Talón
de Aquiles
Ramón Díaz-Marzo
HABANA VIEJA, junio (www.cubanet.org) - La multitudinaria marcha efectuada
el pasado 12 de junio en todo el país tiene una causa y dos objetivos. La
causa es el "Proyecto Varela", y los propósitos son: a)
demostrar, más interna que externamente, la capacidad de control del
gobierno sobre la población; b) que el gobierno recupera una porción
de ese poder a través del viejo método de sacudir a las
multitudes.
El "Proyecto Varela" es una "guerra" pacífica y
podría compararse (salvando todas las distancias de circunstancias históricas
y geográficas) con lo que Mahatma Gandhi hizo en la India para liberar a
su pueblo del colonialismo inglés. También podría
compararse con lo que años después, comprendiendo el poder de la
lucha pacifista, el Rev. Martin Luther King puso a funcionar dentro de los límites
de la Ley en los Estados Unidos: la restauración de las libertades
civiles.
Contra el "Proyecto Varela" no se puede justificar el uso de la
fuerza. Pues una porción visible de quienes disienten del "sistema
totalitario de gobernar a la nación", necesitan hacer uso de los
derechos que otorga la propia Constitución Socialista, que le confiere al
ciudadano cubano el derecho a proponer ideas y modificaciones ante el aparato de
gobierno de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con el único y
sagrado objetivo de salvar a la nación de un desastre futuro.
El llamado general el lunes 10 de junio de una "Iniciativa de
Modificación Constitucional" por parte de toda la Asamblea Nacional
del Poder Popular demuestra el temor del gobierno al "Proyecto Varela",
que está amparado por la propia Constitución. En buena lid no hay
modo de luchar contra el "Proyecto Varela" sin que sobrevenga sobre la
isla un desgobierno o estado de sitio. En tal caso, el gobierno cubano le estaría
diciendo al mundo que en Cuba no existe un estado de derecho, que las
instituciones gubernamentales de la nación sólo son pantallas
decorativas.
El alto mando del gobierno debe estar muy preocupado con el "Proyecto
Varela", de cuyos gestores no puede decir que son mercenarios al servicio
de una potencia extranjera sin incurrir en una flagrante mentira; antes al
contrario, se trata de ciudadanos que, acatando las propias leyes de su país,
exigen el legítimo derecho a participar en la toma de decisiones del
gobierno.
Estas marchas multitudinarias son una muestra de los mecanismos de fuerza
que aún el gobierno posee para mostrar al mundo una realidad virtual: el
pueblo está con nosotros.
Yo conozco a varias personas que participaron en esa multitudinaria marcha,
y sus opiniones diversas demuestran que participaron presionados por viejos
compromisos que obran como un organizado y científico chantaje, que
demuestra que un gran por ciento de estas personas no estuvieron actuando por la
libre espontaneidad de su libertad personal.
Estas marchas le permiten al gobierno recuperar, aunque sea un poco, el
poder de convencimiento en la población. Son métodos imperiales
que obran en la sicología social del individuo actuando como un anestésico
que desplaza por un tiempo sus pensamientos individuales. En este sentido hay
que desglosar que el hombre tiene dos personalidades políticas: a) la que
le es impuesta por las circunstancias generales, y b) la que se desprende de su
particular capacidad de discernir la realidad que le rodea desde el silencio
seguro de su soliloquio.
Según el gobierno totalitarista de Cuba, la Modificación
Constitucional que declara al Estado Socialista de Cuba INTOCABLE, ha sido una
propuesta de todas las organizaciones políticas del país. Y la
palabra clave se encuentra en el cuarto párrafo de esta maniobra jurídica
que ha convocado por estos días al pueblo a refrendar con su firma la "Iniciativa
de modificación constitucional" y dice en su parte final: "Que
los aspectos anteriormente interesados, una vez aprobados mediante el
procedimiento legal pertinente, sean expresamente incluidos en la Constitución
de la República como parte integrante de su cuerpo normativo y con
expresión de que derogan (ésta es la palabra clave) cuanta
disposición anterior se le oponga o contradiga".
El "Proyecto Varela" ha sido y es, por primera vez, el
descubrimiento del "talón de Aquiles" de la actual "Constitución"
cubana, según la cual si 10 mil ciudadanos con su firma refrendan un
proyecto o una proposición ante la Asamblea Nacional del Poder Popular,
aunque no se apruebe, al menos tiene que ser escuchada oficialmente por los
diputados. Y el hecho de que un proyecto propuesto por personas particulares que
no tienen relación con el estado totalitario sea escuchado en el recinto
donde se hacen las leyes, le otorgaría al mismo visos de legitimidad. Por
supuesto, primero tendríamos que tener un diputado que pudiera expresar
el "Proyecto Varela" ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Ninguna casa puede ser construida sin una puerta por donde se pueda entrar y
salir. Podrán existir casas anacrónicas (exceptuando la de zonas
polares) que no tengan ventanas; pero sin puerta, ninguna casa es casa. Este símil
nos ilustra que todas las Constituciones que sean Constituciones, tienen que
tener una puerta de entrada y salida. Lo contrario sería un cajón
oscuro y silencioso donde ni siquiera hay oxígeno para respirar. Así,
podrá existir una Constitución sin ventanas para defenderse del frío
exterior, pero jamas sin puerta. Porque una Constitución es como una casa
que tiene que estar preparada para cobijar en su seno a todos los sectores de la
sociedad, y estar lista para enfrentar los nuevos retos que siempre trae el
futuro.
El proyecto que supuestamente ha sido propuesto para modificar la Constitución
Socialista de Cuba no es otra cosa que cerrar la puerta por donde tenían
derecho legal a entrar las 10 mil firmas. Y esto es una mala noticia para la
futura transición pacífica en la Isla de Cuba hacia formas
superiores de una democracia socialista, y crea todas las condiciones para
fabricar una olla de presión sin válvula de escape que podría
estallar cuando muchas de las personas que ahora podrían hacer algo por
Cuba ya no se encuentren entre nosotros. Esto me recuerda la famosa frase del
Rey Sol: "Después de Mí, el Diluvio".
Ramón Díaz-Marzo es el autor de la novela "Cartas a
Leandro", publicada por CubaNet.
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