Baños, causó una algarabía, al punto
que la Saritísima se encaramó sobre una silla, frente a la casa de
la madre de su prometido, y dijo a unas 1,000 personas congregadas para
recibirla que a lo mejor Tony y ella cometen ''el disparate maravilloso'' de
casarse.
Ayer, recorrieron La Habana Vieja y se detuvieron en la catedral, donde, según
una reportera española, piensan consumar "el disparate''.
El romance de invierno y verano --ella tiene 74 años y él 38--
ha recibido el beneplácito oficial, pues el Hotel Nacional de La Habana
la ha declarado "huésped honoraria''.
También, en la Escuela de Cine, le entregaron la medalla por el 15
aniversario de ese centro.
''Tenía muchos deseos de venir a conocer la escuela'', dijo la diva,
quien recordó con nostalgia la etapa ''preciosa'' en la que hizo tres películas
con todos los exteriores en Cuba: Frente al pecado de ayer, Yo no creo en los
hombres y Piel canela.
La Montiel se instaló el martes en casa de Hernández tras
pasar unas horas en la de su futura suegra, Estrella, a quien conocía
porque la actriz la invitó a visitar España el año pasado.
En San Antonio de los Baños, que está a una hora de viaje de
La Habana, la diva española dijo a los que acudieron a recibirla:
''Toni ya me había hablado de su pueblo y lo maravillosos que son.
Nosotros hablamos todas las noches.... La telefónica española y la
cubana ganan buen dinero con nuestra conversaciones'', enfatizó.
En medio de una infernal gritería de jóvenes y adultos que le
pedían que cantara algunos de sus antiguos éxitos, la diva continuó:
"El motivo de mi visita aquí es ver a mi familia, que es la familia
de mi compañero momentáneamente, y digo momentáneamente
porque podemos cometer el disparate más maravilloso que puede uno cometer
cuando se casa''.
Finalmente, complació a quienes le pedían canciones. Se bajó
de la silla, entonó la criollísima La Chambelona y puso a todos a
bailar al ritmo de la conga.
Montiel, que visitó por primera vez la isla en 1952 y luego en 1958,
recordó que fue el escritor norteamericano Ernest Hemingway --que
entonces residía cerca de La Habana-- quien la enseñó a
fumar. Por eso, ''no me quiero ir sin probar un buen Cohíba'', dijo. |