Marchas,
firmas y socialismo
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - El Malecón de La Habana permitió
que por él desfilaran más de un millón 200 mil cubanos en
apoyo al régimen y a su líder Fidel Castro.
Convocadas por el presidente cubano, las marchas en apoyo a la iniciativa de
modificaciones constitucionales lograron que millones de personas se volcaran a
las calles en cuanta ciudad, pueblo, comunidad de vecinos existe en la isla.
Según autoridades cubanas, estas marchas multitudinarias sirven de
referéndum que otorga el consenso a las modificaciones que la Asamblea
Nacional del Poder Popular realizará a la Constitución. La
principal modificación será la enmienda que asegure la
imposibilidad de cambio del sistema político del socialismo.
¿Cómo es posible que en un país con tantas dificultades
económicas y un régimen acusado de violar los derechos humanos,
una gran mayoría de la población desfile en apoyo a un sistema
desgastado?, se preguntarán los lectores.
Primero, una serie de factores como mecanismos de compulsión social,
estereotipos negativos en la conciencia social como el recuerdo de la Enmienda
Platt, la desinformación y la falta de proyectos reales de cambio que
ofrezcan una garantía de mejoramiento contribuyen a ello.
Segundo, también existen factores nada desdeñables que buena
parte de los opositores internos y externos al gobierno de Fidel Castro no han
tenido en cuenta.
La población cubana actual no está constituida
estructuralmente como lo era en 1959, 1970, 1980. La mayoría de la
población tiene entre 30 y 44 años, el 75.2 de los habitantes
residen en comunidades urbanas.
Sólo dos datos que debieran servir para darnos cuenta que la mayoría
de la población actual no conoció la Cuba precomunista y las
referencias que posee de otro sistema son vagas, caracterizadas míticamente
y parcializadas o inexactas. El otro dato nos remite al origen rural de la mayoría
de la población urbana actual. Traslado que implicó una mejora
social a los ojos de los residentes rurales de antaño.
Unido a lo expuesto, todo obra de acuerdo para que ocho millones 13 mil 966
cubanos hayan avalado en 48 horas con sus nombres, números de identidad y
firmas su apoyo al socialismo y a la denominada iniciativa de apoyo a las
modificaciones constitucionales. Posición que ciertos sectores del exilio
miamense, cuya óptica de la situación nacional, anclada aún
en los años 60, no comprende y le impide encontrar vías válidas
para promover un cambio en la vida de la isla.
Sin embargo, aunque el régimen cubano cuente con un apoyo
multitudinario a pesar de 43 años y el agotamiento del sistema se
desdibuje tras las imágenes de las marchas combatientes, el sentido de
exclusión prevalece, pues en los medios nacionales se apresuran a
calificar de "cubanos dignos" a quienes con su firma se pronunciaron
por el socialismo cubano y tropical, mientras excluyen de "dignidad" a
quienes el socialismo no convence, no interesa o sencillamente piensan que un
sistema político no debe ser el eje de la Carta Magna de una nación,
ya que éste es un punto de partida para más exclusiones.
Las firmas en apoyo a la iniciativa de modificación constitucional
son en realidad un arma contra el Proyecto Varela. Un proyecto que tuvo
excepcional difusión nacional gracias a la intervención del ex
presidente James Carter en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, mas a
pesar del apoyo de sectores del exilio y el respaldo de gobiernos extranjeros no
cuenta con el conocimiento de la mayoría de los cubanos, ni del apoyo unánime
de sectores de la oposición interna que defienden proyectos propios.
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