Entrevista
Entrevista a Rafael Ernesto Avila Pérez, presidente del
Partido Popular Joven Guardia, nominado a premio internacional
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - El joven cubano Rafael Ernesto Avila Pérez,
presidente del Partido Popular Joven Cuba, ha sido nominado este año al
Premio Internacional Reebok de Derechos
Humanos por la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba
(CONIC), con el coauspicio de organizaciones de la sociedad alternativa, entre
otras el Partido Pro Derechos Humanos, la Coalición Democrática
Cubana, el Movimiento de Integración Racial, el Colegio Médico de
la Región Oriental, el Club de Ex Presos y Presos Políticos, la
red del Proyecto de Bibliotecas Democráticas Independientes de Cuba, la
Unión de Jóvenes Democráticos de Cuba.
Avila Pérez, de 26 años, proviene de una familia de sólida
formación cristiana. Desde inicios de la década de los sesenta del
pasado siglo sufrieron los rigores del régimen totalitario cuando su
padre, Leonardo Avila, fue condenado a larga prisión por los llamados
Tribunales Revolucionarios, acusado de atentar contra los poderes del Estado.
RC: ¿Cuándo y cómo te vinculas al movimiento
por los derechos humanos?
RA: A fines de 1994. Era estudiante de Derecho de la Universidad de
La Habana. Fui expulsado definitivamente de esa casa de altos estudios por mi
atrevimiento de manifestar públicamente mis ideas divergentes del régimen.
También influyó en esa separación mi fe religiosa.
Pertenezco a la Iglesia Bautista, lo que fue otro punto de conflicto con la
dirigencia estudiantil comunista.
Mis inquietudes me acercaron a personas de mi comunidad consideradas
disidentes por el oficialismo. De esta forma pude conocer, en distintos
momentos, a Carlos Raúl Jiménez, Odilia Collazo, Caridad Cardoso,
Reinaldo Cosano Alén y Oswaldo Payá Sardiñas, quienes me
encauzaron en mis primeras actividades como defensor de los derechos humanos.
RC: ¿Qué motivó la creación de JOVEN
CUBA?
RA: La creciente incorporación de jóvenes a la lucha
por la democracia me hizo pensar que necesitábamos una vía que nos
permitiera expresar la opinión de la generación más joven.
Así surge, el 24 de septiembre de 1999, el Movimiento Joven Cuba, como
voz colectiva de pensamiento y acción cívica inspirados en el
humanismo cristiano y en el legado de jóvenes cubanos como Antonio
Guiteras y José Antonio Echevarría, quienes defendieron nuestra
nacionalidad y la participación ciudadana en los destinos de una Cuba
democrática.
RC: ¿Cómo deriva en partido político este
movimiento cívico?
RA: El reconocimiento de nuestro activismo por parte de
organizaciones de la sociedad civil alternativa y la necesidad de ofrecer un
mensaje de cambio que no sólo hablara de derechos humanos, sino que
planteara también aspectos claves del futuro político, económico
y social, nos hizo comprender que era indispensable un cambio de objetivos de
acuerdo a los retos que tanto Cuba como el mundo nos proponen. Hicimos un
llamado a las organizaciones con las que teníamos relaciones de trabajo más
estrechas, y luego de un proceso de discusiones y análisis salió a
la luz, el 1 de enero de 2001, el Partido Popular Joven Cuba, centrista por
cuanto saltamos por encima de conceptos políticos tradicionales de
izquierda y derecha, de acuerdo a una era post-ideológica.
RC: ¿Qué objetivos marcan el Partido Joven Cuba?
RA: Tres objetivos principales: demanda de la aplicación
irrestricta de la Declaración Universal de Derechos Humanos, construir
una sociedad basada en el humanismo cristiano y lograr para Cuba un desarrollo
humano sostenible, defendiendo y promoviendo la cultura medioambientalista. Para
mi sorpresa, ya que consideraba que había personas mejor preparadas, fui
electo presidente de la nueva institución.
RC: ¿Se pueden señalar logros en este tiempo?
RA: En las condiciones de ilegalidad en que nos mantiene el régimen,
sufriendo represión de su policía política, hemos logrado,
digamos, poco y mucho. Poco, porque nos faltan cuatro provincias donde crear
nuestras delegaciones y porque nuestras propuestas son aún desconocidas
por una gran parte de la población. Mucho, porque a pesar de todas las
dificultades hemos logrado un crecimiento constante de nuestras filas y una
mejor preparación de nuestros miembros. También tratamos de tener
vínculos de trabajo con la Federación de Partidos Verdes de las Américas
y con el Movimiento Internacional de la Democracia Cristiana.
A través del Centro de Reflexión y Diálogo Padre Félix
Varela trabajamos por desarrollar proyectos comunitarios, como AMA y Nueva República,
dirigidos a campos como la cultura y el medioambiente, consejería
familiar y la defensa de los derechos de los presos políticos. Este
trabajo lo desarrollamos mediante cursos, talleres, conferencias, debates.
RC: ¿Sabes que en el exilio existe una organización
con el nombre de Joven Cuba?
RA: Es normal que en el amplio espectro de las organizaciones que
componen la sociedad civil existan estas coincidencias, que no quitan
legitimidad a unos ni a otros. Al contrario, demuestran que todos los
interesados en contribuir a la democratización de Cuba partimos de ideas
inspiradas en una nueva Cuba, como pienso que sucede con el Movimiento
Revolucionario Joven Cuba de Miami, aunque nuestros objetivos partidista y métodos
de trabajo sean diferentes.
RC: ¿Qué piensas del tema de los derechos humanos en
Cuba?
RA: Si partimos del Artículo 30 de la Declaración
Universal, se puede afirmar que el gobierno cubano es violador de estos
derechos, aunque por todos es conocido que este gobierno es una tiranía
de corte estalinista, que usa todos los medios a su alcance, incluyendo el
terror, para tener sometido al pueblo cubano
Las más de tres décadas de desgobierno castrista y su
empecinamiento en mantener un modelo político y económico
totalmente agotado muestran que Fidel Castro y sus acólitos no van a
ceder un ápice de su poder, que es inútil pensar en reformas
dentro de un sistema totalitario, porque todo el sistema está
estructurado para servir a una cúpula gobernante. Cuba necesita cambiar
TOTALMENTE para que haya una democracia verdadera, y debemos exigir el respeto
de nuestros derechos innatos consagrados en la Carta Universal de los Derechos
Humanos.
RC: ¿Qué condiciones deberán darse para que
pueda decirse que el gobierno tiene voluntad política para resolver la
crisis?
RA: Esa voluntad política no existe. Es ilógico pensar
que un tirano que ha ejercido su poder de forma ilimitada por más de
cuatro décadas va a ceder y preparar su propio funeral. Considero que
ahora nuestro objetivo es fortalecer la sociedad civil, trabajar por la libertad
de los presos políticos y de conciencia, exigir cambios sustanciales en
la Constitución y, mejor aún, su derogación, así
como del draconiano Código Penal. Trabajar por crear conciencia en
nuestros conciudadanos sobre sus derechos y cómo ejercerlos. En cuanto a
nuestro partido, debemos aceptar las críticas de nuestros hermanos de
otras organizaciones sin sentirnos ofendidos o maltratados, que sería una
muestra de infantilismo. Debemos esforzarnos por respetar la diversidad de
criterios sobre la forma de lograr cambios en una nueva Cuba. No debemos
amarrarnos a una sola fórmula y, Dios mediante, si hay honestidad y
consenso, se logrará.
RC: ¿Qué se debe hacer por el futuro de Cuba?
RA: Fomentar una cultura de conocimiento y respeto a todos los
derechos humanos y entre nosotros mismos; trabajar por el rescate de nuestra
dignidad humana; buscar mucho en Dios, sobre todo su amor; sentirnos
comprometidos con nuestra Tierra; lograr que cada cubano, donde quiera que esté,
se sienta unido a su país. Sólo así podremos completar
nuestra nación, y sólo así se respetarán los
derechos elementales de cada cubano.
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