Usufructo
gratuito
Ramón Díaz-Marzo
HABANA VIEJA, junio (www.cubanet.org) - Constantemente el discurso oficial
del gobierno totalitario cubano nos habla de que en Cuba no se paga el alquiler
de la vivienda desde los primeros años de la década de los anos 60
del siglo pasado, y que entre sus muchos logros de justicia social ése es
uno de los principales.
En efecto. Hay un grupo de edificios que al triunfo de la revolución
del 59 ya tenían más de 60 años de construidos. Estaban
listos para pasarse al bando de la tercera edad.
Muchos de estos viejos edificios eran hoteles de tercera categoría y
casas de huéspedes en la populosa zona de la Habana Vieja.
Probablemente el joven gobierno sacó su cuenta y comprendió
que dejar vivir en aquellos cuartos y habitaciones a una considerable cantidad
de personas era una propaganda política a su favor entre las masas menos
favorecidas de la sociedad. Mientras que en los repartos recién
construidos por el capitalismo sí se mantuvo el pago del alquiler.
En aquellos primeros años muchos ciudadanos no podían recordar
ni comprender el viejo refrán que reza: "Lo barato cuesta caro".
Y se complacieron en vivir en aquellas habitaciones donde no había que
pagar alquiler y nunca existiría el peligro del desalojo.
Eran los primeros tiempos y todos nos sentíamos felices ante un
gobierno que parecía hecho para el pleno disfrute del pueblo.
Los años pasaron y muchas ciudadanos cambiaron su enfoque sobre el "usufructo
gratuito". Pero fue necesario que vieran cómo aquellos edificios,
por falta de mantenimiento, se derrumbaban uno a uno ante la mirada impasible
del gobierno.
Recientemente quise desentrañar el significado de la palabra "usufructo"
y he aquí lo que encontré en el diccionario Larousse: "USUFRUCTO:
Derecho de usar de los productos o rentas de una cosa que pertenece a otro".
De manera que aquellos cuartos y habitaciones podíamos utilizarlos
como si fueran nuestro, pero no nos pertenecían. ¿A quién,
entonces, pertenecían? Al Estado. ¿Y qué cosa es el Estado?
Una cosa abstracta, un dueño que nunca vendrá a cobrarte el
alquiler de la vivienda porque en su lógica te cobra ese alquiler con
algo que tiene más valor que el dinero: la libertad política.
Yo llevo 28 años viviendo en un mismo edificio. Conozco a todos sus
vecinos, y sin preguntarles ellos mismos me han dicho que se sienten
desesperados por comenzar una nueva vida en otra parte. Entre los vecinos que se
quieren marchar del edificio los hay que simpatizan con la revolución. Y
la ubicación urbanística de este edificio no puede ser mejor, tan
cerca del Parque Central. Entonces, ¿por qué quieren marcharse de un
lugar donde no pagan alquiler y ocupan una envidiable posición urbanística?
Tal vez nos encontramos ante una respuesta complicada y profunda, pero les puedo
adelantar una opinión que me resultó interesante:
"Este gobierno me ha tratado siempre como un niño. Es un
gobierno que no me mira como adulto que soy. Y yo no quiero que me regalen nada.
Yo quiero pagar con mi dinero lo que como y donde duermo y vivo. Este control
estatal las 24 horas durante 43 años encima de uno es agotador".
Ramón Díaz-Marzo es el autor de la novela "Cartas a
Leandro", publicada por CubaNet.
|
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|