Un miércoles
dentro de contexto
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - En estos días la prensa oficiosa
habló bastante sobre el arribo a los 30 meses de la "batalla de
ideas". La idea de comenzar esa "batalla" se le otorga, implícitamente,
a Fidel Castro.
Ninguno de estos dos aspectos son ciertos. El 6 de junio de 1989,
aniversario 28 del Ministerio del Interior, el entonces miembro del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba, general de división y ministro del
Interior, José Abrantes, expresó:
"El proceso que estamos recorriendo no sólo nos ha puesto en la
vía para resolver las deficiencias acumuladas, recuperar el tiempo
perdido y encontrar soluciones a necesidades de nuestro pueblo, sino que también
nos está preparando para chocar con el enemigo en la decisiva batalla en
el campo de las ideas".
Menos de tres meses después de este discurso, Abrantes ya había
sido acusado por actos que fueron calificadas de ultraje a la ley y a la ética
de la Revolución, detenido, juzgado y condenado a 15 años de prisión.
Un editorial del periódico Granma, órgano del Partido
Comunista de Cuba, publicado el dos de septiembre de 1989, tras el tribunal
militar haber condenado a José Abrantes, expresa: "Característica
esencial de la situación que enfrentamos, primero con la erradicación
de la mafia de narcotraficantes de Ochoa-La Guardia, y ahora con el no menos
repugnante y peligroso fenómeno de corrupción y descomposición
en la propia dirección del Ministerio del Interior, es que no se trata de
la actividad de agentes del enemigo, sino de personas provenientes de nuestras
propias filas".
Como debe ser conocido, Abrantes murió pronto y repentinamente en la
cárcel. Según se informó por problemas del corazón.
Como ya había sido defenestrado, la "batalla de ideas" de
Abrantes se engavetó y diez años después se sacó a
la luz pública.
No sabemos (creo que nunca lo sabremos) cómo José Abrantes, en
su momento uno de los hombres de más poder en Cuba y fiel representante
del régimen, iba a desarrollar la idea de la "batalla de ideas".
Ahora no es otra cosa que permanente y brutal propaganda a favor de Fidel
Castro y su régimen, que consume día a día, semana a semana
recursos económicos que sería mucho más fructífero
emplear en mitigar alguna de las muchas necesidades que tiene la población
cubana. Abrantes quizás la hubiera hecho así, aunque parecía
un hombre de ciertas sutilezas.
Dentro de este contexto se incluye la "marcha combativa" realizada
el miércoles 12 de junio en todo el país que, junto a las
sugerencias que presentaron las llamadas organizaciones de masas (tan
gubernamentales como el Partido Comunista) a la Asamblea Nacional del Poder
Popular no son otra cosa que una nueva variante de los actos de repudio.
Y esto, más que dirigido a dar respuesta a los pronunciamientos del
presidente George W. Bush el 20 de mayo en Washington y Miami como se ha dicho,
es una forma de tratar de atemorizar o al menos disuadir a los que internamente
quieren cambios económicos, sociales y políticos en Cuba.
De todas formas, nada de esto es extraño. Sin embargo, por suerte, no
estamos en 1980 cuando se sembró el terror en las calles de Cuba con los
llamados actos de repudio. El mundo ya no es el mismo. Todos lo sabemos.
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