Prisiones
en Cuba
Tratan con
crueldad a los reclusos que piden auxilio médico en Canaleta
CIEGO DE AVILA, 26 de junio (Mirley Delgado Bombino, APLA / www.cubanet.org)
- Los reclusos de la prisión provincial de Ciego de Avila, Canaleta, que
solicitan atención médica, son tratados con crueldad por sus
carceleros.
Intimidaciones, amenazas y golpizas son los procedimientos más usados
contra los prisioneros que piden auxilio médico, precisa una denuncia
cuyo autor no será identificado para proteger su integridad física.
El informe señala el caso de Yosvany Bencomo Valdés, de 23 años,
quien padece de trastornos mentales, y requiere tratamiento siquiátrico,
pero le niegan asistencia médica.
El segundo jefe de orden interior de Canaleta, conocido por Gamboa y cuatro
funcionarios no identificados la emprendieron a golpes contra Bencomo, porque éste
exigía que lo llevaran al médico.
"Le dieron golpes de tonfa (bastón de goma en forma de "L"
usado por los expertos en artes marciales), puñetazos y también lo
maltrataron de palabra" -se lee en la denuncia.
Bencomo pedía que lo llevaran ante un doctor en Medicina porque no
puede conciliar el sueño y padece fuertes dolores de cabeza.
Por su parte, los funcionarios manifestaron que el recluso no está
enfermo.
Esta facultad que tienen los funcionarios penales cubanos para determinar cuál
recluso está enfermo y cuál no, sin estar capacitados para ello,
ha dado lugar a numerosas muertes que podían haber sido evitadas con
tratamiento médico en tiempo y forma.
Uno de estos trágicos desenlaces ocurrió este año en
Canaleta. "El recluso Gustavo de Armas Hernández falleció en
el destacamento 11 después de solicitar (infructuosamente) atención
médica, por dolores en el abdomen" -señala el escrito.
En esa ocasión los funcionarios de Canaleta también
argumentaron que Gustavo de Armas fingía la dolencia.
Pasada la una de la madrugada, después de dar gritos y golpear la
puerta del cubículo 39 del destacamento 8 de Canaleta, el recluso Jorge
Luis Alfonso Monsón logró que lo llevaran a la enfermería y
le tomaran la tensión arterial.
Desde las cuatro de la tarde del día anterior (15 de junio) Alfonso
Monsón había pedido que lo llevaran ante un especialista porque se
sentía muy mal.
Cuando lo llevaban hacia la enfermería le expresaron que lo iban a
golpear ocho funcionarios si se comprobaba que no tenía la tensión
arterial alta.
Afortunadamente, la prueba resultó anormal y no le propinaron la
golpiza anunciada, pero el reducador Pablo Echemendía calificó de
indisciplina la manera en que Alfonso Monsón pidió auxilio en la
madrugada, por lo que le suspendieron la visita familiar, que le toca cada dos
meses.
"Los prisioneros enfermos no piden asistencia médica por temor a
ser maltratados físicamente" -concluye la denuncia proveniente de
Canaleta.
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