Las ruinas
del Séptimo Arte
Claudia Vázquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - Uno de los principales y más
baratos medios de recreación está en crisis en Cuba. Se trata del
cine. En más de una ocasión he escuchado a los cubanos de mayor
edad comentar cómo disfrutaban a precios muy bajos de una larga y bien
equilibrada programación dominical en los cines del país.
El panorama actual es diferente. Los precios de los cines en Ciudad de La
Habana, salvo excepciones, es de dos pesos, y sólo se exhibe en ellos una
película durante varias semanas. La programación varía muy
poco. Por otra parte, además de la exigua oferta, las opciones son
escasas debido a la significativa reducción del número de salas de
cine en las últimas cuatro décadas.
Según estudios realizados por el Instituto Cubano de Economistas
Independientes, en el año 1959 la capital cubana contaba con 152 cines,
distribuidos por todos los municipios. No había un barrio habanero que no
contase con una sala de cine. Hoy, con una población que ha duplicado su
número, en Ciudad de La Habana sólo existen 55 . A esta situación
hay que añadir el grado de deterioro y la poca higiene reinantes, así
como la falta de ventilación en los cines, pues los equipos de aire
acondicionado siempre están rotos en una ciudad donde la temperatura,
durante buena parte del año, sobrepasa los treinta grados y la humedad
relativa alcanza el 90 por ciento. Es común ver a la gente abanicándose
con cartones mientras transcurre la película para engañar a las
altas temperaturas.
El cierre de salas de cine en los municipios más poblados de la
capital es considerable: Centro Habana, de 22 en 1959, hoy cuenta con 6; 10 de
Octubre, de 23, quedan 7; y Cerro, que contaba con 8 cines, ahora sólo
tiene uno que funcione en la actualidad, el México.
No resulta difícil observar un edificio en ruinas en el sitio donde
se levantaba una sala de cine. O un placer, o una ciudadela donde viven
hacinadas varias familias quienes, arbitrariamente y sin condiciones mínimas,
se han distribuido los espacios que antes ocupaba un cine.
En la capital cubana, donde radica (según el gobierno) el pueblo más
culto del mundo, los sitios de exhibición del Séptimo Arte, son
otra muestra del paso destructor de 43 años de socialismo.
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